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Jorge Ospina Sardi

 

Los siguientes son los capítulos IX, X y XI de la historia de aventuras La Caja de las Joyas titulados "La Vida te Da Sorpresas", "Todo Juego Necesita de un Cace" y "Las Almas Tienen Precio". Capítulos anteriores y siguientes en los enlaces al final.

 

IX) LA VIDA TE DA SORPRESAS

 

—Estoy segura que en el salón de la Ronda Mágica debajo de la escultura hay una secreta estructura. Menos mal que no soy poeta —dijo Carol, mientras se acomodaban en el vehículo que los llevaría de regreso a la casona—. Y adivinen cómo se mueve la escultura: basta con accionar el dedo meñique izquierdo. Me imagino que al girarla, se revela una escalera que conduce a un sótano. Hay zonas del piso en el gran salón de la galería que no son tan firmes como el resto.

 

A la mañana siguiente, compartieron con Thomas y Alberto los detalles de la reunión de Sophy con Panesso y la teoría de Carol. Diana sugirió que podría tratarse de la guarida de Gatopardi y que valdría la pena organizar una redada para atraparlo.

 

—No lo sé —intervino Alberto—. Es útil saber que hay un sótano, pero antes de apresurarnos convendría hacer la reunión que hemos preparado con la caja falsa. Nosotros escogeremos el sitio. Para no despertar sospechas, hemos acondicionado el penthouse de Sophy con todo lo necesario.

 

—En realidad, ya neutralizamos a uno de los mosqueteros de Gatopardi —agregó Thomas—. Lo llaman 'Cara Dura'. Ese gordiflón se delató, no sabemos si intencionalmente. Probablemente querían medir la resistencia de Sophy con su amenaza, pero ella estuvo a la altura y logró desconcertarlos.

 

—A la reunión en el apartamento de Sophy, obviamente, no asistirá Gatopardi —continuó Thomas—. Pero confiamos en que envíe a su mano derecha, Luigi. Es un pez gordo. Si lo atrapamos, podríamos entregarlo a Interpol y, al mismo tiempo, organizar una redada en La Ronda Mágica. Quién sabe, tal vez el dedo meñique de la escultura nos lleve directo hasta Gatopardi. Sería una jugada maestra.

 

—Esta mañana preparamos la caja falsa —explicó Alberto—. A la vista estarán la diadema y dos o tres joyas más, con la tapa de la caja ligeramente levantada. El resto del contenido serán piedras no preciosas.

 

—Citado están Panesso y su cliente para las cuatro de la tarde en mi apartamento —indicó Sophy—. A esa hora todo estará listo: la caja falsa, las cámaras ocultas, y el equipo de seguridad privada distribuido en varios puntos del edificio, listo para actuar a mi señal. Llevaré un botón de alarma en mi cinturón. Pero antes de llegar a ese punto, debemos asegurarnos de que Panesso trae a Luigi y avanzar en la negociación para descubrir exactamente qué ofrece Gatopardi.

 

—Así es —afirmó Thomas—. Sin Luigi, Gatopardi pierde su mejor ficha. Pero debemos obtener información sobre su oferta: cuánto está dispuesto a pagar por la Caja de las Joyas y cómo planea realizar el pago. Esto nos dará una idea del verdadero valor que tiene en el mercado.

 

—Aún no entiendo por qué Gatopardi insiste en esta reunión con Sophy —intervino Carol, escéptica—. Tiene todo en su contra. ¿Y qué pasa si Luigi no aparece? ¿Tenemos un plan B?

 

—No podemos prever un plan B para algo tan impredecible —explicó Thomas—. Debemos adaptarnos a lo que ocurra. Pero ten en cuenta que Gatopardi también busca sacarnos información antes de dar su golpe final. Sin embargo, al hacerlo, está quemando sus fichas, como sucedió con 'Cara Dura', y eso lo vuelve más vulnerable.

 

—Lo importante es que Sophy no corra peligro en esta reunión —aseguró Alberto—. Panesso traerá a su supuesto cliente con una oferta de compra, no con intenciones de ataque. Pero si aparece Luigi, ya sabemos cómo actuar. Estaremos listos para la redada en La Ronda Mágica.

 

A las cuatro en punto, el timbre del penthouse de Sophy sonó. En la puerta estaban Panesso y una mujer de mediana edad, elegantemente vestida.

 

—Les presento a mi cliente, Géorgine Lambert —anunció Panesso.

 

Sophy se quedó sin palabras por un instante. Lo único que logró articular fue:

 

—¿Géorgine Lambert? ¡Qué gran honor conocerla! Por favor, pasen adelante...

 

X) TODO JUEGO NECESITA DE UN CASE 

 

Géorgine entró al apartamento de Sophy seguida de Panesso. Observó el lugar con detenimiento antes de sentarse en una silla en la sala, adoptando una posición dominante.

 

—Muy agradable tu apartamento, Sophy. Me han hablado mucho de ti. Eres toda una personalidad en el mundo del arte por estos lados.

