Al “climagate” de los científicos del Climate Research Unit (CRU) se agrega el de los científicos del Hadley Center for Climate Change.
Las noticias provienen de Rusia. Según el Institute of Economic Analysis (IEA) con sede en Moscú, el Hadley Center for Climate Change, adscrito al British Meteorological Office in Exeter (Devon en Inglaterra), ha manipulado la información sobre el clima en Rusia para hacer aparecer el calentamiento global como más fuerte de lo que efectivamente ha sido.
El IEA sostiene que la información de las estaciones meteorológicas rusas en nada apoyan la teoría del calentamiento global producido por el hombre. El Hadley Center solamente ha utilizado la información suministrada por el 25% de las estaciones. Cerca del 40% del territorio ruso no fue cubierto en sus cálculos de la temperatura global, no obstante que la información estaba disponible. Esa información disponible que no fue tenida en cuenta no arroja calentamiento, ni a finales del Siglo XX ni a comienzos del siglo actual.
Es más, la información utilizada por el Hadley Center no toma en cuenta la de las estaciones con series estadísticas sin interrupciones. Peor aún, sólo han usado las de estaciones localizadas en áreas con alta densidad de población y que están influenciadas por el calentamiento usual que producen los centros urbanos. No se han tomado la molestia de mirar la información de las estaciones más remotas, que son las que darían mejores luces sobre el cambio climático que ha experimentado el planeta.
Según el IEA, la mediciones del calentamiento global están claramente distorsionadas por las exageraciones en los estimativos provenientes de Rusia, un país que representa un 12,5% de la superficie de tierra del planeta. Y no se sabe si la información climatológica de otros países ha sido igualmente manipulada.
Es cada vez menor la confianza en los resultados de las investigaciones realizadas en el Hadley Center for Climate Change de la British Metereological Office y en el Climate Research Unit de la East Anglia University. Lamentablemente han sido las investigaciones de estos dos centros las que han utilizado Naciones Unidas, personajes faranduleros como Al Gore y asistentes a la actual Conferencia de Copenhagen, para asustar a media humanidad. Son las mismas investigaciones “científicas” que los medios de comunicación han empaquetado con sensacionalismo o tremendismo y que han aprovechado grupos políticos y ONGs para lograr apoyo y cantidades de dinero.
Muchos oportunistas de profesión han encontrado en la evolución pasada y futura del clima del planeta un tema ideal para promover sus intereses. Por un lado, se trata de un tema que despierta una gran ansiedad entre la mayoría de la población. En segundo lugar, es un tema muy complejo sobre el cual casi todo el mundo carece del más mínimo conocimiento. En tercer lugar, los que más saben del tema saben muy poco, por lo que las tesis más extremas no se pueden refutar del todo. Estas condiciones hacen propicio su aprovechamiento por parte de los vivos, llámense ellos “reyezuelos” y “brujos” como en las tribus del pasado, o “líderes políticos” y “científicos” como hoy en día.
El IEA sostiene que la información de las estaciones meteorológicas rusas en nada apoyan la teoría del calentamiento global producido por el hombre. El Hadley Center solamente ha utilizado la información suministrada por el 25% de las estaciones. Cerca del 40% del territorio ruso no fue cubierto en sus cálculos de la temperatura global, no obstante que la información estaba disponible. Esa información disponible que no fue tenida en cuenta no arroja calentamiento, ni a finales del Siglo XX ni a comienzos del siglo actual.
Es más, la información utilizada por el Hadley Center no toma en cuenta la de las estaciones con series estadísticas sin interrupciones. Peor aún, sólo han usado las de estaciones localizadas en áreas con alta densidad de población y que están influenciadas por el calentamiento usual que producen los centros urbanos. No se han tomado la molestia de mirar la información de las estaciones más remotas, que son las que darían mejores luces sobre el cambio climático que ha experimentado el planeta.
Según el IEA, la mediciones del calentamiento global están claramente distorsionadas por las exageraciones en los estimativos provenientes de Rusia, un país que representa un 12,5% de la superficie de tierra del planeta. Y no se sabe si la información climatológica de otros países ha sido igualmente manipulada.
Es cada vez menor la confianza en los resultados de las investigaciones realizadas en el Hadley Center for Climate Change de la British Metereological Office y en el Climate Research Unit de la East Anglia University. Lamentablemente han sido las investigaciones de estos dos centros las que han utilizado Naciones Unidas, personajes faranduleros como Al Gore y asistentes a la actual Conferencia de Copenhagen, para asustar a media humanidad. Son las mismas investigaciones “científicas” que los medios de comunicación han empaquetado con sensacionalismo o tremendismo y que han aprovechado grupos políticos y ONGs para lograr apoyo y cantidades de dinero.
Muchos oportunistas de profesión han encontrado en la evolución pasada y futura del clima del planeta un tema ideal para promover sus intereses. Por un lado, se trata de un tema que despierta una gran ansiedad entre la mayoría de la población. En segundo lugar, es un tema muy complejo sobre el cual casi todo el mundo carece del más mínimo conocimiento. En tercer lugar, los que más saben del tema saben muy poco, por lo que las tesis más extremas no se pueden refutar del todo. Estas condiciones hacen propicio su aprovechamiento por parte de los vivos, llámense ellos “reyezuelos” y “brujos” como en las tribus del pasado, o “líderes políticos” y “científicos” como hoy en día.