Al ex alcalde de Medellín y candidato presidencial Sergio Fajardo le fue como a perro en misa en esas elecciones.
Existía mucha expectativa antes de las elecciones sobre la votación que obtendría el nuevo partido creado por Fajardo Compromiso por Colombia. La alta figuración de Fajardo en las encuestas presidenciales reforzaban esas expectativas.
Para sorpresa de algunos entendidos en política, presentó a su equipo como una Selección Colombia, después de que la verdadera Selección Colombia fuera eliminada sin pena ni gloria para el Mundial de Fútbol de Suráfrica y que todo el mundo quería olvidarse del triste asunto. Como si lo anterior no fuera suficiente, incluyó en su selección al ex rehén de las FARC Luis Eladio Pérez, un personaje que a los dos meses de su liberación ya nadie le toleraba una declaración más.
El caso de Fajardo llamaba todavía más la atención porque estaba recorriendo el mismo camino que ya habían transitado sin éxito los dos ex acaldes de Bogotá Antanas Mockus y Enrique Peñalosa. Estos dos últimos habían intentado cuatro años antes lanzarse al ruedo con su propio partido, sin haber logrado cruzar el umbral (2% de la votación total) para obtener representación en el Congreso. Aprendieron la lección y en estas últimas elecciones se unieron con Luis Eduardo Garzón, otro ex alcalde de Bogotá, en el empeño de sacar adelante a un nuevo partido, el Partido Verde, así como una candidatura presidencial, que será la de Mockus.
A Fajardo los “tres tenores”, Mockus, Peñalosa y Garzón, le ofrecieron hacer parte del mismo equipo. Pero, ¡vanidad de vanidades! Lo que no pudieron los muy exitosos alcaldes de Bogotá Mockus y Peñalosa, ¿cómo no lo iba a lograr un exitoso alcalde de Medellín?
Fajardo no aceptó la muy amable invitación de los otros tres alcaldes para vincularse al Partido Verde y participar en su consulta. Resolvió irse por su lado. Después de todo, las encuestas presidenciales lo colocaban consistentemente en segundo o tercer lugar. Llegaría a la segunda vuelta de las presidenciales como la gran alternativa de la oposición al uribismo.
Compromiso por Colombia no cruzó el umbral. Detrás de Fajardo, detrás de la fachada, no quedó nada. Lo único fue un representante a la cámara del Partido Alianza Social Indígena. Eso es todo.
¿Puede ganar Fajardo las elecciones presidenciales, o llegar a la segunda vuelta, sin el apoyo de un partido político? ¿Cómo lo afectará el desastroso resultado en las legislativas de Compromiso por Colombia? Después de la elección se lo ha visto muy activo en entrevistas con los medios de comunicación. “Seguiremos adelante” ha sido su consigna en esas entrevistas. Adelante, está bien, ¿pero desde dónde y para dónde?
Por ahora a Fajardo se le ha visto igual de grogui a como quedaron Mockus y Peñalosa después de las elecciones legislativas de 2006.
Para sorpresa de algunos entendidos en política, presentó a su equipo como una Selección Colombia, después de que la verdadera Selección Colombia fuera eliminada sin pena ni gloria para el Mundial de Fútbol de Suráfrica y que todo el mundo quería olvidarse del triste asunto. Como si lo anterior no fuera suficiente, incluyó en su selección al ex rehén de las FARC Luis Eladio Pérez, un personaje que a los dos meses de su liberación ya nadie le toleraba una declaración más.
El caso de Fajardo llamaba todavía más la atención porque estaba recorriendo el mismo camino que ya habían transitado sin éxito los dos ex acaldes de Bogotá Antanas Mockus y Enrique Peñalosa. Estos dos últimos habían intentado cuatro años antes lanzarse al ruedo con su propio partido, sin haber logrado cruzar el umbral (2% de la votación total) para obtener representación en el Congreso. Aprendieron la lección y en estas últimas elecciones se unieron con Luis Eduardo Garzón, otro ex alcalde de Bogotá, en el empeño de sacar adelante a un nuevo partido, el Partido Verde, así como una candidatura presidencial, que será la de Mockus.
A Fajardo los “tres tenores”, Mockus, Peñalosa y Garzón, le ofrecieron hacer parte del mismo equipo. Pero, ¡vanidad de vanidades! Lo que no pudieron los muy exitosos alcaldes de Bogotá Mockus y Peñalosa, ¿cómo no lo iba a lograr un exitoso alcalde de Medellín?
Fajardo no aceptó la muy amable invitación de los otros tres alcaldes para vincularse al Partido Verde y participar en su consulta. Resolvió irse por su lado. Después de todo, las encuestas presidenciales lo colocaban consistentemente en segundo o tercer lugar. Llegaría a la segunda vuelta de las presidenciales como la gran alternativa de la oposición al uribismo.
Compromiso por Colombia no cruzó el umbral. Detrás de Fajardo, detrás de la fachada, no quedó nada. Lo único fue un representante a la cámara del Partido Alianza Social Indígena. Eso es todo.
¿Puede ganar Fajardo las elecciones presidenciales, o llegar a la segunda vuelta, sin el apoyo de un partido político? ¿Cómo lo afectará el desastroso resultado en las legislativas de Compromiso por Colombia? Después de la elección se lo ha visto muy activo en entrevistas con los medios de comunicación. “Seguiremos adelante” ha sido su consigna en esas entrevistas. Adelante, está bien, ¿pero desde dónde y para dónde?
Por ahora a Fajardo se le ha visto igual de grogui a como quedaron Mockus y Peñalosa después de las elecciones legislativas de 2006.