El intolerante régimen de los hermanos Raúl y Fidel Castro rehúsa hacer unas mínimas concesiones humanitarias.
¿Qué más le queda a los disidentes de Cuba sino morirse de hambre? Eso es precisamente lo que pasó con el albañil Orlando Zapata luego de una huelga de hambre de 85 días en la cárcel.
Ahora el turno es para el sicólogo y periodista opositor Guillermo Fariñas, quien empezó su huelga de hambre cuando murió Zapata. El régimen cubano no ha querido dialogar con la parte de la ciudadanía que se ha atrevido a enfrentársele de manera pacífica y civilizada.
Raúl Castro ha señalado que no cederá al “chantaje” de Estados Unidos y de Europa en relación con la situación de derechos humanos de la Isla. Durante más de 50 años los hermanos Castro se han burlado de las denuncias que se han hecho sobre este tema, apoyados en la complicidad de diferentes movimientos políticos de izquierda alrededor del mundo.
Ahora último, sin embargo, varios de esos movimientos parecen por fin haber despertado ante la triste realidad que se vive en Cuba. Solamente ciertos sectores de la izquierda de América Latina albergan todavía una visión romántica de la obra de gobierno de los hermanos Castro, que no se compadece con la persistente violación de derechos humanos y la catastrófica situación económica y social que han sufrido los cubanos durante las últimas cuatro décadas.
Además de Fariñas, están en huelga de hambre los disidentes Franklin Pelegrino, en su casa del pueblo oriental de Cacocum, desde hace más de un mes, y el médico encarcelado Darsi Ferrer, desde hace dos semanas.
En declaraciones para la agencia de noticias EFE, el economista disidente Oscar Espinosa, uno de los 75 opositores apresados en la oleada represiva de 2003, ahora excarcelado por razones de salud, calificó de "decepcionante" el discurso del general Castro. "Sigue posponiendo las reformas después de cuatro años de gobierno… Sigue con el viejo método de culpar al enemigo externo cuando el problema fundamental es interno y el verdadero enemigo es el totalitarismo y la aplicación de un sistema disfuncional".
Mientras todo esto sucede, Fariñas ha indicado que va a continuar la huelga de hambre porque el reto lanzado por Raúl Castro “no es a nosotros en lo personal, sino a toda la oposición pacífica".
Ahora el turno es para el sicólogo y periodista opositor Guillermo Fariñas, quien empezó su huelga de hambre cuando murió Zapata. El régimen cubano no ha querido dialogar con la parte de la ciudadanía que se ha atrevido a enfrentársele de manera pacífica y civilizada.
Raúl Castro ha señalado que no cederá al “chantaje” de Estados Unidos y de Europa en relación con la situación de derechos humanos de la Isla. Durante más de 50 años los hermanos Castro se han burlado de las denuncias que se han hecho sobre este tema, apoyados en la complicidad de diferentes movimientos políticos de izquierda alrededor del mundo.
Ahora último, sin embargo, varios de esos movimientos parecen por fin haber despertado ante la triste realidad que se vive en Cuba. Solamente ciertos sectores de la izquierda de América Latina albergan todavía una visión romántica de la obra de gobierno de los hermanos Castro, que no se compadece con la persistente violación de derechos humanos y la catastrófica situación económica y social que han sufrido los cubanos durante las últimas cuatro décadas.
Además de Fariñas, están en huelga de hambre los disidentes Franklin Pelegrino, en su casa del pueblo oriental de Cacocum, desde hace más de un mes, y el médico encarcelado Darsi Ferrer, desde hace dos semanas.
En declaraciones para la agencia de noticias EFE, el economista disidente Oscar Espinosa, uno de los 75 opositores apresados en la oleada represiva de 2003, ahora excarcelado por razones de salud, calificó de "decepcionante" el discurso del general Castro. "Sigue posponiendo las reformas después de cuatro años de gobierno… Sigue con el viejo método de culpar al enemigo externo cuando el problema fundamental es interno y el verdadero enemigo es el totalitarismo y la aplicación de un sistema disfuncional".
Mientras todo esto sucede, Fariñas ha indicado que va a continuar la huelga de hambre porque el reto lanzado por Raúl Castro “no es a nosotros en lo personal, sino a toda la oposición pacífica".