 

—Exageran. Solo intento hacer bien mi trabajo —respondió Sophy con frialdad.

 

Géorgine no perdió el tiempo.

 

—Vamos al grano —dijo con determinación—. Estoy interesada en la diadema que le ofreciste a Rogelio. Pero también en la Caja de las Joyas de donde proviene. Tengo entendido que tu cliente la posee y está dispuesto a negociarla.

 

Sophy señaló el rincón de la sala, donde habían colocado la caja falsa.

 

—Ahí está.

 

La expresión de sorpresa en el rostro de Géorgine fue fugaz; rápidamente recuperó la compostura.

 

—Mira, Panesso. ¡La caja! —exclamó—. ¿Podemos ver su contenido?

 

—No, no pueden —respondió Sophy tajante—. No puedo arriesgar su integridad. Es imposible calcular su valor. Solo a través de subastas podría determinarse, pero las joyas que contiene no pueden ser vendidas, ya que fueron robadas a sus legítimos dueños.

 

Géorgine soltó una carcajada, seguida por Panesso.

 

—Entonces no sé qué hacemos aquí, mi querido Rogelio. Si son joyas robadas, valen mucho menos de lo que podrían alcanzar en una subasta. Te ofrezco cinco millones de dólares por la caja, Sophy.

 

Sophy también soltó una risa burlona.

 

—No tienes idea, Géorgine. Hemos recibido ofertas mucho mayores, incluso de fundaciones que trabajan en la reparación a víctimas de la Segunda Guerra Mundial.

 

Géorgine frunció el ceño, sintiendo que la situación escapaba de su control.

 

—Mi oferta es baja porque mi intención es donar la caja a la Fundación de los Huérfanos de las Guerras Africanas. Las joyas podrían subastarse con un propósito noble. Quiero contribuir con mi granito de arena.

 

—Mi cliente planea hacer público este hallazgo y donarlo a una fundación seleccionada por un grupo de expertos —replicó Sophy—. Estamos trabajando en la selección de esos expertos. Las fundaciones elegidas podrán participar en una subasta para determinar cuál se quedará con la caja. Todo el dinero recaudado será entregado al gobierno alemán para compensar a las familias víctimas de la Segunda Guerra Mundial.

 

Géorgine resopló.

 

—Tu cliente está loco, Sophy. Enredarse con fundaciones y gobiernos es utópico. Esto tomaría décadas y, en algún momento un gobierno expropiaría la caja. Tu cliente podría evitarse el problema entregándomela por una suma X. Yo me encargaría de que terminara en manos de quienes realmente necesitan las joyas.

 

Sophy sabía que insistir sería contraproducente. Luigi no había aparecido en la reunión y el plan de la redada había quedado en pausa. Géorgine no tenía acusaciones en su contra, y la conversación no ofrecía base para ninguna acción legal.

 

—Voy a transmitir tu oferta a mi cliente. Ha sido un placer conocerte, Géorgine. Por cierto, ¡qué perfume tan exquisito! Te avisaré a través de Rogelio cuando tenga una respuesta.

 

Géorgine se puso de pie y tomó su bolso.

 

—Me marcho en tres días. No suelo involucrarme en negocios con tantas complicaciones, y este es un verdadero enredo. Dile a tu cliente que esta es su única oportunidad de salir limpio de un tema tan problemático. Yo soy esa oportunidad. Claro, se quedaría con algunos millones, pero sobre todo, con la tranquilidad de que él no tendría que lidiar con algo que lo supera.

 

Géorgine hizo una pausa y miró a Sophy con intensidad.

 

—No se lo digas así. Ya sabes cómo son los hombres. Díselo de una forma que no lo ponga a la defensiva.

 

Tras esas palabras, salió del apartamento acompañada por Panesso.

 

XI) LAS ALMAS TIENEN PRECIO

 

Sophy no sabía qué pensar. Abrió de par en par las ventanas de su apartamento, como si quisiera disipar los espíritus traviesos que habían quedado rondando tras la visita de Géorgine. Llamó a Thomas y acordaron reunirse en la casona al anochecer.

 

Mientras conducía hacia la casona, notó que un carro oscuro la seguía. Intentó despistarlo tomando un atajo, pero el vehículo continuaba detrás de ella. Sin entrar en pánico, pensó que su vida no corría peligro: en su papel de mensajera, no tenía sentido que Gatopardi la eliminara antes de cumplir su misión.

 

En una calle de poco tráfico, frenó de golpe. El carro oscuro hizo lo mismo. Lo que sus perseguidores no sabían era que Alberto había dispuesto un vehículo guardaespaldas que, tras recibir la alerta de Sophy, bloqueó al carro oscuro, atrapándolo sin vía de escape.

 

Dentro del carro oscuro había dos hombres, uno de ellos claramente extranjero. Los guardaespaldas les tomaron fotografías y se las enviaron a Alberto. Uno de los ocupantes resultó ser nada menos que alias ‘Knock Out’, otro de los mosqueteros de Gatopardi.

