PDVSA no ha podido aportar ni un centavo a la refinería Abreu e Lima que fuera presentada con bombos y platillos como el gran proyecto bilateral.
Por lo menos en tres ocasiones Luiz Inacio Lula da Silva y Hugo Chávez hicieron el gran papelón ante los medios de comunicación internacionales sobre el inicio de este proyecto, el que marcaría un hito en las relaciones energéticas entre los dos países.
Tal como sucedió con las nueve refinerías que en su momento Chávez prometió construir en distintos países de América Latina y el Caribe, lo único que ha quedado es el recuerdo de unos show mediáticos. El gobierno de Chávez dilapidó los recursos provenientes de la mayor bonanza petrolera de historia venezolana y actualmente tanto PDVSA como el gobierno central (que depende de PDVSA) están quebrados.
Según lo informa el diario O Estado de Sao Paulo, PDVSA no logró conseguir financiación del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDS) “por falta de garantías”. Sin recursos propios y sin posibilidades de financiación, la estatal venezolana no ha podido cumplirle a Petrobras con los compromisos ya adquiridos.
El incumplimiento de PDVSA se ha traducido en un retardo de la entrada en operación de la refinería, la cual estaba originalmente prevista para diciembre de 2010.
Este cuento de los incumplimientos de PDVSA no se refiere únicamente al acuerdo con Petrobras. PDVSA es vista actualmente en círculos financieros y energéticos internacionales como una de las petroleras estatales menos confiables del planeta.
Tal como sucedió con las nueve refinerías que en su momento Chávez prometió construir en distintos países de América Latina y el Caribe, lo único que ha quedado es el recuerdo de unos show mediáticos. El gobierno de Chávez dilapidó los recursos provenientes de la mayor bonanza petrolera de historia venezolana y actualmente tanto PDVSA como el gobierno central (que depende de PDVSA) están quebrados.
Según lo informa el diario O Estado de Sao Paulo, PDVSA no logró conseguir financiación del Banco Nacional de Desarrollo Económico y Social (BNDS) “por falta de garantías”. Sin recursos propios y sin posibilidades de financiación, la estatal venezolana no ha podido cumplirle a Petrobras con los compromisos ya adquiridos.
El incumplimiento de PDVSA se ha traducido en un retardo de la entrada en operación de la refinería, la cual estaba originalmente prevista para diciembre de 2010.
Este cuento de los incumplimientos de PDVSA no se refiere únicamente al acuerdo con Petrobras. PDVSA es vista actualmente en círculos financieros y energéticos internacionales como una de las petroleras estatales menos confiables del planeta.