El proceso de selección de socios para el proyecto de gas natural costa afuera Mariscal Sucre quedó desierto a falta de ofertas.
A mediados de 2009 se había iniciado el proceso de licitación para conformar empresas mixtas en la explotación de unas reservas estimadas de 14.7 billones de pies cúbicos, al oriente de Venezuela. PDVSA invitó, entonces, a las japonesas Marubeni, Mitsui, Mitsubishi e Itochu, la argelina Sonatrach, la surcoreana Korea Gas, Petronas Gas de Malasia, la noruega Statoil, Galp Energía de Portugal, la rusa Gazprom y la italiana ENI. Otras empresas como la española Repsol habían mostrado un cierto interés.
Todo indica que no hubo oferta alguna, no obstante que a última hora PDVSA suavizó algunas de las condiciones para participar. En realidad, estas licitaciones, y las que se vienen del crudo pesado del Orinoco, no deben interpretarse como del "gobierno" de Venezuela sino como las de Hugo Chávez.
Al final de cuentas, no son negociaciones con un supuesto gobierno que está sometido a un ordenamiento jurídico, sino que lo son con Hugo Chávez y sus compinches. Ellos son quienes deciden arbitrariamente a quiénes se le giran dólares para pagar dividendos y remesas, a quiénes y con qué tardanza se pagan las importaciones, a quiénes los sindicatos lo despojarán de todo, y a quiénes se les expropiará sus bienes la próxima semana,
Es posible que todavía queden algunos empresarios idiotas en el planeta que quieran convertirse en socios de Hugo Chávez. Se merecen su suerte, si es que a esta altura del paseo no se han dado cuenta que están negociando no con un gobierno sino con un gran caco; con alguien que dispone a su capricho de todo lo que no le pertenece, pero que tiene la mala fortuna de estar en territorio venezolano.