El gobierno de Hugo Chávez anunció que no le exportará acero y aluminio a Colombia. La que pierde es Venezuela.
El ministro para las Industrias Básicas Rodolfo Sanz señaló que priorizarán a los países con los cuales tienen una relación política estratégica importante. ¿Acaso el ministro Sanz piensa que no hay más productores de acero en el mundo? Para Venezuela el mercado colombiano es el más atractivo por la cercanía y por unas relaciones comerciales consolidadas a lo largo del tiempo. Pero en el gobierno venezolano las consideraciones de rentabilidad y conveniencia económica no cuentan.
No sorprende, entonces, que el complejo de industrias básicas del acero de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) esté quebrado. Según declaraciones al diario El Universal del presidente de la Cámara de Industriales y Mineros de Guayana Fernando Goyenechea, las diferentes industrias básicas de CVG le adeudan a las empresas metalmecánicas privadas de la región alrededor de US$1.000 millones, lo que las tiene al borde del colapso financiero.
Por otro lado, las deudas con los proveedores internacionales de las industrias de la CVG también han ido en aumento. A su vez, los sindicatos se quejan de retrasos en los pagos de compromisos ya adquiridos, así como de la falta de inversión en varias de ellas, lo que las ha llevado a un gradual deterioro en su capacidad de producción.
Así las cosas, lo mejor que le puede pasar a quienes importan acero venezolano es buscar otros proveedores. No se requiere ser profeta para pronosticar que las industrias de la CVG serán cada vez menos confiables en el suministro de lo que producen. En el portal de la CVG se lee “Corporación para el Socialismo”. Traducido a buen castellano sería “Corporación para el saqueo y la mejenga”.
No sorprende, entonces, que el complejo de industrias básicas del acero de la Corporación Venezolana de Guayana (CVG) esté quebrado. Según declaraciones al diario El Universal del presidente de la Cámara de Industriales y Mineros de Guayana Fernando Goyenechea, las diferentes industrias básicas de CVG le adeudan a las empresas metalmecánicas privadas de la región alrededor de US$1.000 millones, lo que las tiene al borde del colapso financiero.
Por otro lado, las deudas con los proveedores internacionales de las industrias de la CVG también han ido en aumento. A su vez, los sindicatos se quejan de retrasos en los pagos de compromisos ya adquiridos, así como de la falta de inversión en varias de ellas, lo que las ha llevado a un gradual deterioro en su capacidad de producción.
Así las cosas, lo mejor que le puede pasar a quienes importan acero venezolano es buscar otros proveedores. No se requiere ser profeta para pronosticar que las industrias de la CVG serán cada vez menos confiables en el suministro de lo que producen. En el portal de la CVG se lee “Corporación para el Socialismo”. Traducido a buen castellano sería “Corporación para el saqueo y la mejenga”.