Con un cinismo que raya en la payasada dicen que las áreas de cultivo y tráfico de droga deben ser administradas por ellos sin presencia militar.
Este tipo de propuestas son las que salen de la mesa de negociaciones que tienen lugar en La Habana. Según la mas reciente titulada “Programa nacional de sustitución de los usos ilícitos”, las Farc y lo que ellas denominan “los campesinos” definirían las zonas de una supuesta erradicación y sustitución de cultivos de coca, amapola y marihuana.
Esas áreas harían parte de lo que llaman “zonas de reserva campesina” que se establecerían a lo largo y ancho del país bajo su absoluto control. El despeje del Cagúan del gobierno de Andrés Pastrana no es nada comparado con las exigencias que salen de La Habana.
En el caso de las zonas de narcotráfico, las Farc proponen eliminar toda presencia militar y prohibir tanto la minería a cielo abierto y en gran escala como la exploración y extracción de hidrocarburos. Pero además, el gobierno tendría que darles grandes cantidades de recursos públicos dizque para garantizarle a los dueños de las zonas una “vida digna”.
Las Farc exigen desde ya “el inicio inmediato de la desmilitarización de dichos territorios, y su consecuente exclusión como zonas de guerra”.
Se pensaría que esta propuesta debió haber sido hecha el 28 de diciembre, día de las inocentadas. Pero no fue así. Ella ilustra lo perdida que está la mesa de negociación de La Habana en la que después de mas de un año de viaticar y procrastinar no se ha logrado nada sustancial, aparte del levantamiento de las órdenes de captura de varios cabecillas de esa organización acusados de cometer toda clase de crímenes de lesa humanidad.
Esas áreas harían parte de lo que llaman “zonas de reserva campesina” que se establecerían a lo largo y ancho del país bajo su absoluto control. El despeje del Cagúan del gobierno de Andrés Pastrana no es nada comparado con las exigencias que salen de La Habana.
En el caso de las zonas de narcotráfico, las Farc proponen eliminar toda presencia militar y prohibir tanto la minería a cielo abierto y en gran escala como la exploración y extracción de hidrocarburos. Pero además, el gobierno tendría que darles grandes cantidades de recursos públicos dizque para garantizarle a los dueños de las zonas una “vida digna”.
Las Farc exigen desde ya “el inicio inmediato de la desmilitarización de dichos territorios, y su consecuente exclusión como zonas de guerra”.
Se pensaría que esta propuesta debió haber sido hecha el 28 de diciembre, día de las inocentadas. Pero no fue así. Ella ilustra lo perdida que está la mesa de negociación de La Habana en la que después de mas de un año de viaticar y procrastinar no se ha logrado nada sustancial, aparte del levantamiento de las órdenes de captura de varios cabecillas de esa organización acusados de cometer toda clase de crímenes de lesa humanidad.