 

—Perfecto —dijo Alberto a su equipo—. Están cayendo demasiado fácil. Entréguenlo a Interpol y que ellos decidan su destino.

 

Cuando Sophy llegó a la casona, la recibieron con aplausos por su actuación frente a Géorgine y en el sandwich automovilístico a Knock Out’.

 

—Solo te falta, como en una serie de Netflix, sorprendernos con habilidades femeninas en artes marciales y derrotar a cinco matones al mismo tiempo sin despeinarte siquiera —bromeó Thomas.

 

—Ya quisiera —respondió Sophy, sonriendo—. Pero sé que las series de Netflix exageran y se han vuelto ridículas. Muestran a mujeres que superan a los hombres en fuerza bruta, cuando en realidad nuestras habilidades son otras.

 

—Estoy de acuerdo —intervino Diana—. Netflix distorsiona lo que somos. Y ni hablar de esas escenas en las que una mujer conoce a un hombre, se lo lleva a su apartamento, se desviste en segundos y lo arrincona contra una pared. Como si en la vida real fuera tan simple.

 

—Pues yo he buscado a un hombre capaz de semejante proeza y no lo he encontrado —agregó Carol con una risa pícara—. Apuesto a que ni Thomas ni Alberto califican.

 

—Yo sí califico —presumió Thomas, sacando pecho—. Pero no pondría mis manos en el fuego por Alberto.

 

—No se dejen engañar por las apariencias —dijo Alberto con una sonrisa enigmática—. En el sexo, todo es relativo.

 

—Bueno, volviendo a nuestro tema —interrumpió Thomas—, hemos neutralizado a otro de los alfiles de Gatopardi. Pero, ¿cuántos más habrá traído a Colombia?

 

—Estimamos que al menos tres, además de Luigi —señaló Alberto—. Lo de Géorgine fue una sorpresa. Creo que Gatopardi nos está jugando una partida mucho más complicada de lo que imaginamos.

 

—Podría ser —aceptó Thomas—, pero tampoco debemos subestimarnos. Hasta ahora, Gatopardi no ha conseguido nada nuevo sobre la Caja de las Joyas. Es hora de hacer nuestro siguiente movimiento. Le haremos una oferta a Géorgine. ¿Dónde está alojada?

 

—En el Hotel Bon Place —respondió Alberto de inmediato—. Y, si es necesario, podríamos retenerla un par de horas. Interpol podría interrogarla y soltarla después.

 

—Me preocupa que estemos subestimando a Gatopardi y que todo esto termine en nada —dijo Sophy, con un deje de inquietud.

 

—Gracias por tu optimismo —replicó Thomas con ironía—. Pero ya veremos. Lo primero es enviar un mensaje a Panesso. Que elijan la hora y el lugar para entregar la caja a Géorgine. Eso sí, con una condición: el pago será de diez millones de dólares en Bitcoin.

 

—¿A mi billetera de Bitcoin? —preguntó Sophy con una ceja enarcada.

 

—Yo también tengo una —dijo Diana, sonriendo—. Y prometo una repartición justa: dos millones para cada uno.

 

—Apenas me consignen en mi billetera, me quedo con un milloncito de comisión. Mas que suficiente para mí. Los otros nueve son suyos —bromeó Carol.

 

—No creo que nos vayan a transferir el dinero mañana, pero gracias por el ofrecimiento —dijo Thomas, divertido—. Este movimiento nos ayudará a entender mejor la estrategia de Gatopardi. Hasta ahora, no ha mostrado sus cartas. Es momento de obligarlo a hacerlo.

 

Continúa (historia de 26 capítulos)…

 

Capítulos anteriores y siguientes en los enlaces:

 

https://lanota.com/index.php/CONFIDENCIAS/historia-de-aventuras-la-caja-de-las-joyas-i-y-ii.html

 

https://lanota.com/index.php/CONFIDENCIAS/historia-de-aventuras-la-caja-de-las-joyas-iii-y-iv.html

 

https://lanota.com/index.php/CONFIDENCIAS/historia-de-aventuras-la-caja-de-las-joyas-v-y-vi.html

 

https://lanota.com/index.php/CONFIDENCIAS/historia-de-aventuras-la-caja-de-las-joyas-vii-y-viii.html

 

https://lanota.com/index.php/CONFIDENCIAS/historia-de-aventuras-la-caja-de-las-joyas-xii-xiii-y-xiv.html

 

https://lanota.com/index.php/CONFIDENCIAS/historia-de-aventuras-la-caja-de-las-joyas-xv-xvi-y-xvii.html

 

https://lanota.com/index.php/CONFIDENCIAS/historia-de-aventuras-la-caja-de-las-joyas-xviii-xix-y-xx.html

 

https://lanota.com/index.php/CONFIDENCIAS/historia-de-aventuras-la-caja-de-las-joyas-xxi-xxii-y-xxiii.html

 

https://lanota.com/index.php/CONFIDENCIAS/historia-de-aventuras-la-caja-de-las-joyas-xxiv-xxv-y-xxvi.html