El gobierno de Estados Unidos ha descubierto cuantiosas reservas de minerales en distintos lugares de Afganistán.
En 2006, con mapas rusos en la mano, el United States Geological Service realizó una serie de estudios aéreos que cubrieron 70% del territorio de Afganistán. Los datos de esos estudios fueron tan prometedores, que los geólogos retornaron en 2007 para emprender investigaciones más detalladas.
Para los geólogos, los resultados de estos últimos estudios fueron asombrosos. Pero permanecieron ignorados por dos años, tanto por el gobierno de Estados Unidos como por el gobierno de Afganistán. Sólo ahora los han conocido funcionarios diferentes a los geólogos.
Pues bien, fueron muchos los descubrimientos llamativos. Por ejemplo, inmensos depósitos de hierro y cobre como para hacer de Afganistán uno de los principales exportadores mundiales de ambos minerales. También grandes depósitos de oro al sur. Y excelentes perspectivas de reservas de litio en los salados y secos lagos del occidente (de un tamaño comparable a las de Bolivia). Hasta reservas de niobio tiene Afganistán, un metal suave que se usa en la producción de superconductores de acero.
Obviamente la extracción de estos minerales tomaría décadas y se requeriría de una muy cuantiosa inversión, en un país que no es de tradición minera y que no cuenta con instituciones capaces de administrar proyectos de esta naturaleza. No hay que olvidar que el PIB de Afganistán es de apenas US$12.000 millones, y que un componente importante es la producción de opio y el narcotráfico.
Como sea, hay que celebrar que en esa zona tan pobre del planeta, afectada por una guerra, posea unas cuantiosas reservas de minerales. Por lo menos la guerra no sólo ha dejado muerte y destrucción sino también un mejor conocimiento sobre lo que allí existe. Por lo visto, las áridas montañas con cuevas que esconden a personajes como Osama Bin Laden, también esconden vastos yacimientos de minerales.
Para los geólogos, los resultados de estos últimos estudios fueron asombrosos. Pero permanecieron ignorados por dos años, tanto por el gobierno de Estados Unidos como por el gobierno de Afganistán. Sólo ahora los han conocido funcionarios diferentes a los geólogos.
Pues bien, fueron muchos los descubrimientos llamativos. Por ejemplo, inmensos depósitos de hierro y cobre como para hacer de Afganistán uno de los principales exportadores mundiales de ambos minerales. También grandes depósitos de oro al sur. Y excelentes perspectivas de reservas de litio en los salados y secos lagos del occidente (de un tamaño comparable a las de Bolivia). Hasta reservas de niobio tiene Afganistán, un metal suave que se usa en la producción de superconductores de acero.
Obviamente la extracción de estos minerales tomaría décadas y se requeriría de una muy cuantiosa inversión, en un país que no es de tradición minera y que no cuenta con instituciones capaces de administrar proyectos de esta naturaleza. No hay que olvidar que el PIB de Afganistán es de apenas US$12.000 millones, y que un componente importante es la producción de opio y el narcotráfico.
Como sea, hay que celebrar que en esa zona tan pobre del planeta, afectada por una guerra, posea unas cuantiosas reservas de minerales. Por lo menos la guerra no sólo ha dejado muerte y destrucción sino también un mejor conocimiento sobre lo que allí existe. Por lo visto, las áridas montañas con cuevas que esconden a personajes como Osama Bin Laden, también esconden vastos yacimientos de minerales.