En 2008, la organización conformada por Acegrasas–Fagrave mantuvo su liderazgo sobre C.I. Yumbo–Lloreda y sobre Grasco–Gracetales.
Las ventas de Acegrasas fueron $295.314 millones (aproximadamente US$150 millones) y las de Fagrave $197.121 millones (aproximadamente US$100 millones), con crecimientos frente a 2007 de 12,7% y 15%, respectivamente.
Por su parte, las de C.I. Yumbo totalizaron $366.910 millones (aproximadamente US$187 millones) y las de Lloreda $98.413 millones (aproximadamente US$50 millones), con variaciones de 24,3% y –5,2%, respectivamente.
A su vez, las de Grasco ascendieron a $228.000 millones (aproximadamente US$116 millones) y las de Gracetales a $184.381 millones (aproximadamente US$94 millones), con aumentos de 23% y 25,5%, respectivamente. El conjunto de estas dos empresas fueron las de mayor dinamismo entre los más grandes protagonistas del sector.
En el cuarto lugar se situó Grasas con ventas de $271.341 millones (aproximadamente US$138 millones) y un crecimiento de 16,4% en relación con el año anterior. Esta empresa hace parte de la Alianza Team con Acegrasas–Fagrave, mediante la cual, a través de una compañía tipo holding sin propiedad llamada Tecnología Empresarial de Alimentos (TEAM), se define, orienta y coordina la actividad conjunta de estas empresas.
A continuación se situaron, en su orden, Oleoflores con ventas de $184.238 millones (aproximadamente US$94 millones) y un aumento de 93,5%; Aceites Manuelita $114.619 (aproximadamente US$58 millones) y 34%; Fanagra $114.240 millones (aproximadamente US$58 millones) y 31,8%; C.I. Sigra $113.799 millones (aproximadamente US$58 millones) y 9,6%; C.I. Mira $97.077 millones (aproximadamente US$49 millones) y –24,7%; Gradesa $97.074 millones (aproximadamente US$49 millones) y 41,9%; Duquesa $88.924 millones (aproximadamente US$45 millones) y 18%; C.I. Saceites $88.475 millones (aproximadamente US$45 millones) y 36,9%; C.I. Tequendama $86.811 millones (aproximadamente US$44 millones) y 49,3%; y Aceites $71.720 millones (aproximadamente US$36 millones) y 35,1%.
Es de destacar el elevado crecimiento de las ventas de las empresas medianas en comparación con las de mayor tamaño. En el caso de Oleoflores y Aceites Manuelita es preciso señalar que son líderes en la producción de biodiesel de palma.
Por otro lado, C.I. Acepalma, perteneciente a Fedepalma y que se especializa en el acopio y exportación de los productos de la palma africana y en la comercialización de insumos para los palmicultores, tuvo ventas de $488.459 millones (aproximadamente US$248 millones) y un aumento de 77,3% frente a 2007. Esta empresa se ha consolidado en los últimos años como una importante intermediaria del sector.
Durante 2007-2008 el buen desempeño de las empresas productoras y comercializadoras de aceites y grasa vegetales se fundamentó en el dinamismo de la demanda interna y en un significativo esfuerzo exportador a los países vecinos. También incidieron favorablemente los estímulos de promoción del biodiesel de palma por parte del gobierno nacional. La alta eficiencia y agresividad comercial que distingue a la mayor parte de las organizaciones empresariales que conforman este sector, las coloca en una situación de relativa fortaleza para enfrentar la pérdida de dinamismo de la demanda interna y externa que traerá consigo la actual crisis económica global.
Por su parte, las de C.I. Yumbo totalizaron $366.910 millones (aproximadamente US$187 millones) y las de Lloreda $98.413 millones (aproximadamente US$50 millones), con variaciones de 24,3% y –5,2%, respectivamente.
A su vez, las de Grasco ascendieron a $228.000 millones (aproximadamente US$116 millones) y las de Gracetales a $184.381 millones (aproximadamente US$94 millones), con aumentos de 23% y 25,5%, respectivamente. El conjunto de estas dos empresas fueron las de mayor dinamismo entre los más grandes protagonistas del sector.
En el cuarto lugar se situó Grasas con ventas de $271.341 millones (aproximadamente US$138 millones) y un crecimiento de 16,4% en relación con el año anterior. Esta empresa hace parte de la Alianza Team con Acegrasas–Fagrave, mediante la cual, a través de una compañía tipo holding sin propiedad llamada Tecnología Empresarial de Alimentos (TEAM), se define, orienta y coordina la actividad conjunta de estas empresas.
A continuación se situaron, en su orden, Oleoflores con ventas de $184.238 millones (aproximadamente US$94 millones) y un aumento de 93,5%; Aceites Manuelita $114.619 (aproximadamente US$58 millones) y 34%; Fanagra $114.240 millones (aproximadamente US$58 millones) y 31,8%; C.I. Sigra $113.799 millones (aproximadamente US$58 millones) y 9,6%; C.I. Mira $97.077 millones (aproximadamente US$49 millones) y –24,7%; Gradesa $97.074 millones (aproximadamente US$49 millones) y 41,9%; Duquesa $88.924 millones (aproximadamente US$45 millones) y 18%; C.I. Saceites $88.475 millones (aproximadamente US$45 millones) y 36,9%; C.I. Tequendama $86.811 millones (aproximadamente US$44 millones) y 49,3%; y Aceites $71.720 millones (aproximadamente US$36 millones) y 35,1%.
Es de destacar el elevado crecimiento de las ventas de las empresas medianas en comparación con las de mayor tamaño. En el caso de Oleoflores y Aceites Manuelita es preciso señalar que son líderes en la producción de biodiesel de palma.
Por otro lado, C.I. Acepalma, perteneciente a Fedepalma y que se especializa en el acopio y exportación de los productos de la palma africana y en la comercialización de insumos para los palmicultores, tuvo ventas de $488.459 millones (aproximadamente US$248 millones) y un aumento de 77,3% frente a 2007. Esta empresa se ha consolidado en los últimos años como una importante intermediaria del sector.
Durante 2007-2008 el buen desempeño de las empresas productoras y comercializadoras de aceites y grasa vegetales se fundamentó en el dinamismo de la demanda interna y en un significativo esfuerzo exportador a los países vecinos. También incidieron favorablemente los estímulos de promoción del biodiesel de palma por parte del gobierno nacional. La alta eficiencia y agresividad comercial que distingue a la mayor parte de las organizaciones empresariales que conforman este sector, las coloca en una situación de relativa fortaleza para enfrentar la pérdida de dinamismo de la demanda interna y externa que traerá consigo la actual crisis económica global.