Jorge Ospina Sardi
Los siguientes son los capítulos V y VI de la historia de aventuras La Caja de las Joyas titulados "No Hay Aventura sin Peligro" y "Enfrentar lo Inevitable". Capítulos anteriores y siguientes en los enlaces al final. Leer mas…
V) NO HAY AVENTURA SIN PELIGRO
Sophy era una mujer alta, elegante en su vestir y en su andar. En Colombia, era un referente indiscutible en el mundo del arte, la primera opción para cualquier consulta o investigación sobre el comercio de piezas valiosas. A pesar de ser unos años mayor que Thomas, desde que se conocieron, la química entre ellos fue inmediata. Sophy no solo lo asesoraba en temas de arte, sino también en cuestiones personales y decisiones de negocios.
—¿Para qué querías verme con tanto afán, Thomas? Tiene que ser algo de vida o muerte —dijo ella, cruzando los brazos.
—No estás lejos de la realidad. Encontramos la Caja de las Joyas.
—¡Nooo! No voy a preguntarte dónde, pero sí qué piensas hacer con ella.
—Necesito que difundas en el mundo del arte el rumor de que tienes un cliente interesado en vender una diadema de la Zarina María Fjodorovna, esposa del Zar Alejandro III. Con eso, Gatopardi sabrá de inmediato que proviene de la Caja de las Joyas.
—¿Y qué esperas lograr con eso? ¿Que mande a su gente para torturarte y matarte?
—No. Que se ponga en contacto contigo.
—¡Estás loco! No tengo el más mínimo interés en conocer a Gatopardi.
—Pero él querrá contactarte de alguna forma. Como curadora de nuestra colección de pinturas, eres la pieza clave para averiguar sobre la Caja de las Joyas. Vamos a facilitarle la tarea.
—¡Ah, claro! Entonces me quieres mandar directo al matadero. Ni lo pienses, Thomas. Mi respuesta es un rotundo NO.
—No tenemos alternativa, Sophy. Desafortunadamente, ya estás enredada en esto por tu relación conmigo. Lo ideal sería que pudieras alejarte, pero Gatopardi no te lo permitirá. Eres la primera persona a la que contactará para sacarte información, cueste lo que cueste.
—Entonces me iré al fin del mundo hasta que pase esta tormenta.
—Gatopardi tiene contactos con todas las mafias del planeta. Sus tentáculos llegan a los rincones más recónditos. Según Alberto, que ha estudiado a fondo su red, Gatopardi es una especie de juez supremo en los conflictos territoriales de las mafias. Su negocio no compite con los de ellas y mantiene relaciones cordiales con sus jefes.
—Lo que me cuentas me deja aún más aterrada. Es decir, no hay nada que hacer. Soy una ficha desechable en un engranaje colosal. Y tú también, Thomas. No sé qué ilusiones te haces, pero esa Caja de las Joyas es lo más tóxico que puede existir. Démosela y salgamos de esto.
—Ojalá fuera así de simple. El modus operandi de Gatopardi es siempre el mismo: si los poseedores de lo que busca pueden identificarlo o inculparlo de muertes, los elimina. Hasta asegurarse de que no quede nadie que pueda reclamar lo robado o vincularlo con los crímenes.
Sophy se llevó las manos a la cabeza.
—Dios mío, Thomas. No puedo creer que me haya metido en algo así. ¿A qué horas me cayó esto encima? —suspiró, con la voz tambaleante. Luego, levantó el mentón con determinación—. Pues ese tal Gatopardi no sabe con quién se ha metido.
—Sí, Sophy, qué vaina. Yo también he pensado lo mismo, pero como llevo más tiempo en esto y no puedo escapar, he decidido enfrentar a Gatopardi y destruirlo antes de que él se dé cuenta.
Sophy soltó una carcajada amarga.
—Si esto fuera un juego, me estaría riendo a carcajadas. ¡Destruir a Gatopardi! ¡Lo que no ha podido hacer Interpol ni la policía de medio mundo!
