Jorge Ospina Sardi
Es una creación del Siglo XX y con él ha alcanzado un punto máximo el control por parte de los gobiernos sobre la riqueza ajena. En si mismo constituye una violación del derecho a la privacidad sin el cual no hay defensa posible de la libertad.
La finalidad de los impuestos es recaudar fondos para financiar las operaciones de los gobiernos. Su objetivo es ese y no el de escudriñar y averiguar sobre los niveles de ingresos y riquezas de los contribuyentes. Ni es hacerle seguimientos a la administración que hacen de sus finanzas.
Tampoco los impuestos son instrumentos idóneos para redistribuir el ingreso. Es a través del gasto público que se puede favorecer a grupos vulnerables de la población, por ejemplo por medio de subsidios y ayudas. Pero eso bajo el supuesto que los gobiernos son relativamente eficientes en sus diseños y a la hora de otorgarlos. Bajo el supuesto que no se presentan desviaciones hacia grupos diferentes de los que se busca beneficiar.
El impuesto de renta y patrimonio es actualmente la principal arma con la que cuentan los gobiernos para descifrar y conocer sobre la situación económica y financiera de cada contribuyente. Es un arma porque su implementación requiere el uso de medios coercitivos, incluso cárcel de por medio. Pero la pregunta es, ¿por qué los gobiernos deben acudir a estos extremos para recaudar los recursos que requieren para su financiación?
La respuesta a este interrogante es una relacionada con el control que los gobiernos buscan ejercer sobre sus poblaciones. Es parte de esos primitivos instintos vigentes hasta el día de hoy y que están entrelazados con sociedades donde predominan valores tribales que subordinan tiránicamente los intereses individuales a los intereses de quienes las gobiernan.
Con el arma del impuesto de renta y patrimonio los gobernantes chantajean a los exitosos, les expolian sus riquezas y los mantienen bajo una permanente “vigilancia”. Pero además, lo usan para conseguir el apoyo de los menos exitosos: argumentan que con este impuesto es que extraen los recursos de los que mas tienen para repartirlos entre los que menos tienen.
Sin embargo, lo cierto es que los administradores de los gobiernos son insaciables y voraces a la hora de disponer de recursos que no son los suyos. Siempre gastan mas de lo que reciben. Siempre usan estos recursos para favorecerse a sí mismos, a sus parentelas y a sus amistades mas cercanas. Solo migajas llegan a quienes mas necesitan de los subsidios y las ayudas.
La propuesta es entonces reemplazar los regímenes tributarios actuales basados en el impuesto de renta y patrimonio, el impuesto al valor agregado y otros por los siguientes tres tributos con tasa única: uno sobre las ventas brutas de bienes y servicios a todo lo largo de las cadenas de producción y consumo, otro sobre las transacciones de activos objeto de registro notarial, y otro adicional sobre el valor de los dividendos provenientes de las utilidades de las personas jurídicas (ver Ensayos Libertarios, “Bosquejo de un sistema tributario no tan pernicioso”, especialmente pp. 194-204, Unión Editorial Colombia, 2021).
Con este nuevo sistema se satisfacen dos criterios fundamentales: 1) que los impuestos deben ser de fácil, inmediato y automático recaudo de tal manera que se minimicen los costos de su administración tanto para contribuyentes como para gobiernos. 2) Que los requerimientos de información deben ser tales que no se viole el derecho a la privacidad de los contribuyentes, y que no coarte la libertad de movimiento de sus recursos y capitales.
Con este sistema tributario se evitarían las arbitrariedades, discriminaciones, abusos y corruptelas que caracterizan a los actuales sistemas. Y se respetaría el principio de equidad según el cual los que mas consumen, los que mas poseen y los que mas ganan terminan pagando mas que los que menos consumen, menos poseen y menos ganan.
Muy importante igualmente, con este sistema las bases gravables serían valores absolutos sin restas o descuentos. No habría necesidad de calcular valores netos porque cuando ese el caso los gobiernos solicitan toda clase de informaciones para chequear si hay evasiones, y es ahí cuando los contribuyentes tienen que recopilar y manipular una engorrosa información adicional.
Es en ese proceso de verificación de la información y de validación de los recursos que se expolian con el pago de impuestos como el de la renta y patrimonio, o el del impuesto al valor agregado, cuando se produce una indebida y opresiva supervisión e intervención de los gobiernos sobre las actividades de las personas naturales y jurídicas.
Como se anota en Ensayos Libertarios donde se analizan mas extensamente estos temas: “Entre mayor sea el volumen de información que requieren los gobiernos para el cobro de sus impuestos, mayores serán los abusos de autoridad y las corrupciones a todos los niveles. No es solo un tema de costos administrativos. Es también un tema que toca con el poder de los gobiernos y con la importancia de circunscribirlo y limitarlo para salvaguardar las libertades económicas básicas.”