Esta tasa de crecimiento anual fue inferior a la esperado por los analistas. Sin embargo, es indicativa de una consolidación del proceso de recuperación económica.
El aumento de 4,5% supera al del primer trimestre que fue de 4,2% y al del último trimestre de 2009 que fue de 3%. Frente al primer trimestre de 2010, el aumento del segundo trimestre fue de 1%.
O sea que se mantiene una tendencia ascendente en el comportamiento del PIB. En el semestre el aumento fue de 4,3%, que se compara favorablemente con el 1,9% del segundo semestre de 2009 y con –0,3% del primer semestre de ese año.
Por el lado de la oferta, los sectores de mayor crecimiento anual en el segundo trimestre de 2010 fueron minería con 14,9% (petróleo y gas natural 18,6%, carbón 10,6%, minerales metálicos 11,8%, y minerales no metálicos –5,2%); industria 8,4%; transporte terrestre 7,6%; servicios de asistencia social y salud 7,2%; comercio 6,5%; obras civiles 6,2%; servicios empresariales no financieros 5,5%; y transporte aéreo 5 ,5%.
Un sector con crecimiento apenas positivo fue el agropecuario con 1,1%, en el cual la producción de café empezó a dar señales de vida y aumentó 20,1%, pero los otros productos agrícolas disminuyeron 2,8%. A su vez, administración pública y defensa se incrementó en 4%, hotelería y restaurantes en 3,3%, educación 1,6%, telecomunicaciones 1,2%, e intermediación financiera 0,5%.
El sector de peor desempeño y que evitó que el crecimiento del PIB se ajustara a las expectativas más optimistas fue el de la construcción relacionada con la edificación urbana, que experimentó un descenso de 16,1%.
Por el lado de la demanda (o gasto), es de interés destacar la aceleración en el aumento del consumo de hogares, ya que en el segundo trimestre de 2010 alcanzó 3,9% y superó al del trimestre anterior de 3,4% y al del último trimestre de 2009 de 2,7%. Fue el mayor incremento anual del consumo de hogares desde el primer trimestre de 2008.
Los otros dos renglones por el lado de la demanda que impulsaron el crecimiento del segundo trimestre fueron consumo del gobierno (5,9%) y la variación de existencias.
El aumento de existencias o inventarios fue equivalente a 2,1% del PIB y gracias a este aumento la formación bruta de capital creció 24,2%. El componente de la inversión denominado formación bruta de capital fijo sólo se incrementó en 3,4%. A su vez, las exportaciones permanecieron relativamente estancadas (1,5%), pero fue el primer aumento desde el primer trimestre de 2009.
¿Qué se puede concluir? En primer lugar, que la recuperación se ha basado en parte en la acumulación de inventarios, lo cual es normal después de un período recesivo como por el que se atravesó en 2009. Pero hacia delante la solidez de la recuperación dependerá ante todo de que continúe acelerándose el consumo de hogares, de que repunte con más fuerza la inversión en capital fijo, y de que las exportaciones aumenten a un mayor ritmo.
Dada la fortaleza del peso y la confianza que ha despertado el gobierno de Juan Manuel Santos, es previsible que en los próximos trimestre el consumo de hogares crezca a tasas superiores a las actuales y que igual acontezca con la inversión en capital fijo, incluso en áreas como el de la edificación urbana.
Menos claro es el panorama relacionado con las exportaciones, las que serán afectadas por la revaluación del peso y por las dificultades para exportar al deprimido mercado de Venezuela. Además, todos los analistas concuerdan en que la recuperación de la economía global es menos fuerte de lo inicialmente estimado. Pero hay que tener en cuenta que con una moneda débil es imposible la reactivación del consumo y de la inversión y que la economía colombiana ya absorbió el impacto de la brusca contracción del mercado de Venezuela.
Se puede concluir, entonces, que la actual recuperación económica ha sido pausada, lo cual se refleja, entre otras, en que la inflación se ha mantenido bajo control en alrededor de 2% anual, y que la Junta Directiva del Banco de la República no haya dudado en mantener invariable su tasa de interés de intervención en un nivel históricamente bajo de 3% anual.
