Hugo Chávez ha logrado convertir a la economía más rica en recursos naturales de América Latina en una de las más escuálidas de la región.
La escualidez se volvió un mal endémico de Venezuela. El bolívar ya no es “fuerte” sino que es actualmente la moneda más devaluada del Continente. La producción de PDVSA es cada vez más escuálida por abundancia de desgreño administrativo y por falta de inversión y mantenimiento. La nacionalizada y otrora poderosa industria petroquímica venezolana no se ha quedado atrás al carecer de energía eléctrica y de gas para producir. El inmenso complejo de la industria pesada de Guayana sufre de una muy fuerte escualidez generada por el progresivo deterioro de su maquinaria y equipo y por la carencia de fluido eléctrico para mantener activas sus líneas de producción. Así también se puede hablar del sector agropecuario, acosado con expropiaciones y cuya escualidez se manifiesta en una creciente importación de alimentos.
Hace poco se oficializó la escualidez en las oficinas públicas. Debido a la necesidad de ahorrar energía eléctrica, las dependencias oficiales sólo trabajarán medio tiempo. Claro está que aquí la pérdida no es tan grande puesto que ya muchas de esas dependencias, aunque disponían de luz, venían trabajando el equivalente a la media jornada. Sin embargo, ahora mediante una decisión oficial se ratifica lo que ya se sospechaba, que ahí también es un hecho incontrovertible una aguda escualidez.
Pero quizás el sector más afectado con este fenómeno de la escualidez es el eléctrico. El ministro para la Energía Eléctrica Ángel Rodríguez anunció la intensificación del racionamiento eléctrico para evitar que el sistema colapse en febrero. Serán meses sino años de un sector eléctrico muy escuálido, que contagiará de escualidez al resto de la economía venezolana.
Todo indica que la meta implícita (no anunciada) de Hugo Chávez es la de convertir a Venezuela en un país con una economía más escuálida que la de Cuba, su admirado punto de referencia. Y lo está logrando más rápidamente de lo anticipado por los expertos.
Hace poco se oficializó la escualidez en las oficinas públicas. Debido a la necesidad de ahorrar energía eléctrica, las dependencias oficiales sólo trabajarán medio tiempo. Claro está que aquí la pérdida no es tan grande puesto que ya muchas de esas dependencias, aunque disponían de luz, venían trabajando el equivalente a la media jornada. Sin embargo, ahora mediante una decisión oficial se ratifica lo que ya se sospechaba, que ahí también es un hecho incontrovertible una aguda escualidez.
Pero quizás el sector más afectado con este fenómeno de la escualidez es el eléctrico. El ministro para la Energía Eléctrica Ángel Rodríguez anunció la intensificación del racionamiento eléctrico para evitar que el sistema colapse en febrero. Serán meses sino años de un sector eléctrico muy escuálido, que contagiará de escualidez al resto de la economía venezolana.
Todo indica que la meta implícita (no anunciada) de Hugo Chávez es la de convertir a Venezuela en un país con una economía más escuálida que la de Cuba, su admirado punto de referencia. Y lo está logrando más rápidamente de lo anticipado por los expertos.