El año pasado cerró con reservas internacionales en aumento y una tasa de cambio promedio anual de 2.956 pesos por dólar, muy similar a la de 2017.
El aumento durante 2018 en las reservas netas internacionales fue de US$760 millones, llegando en diciembre 31 a US$48.389 millones (cerca de 8 meses de importaciones de bienes y servicios).
Ahora bien, fue solo a finales del año que el Banco de la República compró un primer paquete de US$400 millones, de lo que fue una primera intervención en el mercado cambiario, de varias que eventualmente se efectuarán.
En 2018 la tasa de cambio tuvo un peculiar comportamiento. Fortaleza del peso en los nueve primeros meses, y una mayor devaluación en el cuarto trimestre. Se terminó así la moderada tendencia a la revaluación que se dio entre 2017 y buena parte de 2018.
Quizás una de las variables “mas nerviosa” actualmente sea la tasa de cambio. La decisión de comprar dólares para realzar la posición de reservas internacionales del Banco de la República es expansiva en términos monetarios y da la impresión que la preferencia del gobierno es la de evitar, hasta donde sea razonable, procesos transitorios de revaluación del peso.
De todas maneras lo cierto es que los actuales déficit en el sector externo y en el frente fiscal impiden pensar por ahora en escenarios a largo plazo distintos a los de un muy gradual y muy moderado debilitamiento del peso.
Da la impresión que luego de la acelerada devaluación de finales de 2014 y de 2015 propiciada por el desplome de los precios internacionales del petróleo, la economía colombiana no ha logrado del todo alcanzar un sostenible acomodo en sus cuentas macroeconómicas, en momentos en que se depende crucialmente de las evaluaciones de las calificadoras internacionales para mantener el grado de inversión de la deuda soberana.
Sin embargo, el nuevo gobierno ha dejado en claro que los esfuerzos de ajuste fiscal no han concluido luego de la aprobación por parte del Congreso de la llamada Ley de Financiamiento, que contempla algunos incentivos interesantes a la inversión privada. Y en el frente externo se espera al menos un primer semestre con precios del petróleo en niveles no tan bajos y un sector exportador no tradicional mas dinámico que en años anteriores.