La ola de frío que golpea al Hemisferio Norte ha causado perplejidad entre científicos y políticos que creen en el calentamiento global.
Nunca antes se han producido tantas emisiones de CO2 en el planeta, especialmente por el crecimiento económico de China, India, Brasil y otros países emergentes, que utilizan tecnologías relativamente contaminantes. Sin embargo, hace 30 años que no se registran temperaturas tan frías como últimamente. De hecho, ya son tres inviernos consecutivos muy fríos en el Hemisferio Norte, pero el de 2009-2010 ha roto varios récord históricos.
Esta reciente ola de frío ha tomado por sorpresa a los gobiernos de muchos países. En Inglaterra, por ejemplo, ese gobierno no se había preparado debidamente para enfrentar las emergencias producidas por el frío, lo que puede resultar en pérdidas de vida y daños que hubieran podido evitarse. Pero no es de sorprenderse, puesto que el primer ministro Gordon Brown es uno de los más fieles creyentes en el calentamiento global producido por el hombre.
Si las profecías de los científicos y de personajes como Al Gore hubieran sido ciertas, actualmente el planeta estaría disfrutando de calurosos inviernos en el Hemisferio Norte que hubieron hecho innecesario para sus habitantes escaparse hacía el Caribe y otras apetecidas zonas con abundancia de playas y de ese sol que calienta de verdad. De hecho, desde finales de los años noventa la tendencia del clima del planeta parece ser la de un enfriamiento en lugar de un calentamiento, fenómeno este del cual no se han dado por enterado la mayor parte de los políticos del planeta.
Cada vez más se extiende entre la comunidad científica la hipótesis de que siguen siendo los ciclos solares y de las corrientes oceánicas los principales determinantes de la temperatura del planeta. Y sobretodo, de que las variaciones del clima en los últimos tiempos no han sido ocasionados por la actividad del hombre. Fenómenos recientes, como el calentamiento que se dio durate los años ochenta y noventa, son recurrentes y ya se han presentado en el pasado cuando la influencia del hombre era insignificante.
Esta reciente ola de frío ha tomado por sorpresa a los gobiernos de muchos países. En Inglaterra, por ejemplo, ese gobierno no se había preparado debidamente para enfrentar las emergencias producidas por el frío, lo que puede resultar en pérdidas de vida y daños que hubieran podido evitarse. Pero no es de sorprenderse, puesto que el primer ministro Gordon Brown es uno de los más fieles creyentes en el calentamiento global producido por el hombre.
Si las profecías de los científicos y de personajes como Al Gore hubieran sido ciertas, actualmente el planeta estaría disfrutando de calurosos inviernos en el Hemisferio Norte que hubieron hecho innecesario para sus habitantes escaparse hacía el Caribe y otras apetecidas zonas con abundancia de playas y de ese sol que calienta de verdad. De hecho, desde finales de los años noventa la tendencia del clima del planeta parece ser la de un enfriamiento en lugar de un calentamiento, fenómeno este del cual no se han dado por enterado la mayor parte de los políticos del planeta.
Cada vez más se extiende entre la comunidad científica la hipótesis de que siguen siendo los ciclos solares y de las corrientes oceánicas los principales determinantes de la temperatura del planeta. Y sobretodo, de que las variaciones del clima en los últimos tiempos no han sido ocasionados por la actividad del hombre. Fenómenos recientes, como el calentamiento que se dio durate los años ochenta y noventa, son recurrentes y ya se han presentado en el pasado cuando la influencia del hombre era insignificante.