—Así es, mujer de poca fe. Lo haremos con la ayuda de Alberto, Diana y Carol. Para Alberto, este es el mayor reto de su vida. A Diana y Carol hay que preguntarles si quieren involucrarse. Diana ya está en una situación similar a la nuestra, y Carol... Bueno, tú la conoces. No hay nada que la atraiga más que vivir una aventura. Y esta es la mayor de todas.
VI) ENFRENTAR LO INEVITABLE
Alberto Collins llegó apresurado a la casona donde Thomas y sus tres escuderas lo esperaban. De temperamento metódico, se había convertido en uno de los expertos en informática mas cotizados de Colombia. Asesoraba a los servicios de seguridad que protegían al Presidente Rodrigo Mendoza, y gracias a su dedicación, se había ganado la confianza de sus superiores.
El expediente de Gatopardi en manos del gobierno colombiano era prácticamente idéntico al de Interpol, salvo por una anotación de un ex agente. Según sus investigaciones, el enlace de Gatopardi en Colombia era Rogelio Panesso, dueño de La Ronda Mágica, una de las galerías de arte mas grandes de Bogotá. Sin embargo, un comentario adicional de su jefe indicaba que nunca se pudo confirmar esa sospecha y que Panesso gozaba de una reputación intachable.
Sin rodeos, Alberto informó a Thomas que había intervenido los teléfonos de Panesso y hackeado su laptop. —Es el único eslabón que nos puede conectar con Gatopardi. Durante un tiempo no hubo nada relevante, pero ayer Panesso recibió un mensaje de WhatsApp desde un número indescifrable: 'Huracán tocará las costas colombianas. Preparar refugio'. No hay ningún huracán en camino, así que es un código.
—Siempre me ha parecido sospechosa la fortuna de Panesso. No me inspira confianza —comentó Sophy.
—No sería raro —agregó Diana—. Apareció de la nada.
—Entonces —intervino Carol—, ¿qué han pensado sobre la llegada de Gatopardi a Colombia?
—Creemos que llegará a Bogotá en un avión privado, usando rutas que nuestros radares no detectan —explicó Alberto.
—Su prioridad inicial será contactar a Sophy —dijo Thomas—, y si no lo es, nos aseguraremos de que lo sea. A su llegada, encontrará la "casualidad" de que Sophy ha informado a Panesso sobre un cliente interesado en vender la diadema de la Zarina. Esa coincidencia lo intrigará.
—Tengo la cita con Panesso esta tarde. Diana y Carol me acompañarán —anunció Sophy—. Carol evaluará si La Ronda Mágica podría ser utilizada como guarida para Gatopardi. Diana se encargará de distraer a Panesso mientras Carol hace su trabajo.
—Hemos analizado las posibles estrategias de Gatopardi —continuó Alberto—. Su táctica más probable será ofrecerle a Sophy una suma considerable por la Caja de las Joyas. Hablará de negociar con quien la posea y le ofrecerá una generosa comisión de intermediación. Seguramente, unos quinientos mil dólares. Pero no lo hará directamente, sino a través de uno de sus alfiles, que llevará una cámara oculta para que Gatopardi pueda observar y escuchar la conversación.
—No entiendo por qué están tan seguros de que no me tentaré con semejante suma —bromeó Sophy con una sonrisa.
—Sophy le dirá que gestionará el acuerdo y que pronto tendrá una respuesta —detalló Thomas—. Y en ese momento, pondremos en marcha nuestra estrategia, si es que la podemos llamar así.
—La recompensa por su captura sería una pequeña retribución por la muerte de mis padres. Pero lo que realmente me haría feliz es ver a Gatopardi caer —sentenció Thomas.
—Para nosotros también será una venganza —dijo Diana en nombre de los tres—. Tus padres están en nuestro corazón.
Continúa (historia de 26 capítulos)…
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