Por ahora, en medio de la incertidumbre reinante sobre la economía global y la de Venezuela, y si se tiene en cuenta que todavía no están dadas las condiciones para una reactivación en firme de la edificación urbana, no será fácil alcanzar en los próximos dos o tres trimestres crecimientos anuales del PIB superiores a 5%.
O sea que se mantiene una tendencia ascendente en el comportamiento del PIB. En el semestre el aumento fue de 4,3%, que se compara favorablemente con el 1,9% del segundo semestre de 2009 y con –0,3% del primer semestre de ese año.
Por el lado de la oferta, los sectores de mayor crecimiento anual en el segundo trimestre de 2010 fueron minería con 14,9% (petróleo y gas natural 18,6%, carbón 10,6%, minerales metálicos 11,8%, y minerales no metálicos –5,2%); industria 8,4%; transporte terrestre 7,6%; servicios de asistencia social y salud 7,2%; comercio 6,5%; obras civiles 6,2%; servicios empresariales no financieros 5,5%; y transporte aéreo 5 ,5%.
Un sector con crecimiento apenas positivo fue el agropecuario con 1,1%, en el cual la producción de café empezó a dar señales de vida y aumentó 20,1%, pero los otros productos agrícolas disminuyeron 2,8%. A su vez, administración pública y defensa se incrementó en 4%, hotelería y restaurantes en 3,3%, educación 1,6%, telecomunicaciones 1,2%, e intermediación financiera 0,5%.
El sector de peor desempeño y que evitó que el crecimiento del PIB se ajustara a las expectativas más optimistas fue el de la construcción relacionada con la edificación urbana, que experimentó un descenso de 16,1%.
Por el lado de la demanda (o gasto), es de interés destacar la aceleración en el aumento del consumo de hogares, ya que en el segundo trimestre de 2010 alcanzó 3,9% y superó al del trimestre anterior de 3,4% y al del último trimestre de 2009 de 2,7%. Fue el mayor incremento anual del consumo de hogares desde el primer trimestre de 2008.
Los otros dos renglones por el lado de la demanda que impulsaron el crecimiento del segundo trimestre fueron consumo del gobierno (5,9%) y la variación de existencias.
El aumento de existencias o inventarios fue equivalente a 2,1% del PIB y gracias a este aumento la formación bruta de capital creció 24,2%. El componente de la inversión denominado formación bruta de capital fijo sólo se incrementó en 3,4%. A su vez, las exportaciones permanecieron relativamente estancadas (1,5%), pero fue el primer aumento desde el primer trimestre de 2009.
¿Qué se puede concluir? En primer lugar, que la recuperación se ha basado en parte en la acumulación de inventarios, lo cual es normal después de un período recesivo como por el que se atravesó en 2009. Pero hacia delante la solidez de la recuperación dependerá ante todo de que continúe acelerándose el consumo de hogares, de que repunte con más fuerza la inversión en capital fijo, y de que las exportaciones aumenten a un mayor ritmo.
Dada la fortaleza del peso y la confianza que ha despertado el gobierno de Juan Manuel Santos, es previsible que en los próximos trimestre el consumo de hogares crezca a tasas superiores a las actuales y que igual acontezca con la inversión en capital fijo, incluso en áreas como el de la edificación urbana.
Menos claro es el panorama relacionado con las exportaciones, las que serán afectadas por la revaluación del peso y por las dificultades para exportar al deprimido mercado de Venezuela. Además, todos los analistas concuerdan en que la recuperación de la economía global es menos fuerte de lo inicialmente estimado. Pero hay que tener en cuenta que con una moneda débil es imposible la reactivación del consumo y de la inversión y que la economía colombiana ya absorbió el impacto de la brusca contracción del mercado de Venezuela.
Se puede concluir, entonces, que la actual recuperación económica ha sido pausada, lo cual se refleja, entre otras, en que la inflación se ha mantenido bajo control en alrededor de 2% anual, y que la Junta Directiva del Banco de la República no haya dudado en mantener invariable su tasa de interés de intervención en un nivel históricamente bajo de 3% anual.
Por ahora, en medio de la incertidumbre reinante sobre la economía global y la de Venezuela, y si se tiene en cuenta que todavía no están dadas las condiciones para una reactivación en firme de la edificación urbana, no será fácil alcanzar en los próximos dos o tres trimestres crecimientos anuales del PIB superiores a 5%.