En lugar de metas y planes concretos lo que ha habido desde la época de Hugo Chávez son anuncios propagandísticos de logros que nunca se cumplieron.
Da risa escuchar las declaraciones de los funcionarios del gobierno venezolano sobre para dónde va la economía de ese país. Cualquier persona con dos dedos de frente se da cuenta de que lo que prometen nunca se cumplirá simplemente porque se trata de un gobierno sin mayor capacidad de ejecución, corrupto hasta la médula y que como resultado se ha quedado sin recursos.
Pero los farsantes que lo administran salen todos los días con el cuento de que la profunda crisis económica será superada y que todo volverá a la normalidad. Sin embargo, pasan los días y la situación económica empeora. Y no es aventurado pronosticar que continuará el deterioro porque estos funcionarios, incluida la cúpula de las fuerzas armadas, muchos de los cuales han pescado en río revuelto y han engrosados sus bolsillos como nunca se lo imaginaron, si por algo se caracterizan es por su ignorancia sobre teoría y política económica.
Los ejemplos sobre la abismal diferencia entre lo que dicen que se logrará y lo que en la realidad se da, son tan numerosos que se requeriría de cientos de páginas para incluirlos en un informe. Pero citemos solo dos casos que son muy ilustrativos de la falta absoluta de seriedad y cínica desfachatez de los pronunciamientos económicos oficiales.
El mas reciente tiene que ver con las metas económicas para 2013 que anunciara el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV) Nelson Morantes. El 7 de noviembre de 2012, según lo reportó la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), Morantes indicó que la meta inflacionaria para el siguiente año oscilaría entre 14% y 16%, es decir, una reducción de alguna importancia dado que en años anteriores se había situado consistentemente por encima de 20% anual. Pues bien, la inflación en 2013 resultó ser el 56% anual, la mas alta en mucho tiempo.
¿Y el señor Morantes? Fue ratificado hace poco por Nicolás Maduro como presidente del BCV. Por lo visto, entre mayor sea el desfase entre las metas y la realidad, entre mayor la farsa y la mentira, mas méritos para permanecer en el cargo.
El otro ejemplo tiene que ver con el Plan Siembra Petrolera anunciado en 2006 con bombos y platillos por Hugo Chávez y su ministro de Energía y presidente de PDVSA Rafael Ramírez. Ahí se estableció que la meta de producción petrolera de Venezuela para 2012 era 5.8 millones de barriles diarios. Pues bien, las mejores fuentes aseguran que la producción de 2013 no superó los 2.7 millones de barriles diarios, o sea casi un 20% menos de lo que se producía antes de Chávez y la mitad de la meta del Plan. Pero además de este incumplimiento, la situación financiera y operativa de la otrora sólida PDVSA es lamentable y se ha convertido en uno de los elementos que mas contribuyen actualmente a la desestabilización de la economía venezolana, a lo que habría que agregar el estado precario en que se encuentra el sistema de refinerías.
¿Y el señor Ramírez? No solamente fue ratificado como ministro de Energía y presidente de PDVSA sino que ahora último fue encargado del manejo de toda el área económica. De nuevo, entre mayor la farsa y la mentira, mas méritos no solo para permanecer en el cargo sino para ser promovido.
Al tiempo que los anuncios oficiales están totalmente divorciados de la tozuda realidad, el gobierno se ha propuesto acabar con lo último que queda de prensa libre, multándola, cerrándola, y cortándole el suministro de materias primas como el papel. Se ha propuesto reprimir con todo a la verdad. Es tan evidente su farsa y tan protuberantes sus mentiras que intentan tapar el sol con las manos a como hubiere lugar.
Pero los farsantes que lo administran salen todos los días con el cuento de que la profunda crisis económica será superada y que todo volverá a la normalidad. Sin embargo, pasan los días y la situación económica empeora. Y no es aventurado pronosticar que continuará el deterioro porque estos funcionarios, incluida la cúpula de las fuerzas armadas, muchos de los cuales han pescado en río revuelto y han engrosados sus bolsillos como nunca se lo imaginaron, si por algo se caracterizan es por su ignorancia sobre teoría y política económica.
Los ejemplos sobre la abismal diferencia entre lo que dicen que se logrará y lo que en la realidad se da, son tan numerosos que se requeriría de cientos de páginas para incluirlos en un informe. Pero citemos solo dos casos que son muy ilustrativos de la falta absoluta de seriedad y cínica desfachatez de los pronunciamientos económicos oficiales.
El mas reciente tiene que ver con las metas económicas para 2013 que anunciara el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV) Nelson Morantes. El 7 de noviembre de 2012, según lo reportó la Agencia Venezolana de Noticias (AVN), Morantes indicó que la meta inflacionaria para el siguiente año oscilaría entre 14% y 16%, es decir, una reducción de alguna importancia dado que en años anteriores se había situado consistentemente por encima de 20% anual. Pues bien, la inflación en 2013 resultó ser el 56% anual, la mas alta en mucho tiempo.
¿Y el señor Morantes? Fue ratificado hace poco por Nicolás Maduro como presidente del BCV. Por lo visto, entre mayor sea el desfase entre las metas y la realidad, entre mayor la farsa y la mentira, mas méritos para permanecer en el cargo.
El otro ejemplo tiene que ver con el Plan Siembra Petrolera anunciado en 2006 con bombos y platillos por Hugo Chávez y su ministro de Energía y presidente de PDVSA Rafael Ramírez. Ahí se estableció que la meta de producción petrolera de Venezuela para 2012 era 5.8 millones de barriles diarios. Pues bien, las mejores fuentes aseguran que la producción de 2013 no superó los 2.7 millones de barriles diarios, o sea casi un 20% menos de lo que se producía antes de Chávez y la mitad de la meta del Plan. Pero además de este incumplimiento, la situación financiera y operativa de la otrora sólida PDVSA es lamentable y se ha convertido en uno de los elementos que mas contribuyen actualmente a la desestabilización de la economía venezolana, a lo que habría que agregar el estado precario en que se encuentra el sistema de refinerías.
¿Y el señor Ramírez? No solamente fue ratificado como ministro de Energía y presidente de PDVSA sino que ahora último fue encargado del manejo de toda el área económica. De nuevo, entre mayor la farsa y la mentira, mas méritos no solo para permanecer en el cargo sino para ser promovido.
Al tiempo que los anuncios oficiales están totalmente divorciados de la tozuda realidad, el gobierno se ha propuesto acabar con lo último que queda de prensa libre, multándola, cerrándola, y cortándole el suministro de materias primas como el papel. Se ha propuesto reprimir con todo a la verdad. Es tan evidente su farsa y tan protuberantes sus mentiras que intentan tapar el sol con las manos a como hubiere lugar.