Jorge Ospina Sardi
La pregunta es por qué una teoría científica llena de vacíos es defendida con tanto dogmatismo por científicos y por ignorantes en estos temas.
Con el avance de la ciencia han salido a la luz los problemas con esta teoría. Algunos de ellos son los que expone Kas Thomas en un artículo (“The Trouble with Darwin”, en Big Think, febrero 16 de 2014). Este autor, que tiene bagaje científico, no cree en el creacionismo ni se escandaliza con la tesis de que el hombre desciende del mono. Aunque este es el caso de muchos escépticos y críticos, lo cierto es que los mas acérrimos defensores de Darwin sostienen que quienes no comulgan con sus ideas es porque son creacionistas que no han salido del closet.
Lo absurdo es que no son solamente los científicos que creen en la teoría de la evolución quienes adoptan esta dogmática posición. Con frecuencia lo son también muchos que poco o nada saben de ciencias, pero que se las dan de conocedores empíricos y se auto proclaman implacables defensores de la “verdad”. Caen en lo mismo de aquellos creacionistas que defienden dogmáticamente sus indemostrables teorías.
Thomas señala que hasta ahora Charles Darwin y sus discípulos no han podido explicar cómo es que tiene lugar la especiación, o sea la formación de una nueva y diferente especie en el curso de la evolución. A nivel de pruebas de laboratorio lo único que existe es la hibridación de plantas y algunas anomalías en la crianza de las moscas de la fruta. Pero eso poco o nada indica sobre cómo es el paso de una especie a otra, y muy especialmente en el caso de organismos complejos.
Casi todo en la teoría de la evolución se basa en “la supervivencia del mas fuerte”. Pero esta explicación de lo que constituye la causa de los cambios evolutivos no es mas que una tautología. Los mas fuertes son los que tienen mayores posibilidades de sobrevivir. Y la supervivencia de los mas fuertes significa la supervivencia de aquellos que sobreviven. Se trata de una tautología que no sirve para explicar cuáles son los medios a través de los cuales surgen y se desarrollan las nuevas habilidades requeridas para sobrevivir.
Una explicación muy popular en su momento fue la de que la fuerza detrás de la evolución son las mutaciones del DNA. Sin embargo, esta idea está actualmente desacreditada. La gran mayoría de las mutaciones no neutrales son perniciosas, o sea reducen la posibilidad de supervivencia en lugar de aumentarla. Tal como afirma Thomas, la mayoría de las mutaciones conllevan una pérdida de función o funciones y no traen consigo una ganancia de función o funciones.
La teoría de la evolución es útil para explicar como se pierden funciones (por ejemplo, la pérdida de la vista en criaturas que viven mucho tiempo en cuevas o en entornos sin luz). Pero no dice nada sobre cómo emerge una nueva función en esas criaturas.
Tampoco la teoría de la evolución proporciona mayores luces sobre la velocidad o la rapidez con la que ocurre la especiación. No explica fenómenos como la “explosión del Cámbrico”, un período en el que hace cerca de 542 millones de años la vida en la Tierra despegó con el dramático (y repentino desde el punto de vista de los tiempos que se manejan en la evolución) surgimiento de un gran número de diversas especies.
Y así se podrían mencionar otros aspectos importantes, como lo es la súbita aparición de la inteligencia en los homínidos, en los que la teoría de la evolución poco o nada aporta. Sin embargo, Thomas al final de su artículo intenta rescatarla después de estas críticas que parecen demoledoras. Argumenta que hay diferencias entre una teoría que está equivocada y una teoría incompleta. Afirma que todo el tiempo hacemos uso de teorías incompletas por ser ellas preferibles a lo que sería una total ignorancia.
En realidad, esta conclusión de Thomas no parece del todo satisfactoria. Una teoría incompleta puede estar totalmente equivocada y acogerla sin beneficio de inventario es equivalente a caer en la ignorancia o peor aún, podría conducir a caminos todavía mas alejados de la verdad.
En el caso de la teoría de la evolución, luego de mas de 100 años de examen y análisis por parte de la comunidad científica, no solamente las dudas persisten sino que se han multiplicado. Si la teoría es incompleta en elementos sustantivos de lo que pretende explicar, entonces no se pueden aceptar sus conclusiones sino como un acto de fe, igual a como sucede con el creacionismo.
Así las cosas, ¿de dónde el dogmatismo de muchos científicos con esta teoría? Es cierto que las personas necesitan creer en algo, tener fe en algo, ser intelectualmente bombetas para descrestar a sus semejantes. También lo es que alrededor de una teoría como esta tiende a montarse toda una industria de investigación y enseñanza que se convierte en férrea defensora de sus intereses.
