Los políticos se la pasan inventando impuestos. Solo hay algo que mas les importa que eso: aumentar el gasto público mas allá de los impuestos que inventan.
De esta manera vuelven y juegan con nuevos aumentos de impuestos. En esto se la pasan año tras año, con el aplauso de periodistas, economistas y de grupos de la población que viven del dinero ajeno.
Es una situación parecida a la del perro que intenta morderse la cola. Cambios sustanciales en las reglas tributarias todo el tiempo nunca para bajar impuestos (o reducir el gasto público) sino siempre para incrementarlos. Siempre para darle un mayor zarpazo a los recursos de la gente que produce y crea riqueza.
Los políticos nunca sufren en sus bolsillos las consecuencias de su conducta porque se las arreglan para subir sus sueldos y remuneraciones, y para cobrar “comisiones” por los contratos públicos, mas allá del aumento en los impuestos. Casi todos sin excepción salen mucho mas ricos después de su paso por la actividad política.
El que le crea a los políticos merece una dosis de Ubicatiex. Uno de tantos ejemplos es el de Coca-Cola Femsa. Acaba de invertir US$300 millones en la construcción cerca de Bogotá del cluster de bebidas mas moderno de la región. Lo hicieron confiados en un compromiso de estabilidad jurídica.
¿Compromiso de estabilidad jurídica en un país como Colombia? ¿Compromiso de estabilidad jurídica cuando se trata de impuestos? Esta empresa definitivamente merece la Cruz de Boyacá por creer en la seriedad del gobierno, del Presidente de turno y de los políticos colombianos.
Por estos días de diciembre, Gobierno y Congreso están próximos no solamente a aumentar los impuestos a la cerveza y a las gaseosas, sino que además gravarán la venta de estos productos a nivel de tiendas de barrio.
El actual Presidente de Colombia Iván Duque ha roto el récord de caída en popularidad gracias a sus anuncios en agosto de 2018, cuando recién posesionado, de extender el IVA a los productos básicos de la canasta familiar y de aumentarle el impuesto de renta a la clase media. Después rectificó pero su popularidad siguió en el piso. El daño quedó hecho.
Y ahora resuelve gravar a los tenderos del país en una actividad, la de la venta de cerveza y gaseosas, que representa cerca de una tercera parte de sus negocios. Por lo visto el Presidente Duque está empeñado en romper su propio récord de baja de popularidad y está haciendo hasta lo imposible para llevar su índice de aprobación a niveles inferiores a 20%.