A diciembre 31 de 2013 el peso se devaluó 9% en relación con la misma fecha del año anterior. El índice promedio anual de paridad real aumentó después caer en los tres años anteriores.
La devaluación del peso se originó en varios factores entre los que vale la pena mencionar la debilidad de los precios internacionales de algunos productos tradicionales de exportación como el petróleo, carbón, oro y café, así como una agresiva política de intervención en el mercado cambiario de adquisición de divisas por parte del Banco de la República. Pero por sobretodo, coincide con una mayor fortaleza del dólar, del euro, del yen y de la libra esterlina como resultado de una cierta recuperación de las economías de Estados Unidos, de los países de la Eurozona, de Japón y del Reino Unido.
Como sea, el índice de la paridad real promedio anual del peso colombiano pasó de 95,8 en 2012 a 100,6 en 2013 (1994 = 100). Este nivel del índice del año pasado fue el mas alto desde 2009 (en medio de la Gran Recesión Mundial) cuando alcanzó 114,3.
El fortalecimiento del peso colombiano durante 2010-2012 fue un fenómeno similar al que se presentó con las monedas de otros países emergentes importantes. Y su devaluación en 2013 se puede comparar con la depreciación anual del real de Brasil de 9,4%, la del peso de Chile de 9,1%, y la del sol de Perú de 9,6%, para solo mencionar tres países de Suramérica con los que se suele cotejar a Colombia.
O sea que durante el año pasado la regla fue las devaluaciones de las monedas de la región. Todos los mercados mas cotizados de Suramérica todos sufrieron una devaluación, la que no fue muy diferente a la de otros países emergentes emblemáticos de otras regiones.
Los capitales externos se sienten ahora atraídos por las economías mas avanzadas, lo que se refleja en alzas en sus mercados de valores, que contrastan con las caídas que se han registrado en las bolsas de países emergentes que hasta hace no mucho eran estrellitas en el firmamento.
Aunque no existe un consenso sobre la duración de las actuales tendencias de debilitamiento de las monedas de la mayor parte de los países emergentes, las perspectivas en los próximos seis meses, e incluso para el segundo semestre de 2014, son las de que se mantendrán en una dirección similar a las del año pasado. La desaceleración de la economía de China, una política monetaria menos expansiva por parte de la Reserva Federal, el mayor crecimiento de las economías mas avanzadas y un dinamismo apenas moderado en las economías emergentes, contribuirán a la prolongación de dichas tendencias cambiarias.
Como sea, el índice de la paridad real promedio anual del peso colombiano pasó de 95,8 en 2012 a 100,6 en 2013 (1994 = 100). Este nivel del índice del año pasado fue el mas alto desde 2009 (en medio de la Gran Recesión Mundial) cuando alcanzó 114,3.
El fortalecimiento del peso colombiano durante 2010-2012 fue un fenómeno similar al que se presentó con las monedas de otros países emergentes importantes. Y su devaluación en 2013 se puede comparar con la depreciación anual del real de Brasil de 9,4%, la del peso de Chile de 9,1%, y la del sol de Perú de 9,6%, para solo mencionar tres países de Suramérica con los que se suele cotejar a Colombia.
O sea que durante el año pasado la regla fue las devaluaciones de las monedas de la región. Todos los mercados mas cotizados de Suramérica todos sufrieron una devaluación, la que no fue muy diferente a la de otros países emergentes emblemáticos de otras regiones.
Los capitales externos se sienten ahora atraídos por las economías mas avanzadas, lo que se refleja en alzas en sus mercados de valores, que contrastan con las caídas que se han registrado en las bolsas de países emergentes que hasta hace no mucho eran estrellitas en el firmamento.
Aunque no existe un consenso sobre la duración de las actuales tendencias de debilitamiento de las monedas de la mayor parte de los países emergentes, las perspectivas en los próximos seis meses, e incluso para el segundo semestre de 2014, son las de que se mantendrán en una dirección similar a las del año pasado. La desaceleración de la economía de China, una política monetaria menos expansiva por parte de la Reserva Federal, el mayor crecimiento de las economías mas avanzadas y un dinamismo apenas moderado en las economías emergentes, contribuirán a la prolongación de dichas tendencias cambiarias.