El feriado decretado para semana santa no dio mayores resultados en ahorro de energía eléctrica. El gobierno continúa dando palos de ciego.
La disculpa de Hugo Chávez para declarar como feriados esos tres días fue la de que así se evitarían descensos adicionales en la cota del Guri. Pues bien, para nada sirvió una medida que trajo consigo inmensas pérdidas en términos de actividad productiva. Entre el lunes y miércoles de semana santa la cota de la presa de Guri se redujo entre 13 y 15 centímetros diarios, un ritmo negativo similar al de los días previos y posteriores a la medida.
En abril 6, la cota del Guri se situó en 249.50 metros sobre el nivel del mar. Algunos expertos consideran que 247 metros es un nivel crítico y que 240 metros es un nivel de colapso de esta fuente de generación, que actualmente proporciona casi el 70% de la energía eléctrica que se consume en Venezuela.
Chávez, su ministro de Electricidad Alí Rodríguez y otros funcionarios, han tomado el tema a la ligera e incluso han señalado que Guri podría operar sin mayores contratiempos con una cota menor a la de 240 metros. Pero el consenso es que a esos niveles el riesgo es alto de que las turbinas sufran por el efecto hidrodinámico de la cavitación.
Como sea, los racionamientos de electricidad han continuado a lo largo y ancho del país. El aumento prometido por el gobierno en la capacidad de generación termoeléctrica todavía no se ha materializado, ni se materializará en los próximos meses, no obstante los show mediáticos de Chávez y sus funcionarios en donde aseveran lo contrario.
Por otro lado, hay centrales estratégicas como Planta Centro con ninguna o apenas una de sus 5 unidades en operación y otras centrales térmicas que tampoco han recibido el mantenimiento adecuado y cuyas unidades podrían colapsar en cualquier momento, debido a la exigencia de operarlas a máxima capacidad.
En abril 6, la cota del Guri se situó en 249.50 metros sobre el nivel del mar. Algunos expertos consideran que 247 metros es un nivel crítico y que 240 metros es un nivel de colapso de esta fuente de generación, que actualmente proporciona casi el 70% de la energía eléctrica que se consume en Venezuela.
Chávez, su ministro de Electricidad Alí Rodríguez y otros funcionarios, han tomado el tema a la ligera e incluso han señalado que Guri podría operar sin mayores contratiempos con una cota menor a la de 240 metros. Pero el consenso es que a esos niveles el riesgo es alto de que las turbinas sufran por el efecto hidrodinámico de la cavitación.
Como sea, los racionamientos de electricidad han continuado a lo largo y ancho del país. El aumento prometido por el gobierno en la capacidad de generación termoeléctrica todavía no se ha materializado, ni se materializará en los próximos meses, no obstante los show mediáticos de Chávez y sus funcionarios en donde aseveran lo contrario.
Por otro lado, hay centrales estratégicas como Planta Centro con ninguna o apenas una de sus 5 unidades en operación y otras centrales térmicas que tampoco han recibido el mantenimiento adecuado y cuyas unidades podrían colapsar en cualquier momento, debido a la exigencia de operarlas a máxima capacidad.
Aunque se pronostica el inicio de la temporada de lluvias, la situación de generación y transmisión de energía eléctrica de Venezuela es tan desastrosa después de 11 años de falta de planeación, inversión y mantenimiento, que ni aún con la llegada de altos caudales en el río Caroní que alimenta a Guri, habría un alivio sustancial en el racionamiento que actualmente padecen los venezolanos.