El director del cartel de la OPEC manifestó que si los precios internacionales del petróleo no aumentan por encima de los US$60 barril, entonces sus miembros tendrían que realizar otro recorte adicional al que acaban de acordar hace dos semanas.
También señaló que habrá una estricta supervisión acerca del cumplimiento de los recortes en las cuotas. Según este personaje, los precios “razonables” para productores y consumidores estarían en una franja entre US$70 barrill y US$90 barril (tiene el descaro de hablar en nombre de los consumidores). Hace tres meses la OPEC decía que ese precio “razonable” debía ser alrededor de US$120 barril. Por su parte, en agosto, cuando ya los precios habían empezado a caer de su pico de julio de US$140 barril, los analistas de Goldman Sachs pronosticaron que al finalizar 2008 el barril estaría en US$150 (¡qué despiste el de esta firma inversionista!).
Como sea, lo importante de destacar es que con la actual caída del precio del petróleo se empieza a poner a prueba la disciplina del cartel de la OPEC. Es fácil que este cartel funcione cuando la tendencia del precio es ascendente. Pero cuando es descendente y los países miembros se ven forzados no solamente a exportar a un menor precios sino una menor cantidad, al tiempo que los no miembros pueden exportar lo que se les venga en gana, esa disciplina tiende a romperse. Y el eslabón más débil son los países miembros más pobres y necesitados del cartel. Esta historia ya sucedió en ciclos descendentes anteriores.