Su candidato Juan Manuel Santos quedó bien posicionado para triunfar en las próximas elecciones presidenciales.
El Partido Social de la Unidad Nacional logró 27-28 senadores de un total de 100 en las elecciones legislativas de 2010, frente a 20 senadores en las elecciones de 2006. Se consolidó como el principal partido de Colombia y lo más probable es que sea el líder en una futura coalición de gobierno que incluiría al Partido Conservador y que absorbería del todo a Cambio Radical.
Este partido nació con el gobierno de Álvaro Uribe. Se podría argumentar que es el partido del Presidente Uribe. Su surgimiento como la más importante fuerza política del país, superando a los dos partidos tradicionales, el Liberal y el Conservador, es un hecho sin antecedentes en la historia de Colombia en el último siglo. Ese éxito electoral refleja el inmenso prestigio de Uribe, al final de su gobierno de 8 años.
Su candidato presidencial Juan Manuel Santos es, entre todos los candidatos, el más identificado con la obra de Uribe en temas vitales como el de la seguridad democrática. Después de todo, fue el más exitoso de los ministros de Defensa de ese gobierno, el que más golpes le asestó a la guerrilla de las FARC. Santos igualmente fue determinante en la organización inicial del Partido de la U y ahora último, en su consolidación como la principal fuerza política del país.
Santos tiene todas las de ganar en la elección presidencial de mayo. Será difícil que la candidata del Partido Conservador Noemí Sanín le dispute la primogenitura como el candidato del uribismo. Es más, es posible que en la primera vuelta de esa elección Santos recoja una no despreciable deserción de votos conservadores uribistas, de los mismos que votaron en la consulta conservadora por Andrés Felipe Arias. Y en una segunda vuelta, especialmente si Noemí no llega hasta ahí, Santos no tendrá problemas en lograr que una gran mayoría de los conservadores voten por él.
Quizás el escenario que menos favorecería a Santos es que Noemí llegue a la segunda vuelta y sea capaz de armar una gran coalición que incluya a un sector importante del conservatismo y a los demás partidos. O sea una coalición de todos contra Santos. Pero no sería fácil el éxito de una coalición de estas por lo heterogéneo de los distintos grupos que la conformarían y porque la mayoría del electorado favorece una continuidad del gobierno de Uribe.
Este partido nació con el gobierno de Álvaro Uribe. Se podría argumentar que es el partido del Presidente Uribe. Su surgimiento como la más importante fuerza política del país, superando a los dos partidos tradicionales, el Liberal y el Conservador, es un hecho sin antecedentes en la historia de Colombia en el último siglo. Ese éxito electoral refleja el inmenso prestigio de Uribe, al final de su gobierno de 8 años.
Su candidato presidencial Juan Manuel Santos es, entre todos los candidatos, el más identificado con la obra de Uribe en temas vitales como el de la seguridad democrática. Después de todo, fue el más exitoso de los ministros de Defensa de ese gobierno, el que más golpes le asestó a la guerrilla de las FARC. Santos igualmente fue determinante en la organización inicial del Partido de la U y ahora último, en su consolidación como la principal fuerza política del país.
Santos tiene todas las de ganar en la elección presidencial de mayo. Será difícil que la candidata del Partido Conservador Noemí Sanín le dispute la primogenitura como el candidato del uribismo. Es más, es posible que en la primera vuelta de esa elección Santos recoja una no despreciable deserción de votos conservadores uribistas, de los mismos que votaron en la consulta conservadora por Andrés Felipe Arias. Y en una segunda vuelta, especialmente si Noemí no llega hasta ahí, Santos no tendrá problemas en lograr que una gran mayoría de los conservadores voten por él.
Quizás el escenario que menos favorecería a Santos es que Noemí llegue a la segunda vuelta y sea capaz de armar una gran coalición que incluya a un sector importante del conservatismo y a los demás partidos. O sea una coalición de todos contra Santos. Pero no sería fácil el éxito de una coalición de estas por lo heterogéneo de los distintos grupos que la conformarían y porque la mayoría del electorado favorece una continuidad del gobierno de Uribe.