Ecuador: "nuevo rico" cada vez más pobre

De acuerdo con el banco Barclays, Ecuador necesita de un precio internacional del petróleo de US$95 barril para financiar su presupuesto de gasto público, y uno de por lo menos US$76 barril para evitar "quemar" reservas internacionales. Dado que el precio internacional del crudo está por debajo de US$60 barril, la situación financiera del país ha empezado a complicarse.

Ecuador acaba de aprobar una nueva constitución con toda clase de compromisos de gasto "social". Junto con Bolivia, es uno de los países del Continente que más constituciones ha tenido desde la Independencia. El último cambio constitucional se aprobó cuando el precio del crudo estaba en US$140 barrill y se pensaba en "ríos de leche y miel". Es interesante observar cómo varios países latinoamericanos actúan como "nuevos ricos" cada vez que el precio de sus productos básicos de exportación tienen un ciclo ascendente. Entonces, sus gobiernos "pisan duro", se vuelven vociferantes, atacan al imperialismo y exacerban los sentimientos populares en la dirección de hacerle creer a la gente de que son "víctimas" y de que merecen toda clase de prebendas, sin que haya una contraprestación equivalente en materia de esfuerzo productivo.

La primera reacción del gobierno de Rafael Correa ante la caída del precio internacional del petróleo fue la de insinuar la postergación de unos proyectos de inversión pública. Después fue la de solicitarle al cartel de la OPEP que no le recortara su cuota de exportación (nadie entiende todavía qué ganó Ecuador con afiliarse a ese cartel). Ahora último le ha dado por decir que no le va a cumplir a sus acreedores externos (entre ellos a Venezuela). Congeló el pago de US$30 millones de intereses que se vencían en noviembre 15. Si lleva hasta las últimas esta decisión, las repercusiones iniciales serán las de un encarecimiento de la financiación externa que requiere el país.

Para Correa, la culpa de que Ecuador esté endeudado es de los acreedores. Pero, además, ha tratado "a las patadas" a los inversionistas extranjeros en sectores clave como el de hidrocarburos y la minería. Se ha distanciado bruscamente de su principal socio comercial y país amigo, Estados Unidos. Expulsó al Banco Mundial, una entidad que está llamada a colaborarle a los países más necesitados en épocas difíciles. Es apenas evidente que Ecuador estará en una pésima posición para defenderse de una eventual profundización de la crisis económica mundial y de la correspondiente reducción en los flujos de capitales y de inversión hacía las economías emergentes.