La causa fue una solicitud de nuevos estudios de impacto ambiental por parte del gobierno de Colombia para su proyecto de Angostura.
La empresa cotiza en el Toronto Stock Exchange y su principal proyecto es el de la mina de oro de Angostura, localizada en el municipio de California en el departamento de Santander. De acuerdo con la solicitud del Ministerio de Ambiente, Vivienda y Desarrollo Territorial (MAVDT), el proyecto tendrá que ajustarse a los nuevos requerimientos establecidos por la Ley 1382 de 2010 según los cuales debe excluirse toda actividad minera del ecosistema del páramo.
Los criterios para definir los ecosistemas del páramo son los que establece el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. Si bien hay criterios relacionados con la fauna, la flora y otras categorías ecológicas, uno importante es el de la altitud.
MAVDT le ha solicitado a Greystar Resources que se ajuste al criterio de que su actividad de exploración y explotación en Angostura se localice por debajo de 3.200 metros de altitud. Esto implica una modificación sustancial del diseño actual del proyecto, dado que la mayoría de las facilidades y su infraestructura, así como la mina a cielo abierto, se encuentran por encima de los 3.200 metros.
Greystar Resources realizó sus estudios de impacto ambiental antes de la promulgación de la Ley 1382. Aparentemente las autoridades colombianas nunca le informaron a la compañía que esta nueva ley pondría en peligro sus actividades, las que se habían ajustado rigurosamente, por cerca de 15 años, a todos los estándares ambientales.
Uno de los socios de este proyecto es la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial. Hasta ahora Greystar Resources ha invertido más de US$100 millones en Angostura y emplea a 350 personas. La decisión de MAVDT paraliza una inversión que se estima hubiera sido de US$1.000 millones durante la construcción, y compromete seriamente la viabilidad económica del que era considerado como uno de los grandes proyectos de extracción de oro de Colombia en la actual década.
Los criterios para definir los ecosistemas del páramo son los que establece el Instituto de Investigación de Recursos Biológicos Alexander von Humboldt. Si bien hay criterios relacionados con la fauna, la flora y otras categorías ecológicas, uno importante es el de la altitud.
MAVDT le ha solicitado a Greystar Resources que se ajuste al criterio de que su actividad de exploración y explotación en Angostura se localice por debajo de 3.200 metros de altitud. Esto implica una modificación sustancial del diseño actual del proyecto, dado que la mayoría de las facilidades y su infraestructura, así como la mina a cielo abierto, se encuentran por encima de los 3.200 metros.
Greystar Resources realizó sus estudios de impacto ambiental antes de la promulgación de la Ley 1382. Aparentemente las autoridades colombianas nunca le informaron a la compañía que esta nueva ley pondría en peligro sus actividades, las que se habían ajustado rigurosamente, por cerca de 15 años, a todos los estándares ambientales.
Uno de los socios de este proyecto es la Corporación Financiera Internacional del Banco Mundial. Hasta ahora Greystar Resources ha invertido más de US$100 millones en Angostura y emplea a 350 personas. La decisión de MAVDT paraliza una inversión que se estima hubiera sido de US$1.000 millones durante la construcción, y compromete seriamente la viabilidad económica del que era considerado como uno de los grandes proyectos de extracción de oro de Colombia en la actual década.