Pero de todas maneras cuesta reconciliarse con los dogmatismos que provienen de la comunidad científica. A veces pasamos por alto que sus miembros, con sus pasiones y prejuicios muy de ellos, son igual de imperfectos que el resto de los seres humanos.
Lo absurdo es que no son solamente los científicos que creen en la teoría de la evolución quienes adoptan esta dogmática posición. Con frecuencia lo son también muchos que poco o nada saben de ciencias, pero que se las dan de conocedores empíricos y se auto proclaman implacables defensores de la “verdad”. Caen en lo mismo de aquellos creacionistas que defienden dogmáticamente sus indemostrables teorías.
Thomas señala que hasta ahora Charles Darwin y sus discípulos no han podido explicar cómo es que tiene lugar la especiación, o sea la formación de una nueva y diferente especie en el curso de la evolución. A nivel de pruebas de laboratorio lo único que existe es la hibridación de plantas y algunas anomalías en la crianza de las moscas de la fruta. Pero eso poco o nada indica sobre cómo es el paso de una especie a otra, y muy especialmente en el caso de organismos complejos.
Casi todo en la teoría de la evolución se basa en “la supervivencia del mas fuerte”. Pero esta explicación de lo que constituye la causa de los cambios evolutivos no es mas que una tautología. Los mas fuertes son los que tienen mayores posibilidades de sobrevivir. Y la supervivencia de los mas fuertes significa la supervivencia de aquellos que sobreviven. Se trata de una tautología que no sirve para explicar cuáles son los medios a través de los cuales surgen y se desarrollan las nuevas habilidades requeridas para sobrevivir.
Una explicación muy popular en su momento fue la de que la fuerza detrás de la evolución son las mutaciones del DNA. Sin embargo, esta idea está actualmente desacreditada. La gran mayoría de las mutaciones no neutrales son perniciosas, o sea reducen la posibilidad de supervivencia en lugar de aumentarla. Tal como afirma Thomas, la mayoría de las mutaciones conllevan una pérdida de función o funciones y no traen consigo una ganancia de función o funciones.
La teoría de la evolución es útil para explicar como se pierden funciones (por ejemplo, la pérdida de la vista en criaturas que viven mucho tiempo en cuevas o en entornos sin luz). Pero no dice nada sobre cómo emerge una nueva función en esas criaturas.
Tampoco la teoría de la evolución proporciona mayores luces sobre la velocidad o la rapidez con la que ocurre la especiación. No explica fenómenos como la “explosión del Cámbrico”, un período en el que hace cerca de 542 millones de años la vida en la Tierra despegó con el dramático (y repentino desde el punto de vista de los tiempos que se manejan en la evolución) surgimiento de un gran número de diversas especies.
Y así se podrían mencionar otros aspectos importantes, como lo es la súbita aparición de la inteligencia en los homínidos, en los que la teoría de la evolución poco o nada aporta. Sin embargo, Thomas al final de su artículo intenta rescatarla después de estas críticas que parecen demoledoras. Argumenta que hay diferencias entre una teoría que está equivocada y una teoría incompleta. Afirma que todo el tiempo hacemos uso de teorías incompletas por ser ellas preferibles a lo que sería una total ignorancia.
En realidad, esta conclusión de Thomas no parece del todo satisfactoria. Una teoría incompleta puede estar totalmente equivocada y acogerla sin beneficio de inventario es equivalente a caer en la ignorancia o peor aún, podría conducir a caminos todavía mas alejados de la verdad.
En el caso de la teoría de la evolución, luego de mas de 100 años de examen y análisis por parte de la comunidad científica, no solamente las dudas persisten sino que se han multiplicado. Si la teoría es incompleta en elementos sustantivos de lo que pretende explicar, entonces no se pueden aceptar sus conclusiones sino como un acto de fe, igual a como sucede con el creacionismo.
Así las cosas, ¿de dónde el dogmatismo de muchos científicos con esta teoría? Es cierto que las personas necesitan creer en algo, tener fe en algo, ser intelectualmente bombetas para descrestar a sus semejantes. También lo es que alrededor de una teoría como esta tiende a montarse toda una industria de investigación y enseñanza que se convierte en férrea defensora de sus intereses.
Pero de todas maneras cuesta reconciliarse con los dogmatismos que provienen de la comunidad científica. A veces pasamos por alto que sus miembros, con sus pasiones y prejuicios muy de ellos, son igual de imperfectos que el resto de los seres humanos.