El gobierno de Venezuela no solamente restringe lo que pueden gastar en el exterior los tarjetahabientes sino que además no le reembolsa los dólares a los emisores de las tarjetas de crédito.
Ese ente burocrático llamado Cadivi vende dólares a la tasa oficial de 2.15 bolívares, no obstante que la tasa en el mercado no oficial es más del doble. El incentivo para hacerse a dólares a esta tasa es inmenso y el monopolio que ejerce Cadivi sobre su utilización estimula una corrupción de la cual se benefician los amigos del gobierno.
Según el diario El Nacional, tanto los bancos locales como las compañías internacionales de tarjetas de crédito no han recibido de parte de Cadivi los respectivos reembolsos por el uso en el exterior de las tarjetas. Algunas de las compañías que llevan meses sin recibir dichos reembolsos son Visa Inc., Master Card Inc., American Express Co. y Discovery Financial Services. El resultado, obviamente, es el rechazo de las tarjetas a los venezolanos que viajan al exterior.
Según el diario El Nacional, tanto los bancos locales como las compañías internacionales de tarjetas de crédito no han recibido de parte de Cadivi los respectivos reembolsos por el uso en el exterior de las tarjetas. Algunas de las compañías que llevan meses sin recibir dichos reembolsos son Visa Inc., Master Card Inc., American Express Co. y Discovery Financial Services. El resultado, obviamente, es el rechazo de las tarjetas a los venezolanos que viajan al exterior.
Como si lo anterior fuera poco, recientemente el gobierno venezolano estableció que el cupo máximo de lo que cada ciudadano puede gastar anualmente en el exterior con tarjetas de crédito es la ridícula suma de US$2.500. Antes ese cupo era de US$5.000.
Con la caída del precio internacional del petróleo, con una economía parásita que depende de ese precio, con un gobierno que ha montado un rígido control de cambios y que rehusa devaluar a pesar de que la inflación anual supera 30%, es de esperar un aumento del diferencial entre el valor del dólar oficial y el del mercado no oficial, así como una creciente restricción en el acceso a los sobrevalorados dólares de Cadivi.