El Grupo Prisa de España se encuentra sumido en una profunda crisis financiera.
La holding del grupo es dueña del diario El País, del diario deportivo As, de la Editorial Santillana, de la empresa de televisión Sogecable y del Grupo Latino de Radio (GLR). Esta última empresa posee estaciones de radio en México (Radiopolis), Colombia (Caracol Radio), Argentina (Radio Continental), Costa Rica, Panamá y Chile.
El problema central del Grupo Prisa es su deuda. En años anteriores se expandió con base en deuda. Por ejemplo, para la compra de Sogecable se endeudó en 1.950 millones de euros. La deuda total del Grupo asciende a 5.000 millones de euros, bastante superior a los 3.000 millones de euros que facturarán sus distintas empresas en 2009.
El precio de la acción ha caído más del 80%. La capitalización bursátil de Prisa apenas supera los 700 millones de euros. Ante semejante situación, una inevitable salida es la venta de activos. Por ahora lograron vender el 25% de Editorial Santillana al fondo privado DLJ South American Partners, y el 35% de la audiovisual portuguesa Media Capital a otro fondo privado, Ongoing Strategy. Por ambas operaciones a Prisa le ingresarán más de 400 millones de euros.
Pero la gran esperanza de Prisa para salir del atolladero financiero es la venta de Digital +. Prisa había valorado su plataforma de TV digital en 3.500 millones de euros, pero el banco de inversiones suizo UBS la evaluó en solo 2.100 millones de euros. Hay quienes sostienen que ni siquiera vendiendo a Digital + se solucionaría la asfixia financiera que padece Prisa.
Al tiempo que tiene lugar la venta de los activos, uno de sus principales acreedores, el banco HSBC, analiza la posibilidad financiera y jurídica de un recurso extremo como lo sería capitalizar la deuda de Prisa, lo que le daría un importante control accionario. Este banco se ha negado a refinanciar su acreencia y a extender su vencimiento más allá de 2010.
Como si lo anterior no fuera suficiente, varios miembros de la familia de uno de los fundadores del grupo, Jesús de Polanco Gutiérrez, se han retirado de posiciones de manejo y dirección. A la muerte de don Jesús en julio de 2007, esta familia se comprometió por diez años a no vender sus acciones de Prisa. Pero lo que está pasando es que la participación de la familia Polanco se ha diluido y continuará diluyéndose en la medida en la cual se requiera capitalizar para pagar deuda.
Y para rematar, en el día a día no dan tregua los vientos huracanados: caídas de márgenes operacionales, desaceleración de las ventas a partir de finales de 2008, contracción de los ingresos por concepto de publicidad, reducción del negocio de televisión de pago, y enfriamiento en la circulación de los diarios.
El problema central del Grupo Prisa es su deuda. En años anteriores se expandió con base en deuda. Por ejemplo, para la compra de Sogecable se endeudó en 1.950 millones de euros. La deuda total del Grupo asciende a 5.000 millones de euros, bastante superior a los 3.000 millones de euros que facturarán sus distintas empresas en 2009.
El precio de la acción ha caído más del 80%. La capitalización bursátil de Prisa apenas supera los 700 millones de euros. Ante semejante situación, una inevitable salida es la venta de activos. Por ahora lograron vender el 25% de Editorial Santillana al fondo privado DLJ South American Partners, y el 35% de la audiovisual portuguesa Media Capital a otro fondo privado, Ongoing Strategy. Por ambas operaciones a Prisa le ingresarán más de 400 millones de euros.
Pero la gran esperanza de Prisa para salir del atolladero financiero es la venta de Digital +. Prisa había valorado su plataforma de TV digital en 3.500 millones de euros, pero el banco de inversiones suizo UBS la evaluó en solo 2.100 millones de euros. Hay quienes sostienen que ni siquiera vendiendo a Digital + se solucionaría la asfixia financiera que padece Prisa.
Al tiempo que tiene lugar la venta de los activos, uno de sus principales acreedores, el banco HSBC, analiza la posibilidad financiera y jurídica de un recurso extremo como lo sería capitalizar la deuda de Prisa, lo que le daría un importante control accionario. Este banco se ha negado a refinanciar su acreencia y a extender su vencimiento más allá de 2010.
Como si lo anterior no fuera suficiente, varios miembros de la familia de uno de los fundadores del grupo, Jesús de Polanco Gutiérrez, se han retirado de posiciones de manejo y dirección. A la muerte de don Jesús en julio de 2007, esta familia se comprometió por diez años a no vender sus acciones de Prisa. Pero lo que está pasando es que la participación de la familia Polanco se ha diluido y continuará diluyéndose en la medida en la cual se requiera capitalizar para pagar deuda.
Y para rematar, en el día a día no dan tregua los vientos huracanados: caídas de márgenes operacionales, desaceleración de las ventas a partir de finales de 2008, contracción de los ingresos por concepto de publicidad, reducción del negocio de televisión de pago, y enfriamiento en la circulación de los diarios.