Enero de 2014 fue negativo para la bolsas internacionales en lo que se considera el peor inicio de un año desde 2009. Los fondos de los mercados emergentes son los mas golpeados.
Según EPRF Global, una organización que mide flujos de inversión, los retiros en enero de los fondos que manejan acciones de países emergentes fueron US$12.200 millones, mientras que de los que invierten en bonos soberanos salieron US$4.600 millones.
De la noche a la mañana los mercados internacionales han puesto la lupa sobre las debilidades de los países emergentes. Hace dos años, en pleno boom, todo era elogios por sus supuestas fortalezas. Pero así de variables son muchos de los analistas que a diario expresan sus opiniones sobre los movimientos de las bolsas y los flujos de inversión. Son como surfistas que viven tratando de capturar las crestas de las olas. Son simples validadores de las tendencias del momento y nada mas.
En este mes países como Brasil, Turquía y Suráfrica, antes considerados como ejemplos de la humanidad por su desempeño económico, ahora son vistos por los inversionistas como tóxicos y de los que hay que evacuar cuanto antes. Así también, a finales de enero, Hungría cayó súbitamente en el ojo del huracán y ¡quién dijo miedo!
Hasta países con un manejo económico mas sólido como Rusia, Chile, Colombia y Perú han visto caer sus bolsas y monedas. Desde que en China se reportó una debilidad en la producción manufacturera mayor a la anticipada y desde cuando se supo que la Reserva Federal continuaría recortando su programa de estímulo monetario, la valoración del riesgo por parte de los inversionistas se ha modificado sustancialmente.
A lo cual también ha contribuido datos recientes no muy auspiciosos sobre empleo, ventas de bienes de consumo durable y confianza de los consumidores en Estados Unidos, así como unos niveles muy bajos de inflación en la Eurozona y una recesión en Francia que no da tregua.
Aunque el rechinar de dientes en los países emergentes ha contagiado a las bolsas de New York y europeas, sus descensos en enero también reflejan debilidades en las economías mas avanzadas. En el caso del Dow Jones su caída en ese mes fue de 5,3%, el peor desempeño desde mayo de 2012.
En otras palabras, enero fue un mes como para olvidar. Dejó la sensación de que los problemas de la economía global originados en políticas monetarias laxas y en excesos de gasto público y privado están todavía lejos de resolverse.
De la noche a la mañana los mercados internacionales han puesto la lupa sobre las debilidades de los países emergentes. Hace dos años, en pleno boom, todo era elogios por sus supuestas fortalezas. Pero así de variables son muchos de los analistas que a diario expresan sus opiniones sobre los movimientos de las bolsas y los flujos de inversión. Son como surfistas que viven tratando de capturar las crestas de las olas. Son simples validadores de las tendencias del momento y nada mas.
En este mes países como Brasil, Turquía y Suráfrica, antes considerados como ejemplos de la humanidad por su desempeño económico, ahora son vistos por los inversionistas como tóxicos y de los que hay que evacuar cuanto antes. Así también, a finales de enero, Hungría cayó súbitamente en el ojo del huracán y ¡quién dijo miedo!
Hasta países con un manejo económico mas sólido como Rusia, Chile, Colombia y Perú han visto caer sus bolsas y monedas. Desde que en China se reportó una debilidad en la producción manufacturera mayor a la anticipada y desde cuando se supo que la Reserva Federal continuaría recortando su programa de estímulo monetario, la valoración del riesgo por parte de los inversionistas se ha modificado sustancialmente.
A lo cual también ha contribuido datos recientes no muy auspiciosos sobre empleo, ventas de bienes de consumo durable y confianza de los consumidores en Estados Unidos, así como unos niveles muy bajos de inflación en la Eurozona y una recesión en Francia que no da tregua.
Aunque el rechinar de dientes en los países emergentes ha contagiado a las bolsas de New York y europeas, sus descensos en enero también reflejan debilidades en las economías mas avanzadas. En el caso del Dow Jones su caída en ese mes fue de 5,3%, el peor desempeño desde mayo de 2012.
En otras palabras, enero fue un mes como para olvidar. Dejó la sensación de que los problemas de la economía global originados en políticas monetarias laxas y en excesos de gasto público y privado están todavía lejos de resolverse.