Una revisión en Google de los pronósticos que se han hecho de tiempo atrás sobre Polo Norte ilustra acerca de la irresponsabilidad con la cual se ha manejado el tema.
A lo largo de la actual década, al Polo Norte lo han derretido en múltiples ocasiones. De acuerdo con algunos pronósticos de comienzos de la década el derretimiento ha debido completarse hacia 2008. Otros pronósticos sitúan el derretimiento total en 2011, en 2013, en 2022, en 2029, etc. Cada vez que hay un pronóstico de estos, los medios de comunicación de manera altamente irresponsable, los difunden como si se tratara de una verdad incuestionable.
Un ejemplo reciente fue el titular de la primera página del diario El Tiempo del 16 de Octubre de 2009: “Ártico, sin hielo en verano de 2029”. Y luego se dice que “el casquete de hielo del Océano Glacial Ártico podría desaparecer durante el verano a partir de 2009”. De hecho, durante todos los veranos siempre se ha presentado un derretimiento significativo del Océano Ártico. Pero así como se divulga el tema en el El Tiempo, como si se tratara de hechos ciertos y evidentes, de la misma manera se ha presentado en otros medios como el New York Times, CNN y National Geographic.
Ni los periodistas, ni los políticos, ni los actores de cine saben mucho acerca de lo que todavía es una ciencia sobre la cual hay apenas unos conocimientos muy parciales. A nivel de la comunidad científica, no hay consenso sobre conceptos de una alta complejidad como lo son los del “calentamiento” o “enfriamiento” global, sus posibles y múltiples causas y las eventuales trayectorias del cambio climático. El hecho de que haya un relativo consenso entre algunos políticos en busca de una causa que les traiga apoyo, o entre algunos personajes de la farándula en busca de un pretexto para elevar su auto estima, no significa que haya claridad científica sobre el tema.
James Hansen, un científico que trabajaba en la NASA, fue quien en la década de los años 80 prendió por primera vez las alarmas acerca del calentamiento global. Pronosticó en su momento que ya por esta época estaríamos todos sumergidos en agua. Hansen es científico, pero no es especialista en clima. Es físico y matemático. Así también Bill Nye, otro “científico” pregonero del fin del mundo. Su especialización es la de ingeniero mecánico.
Ni qué decir de otros personajes que se pasean por el planeta con el cartel de que “El fin del mundo está próximo” debido al calentamiento global. Al Gore, el Príncipe Carlos y Robert Kennedy Jr no se graduaron en ciencias (¿alguien sabe de qué se graduó el Príncipe Carlos?). Ni siquiera se destacaron en el colegio en ciencias.
Personajes de la farándula como Brad Pitt, Cameron Diaz, Leonardo DiCaprio, Ted Turner y Robert Redford, que se han convertido en “expertos” del cambio climático, ni siquiera se graduaron de secundaria.
Pero los peores de todos son los “científicos” que descubrieron que pueden aprovechar la ignorancia de periodistas, políticos, estrellas de la farándula y público en general para adquirir notoriedad y de paso, ganarse un buen dinero. La explotación comercial del tema del calentamiento global ha sido de grandes proporciones.
Hasta ahora la han tenido fácil estos explotadores de los temores que siempre han estado latentes en la cabeza de la gente y que se derivan de la precariedad de la existencia humana. Hasta ahora les ha bastado con la repetición de unas imágenes idiotas como el del desprendimiento de un bloque de hielo en el Polo Norte y la aparente angustia de un oso polar atrapado en un deshielo, para convencer a una infinidad de ignorantes que no tienen el más remoto conocimiento sobre cómo se genera el cambio climático, pero que son atraídos por el sensacionalismo de los pronósticos.
Pasan los años y Nueva York no está sumergido en aguas. Pasa el tiempo y la población de osos polares va en aumento en lugar de disminución. Transcurre una década y lo que se registra es un enfriamiento del planeta en lugar de un calentamiento. Por fortuna, todo apunta a que Santa Claus seguirá trayendo sus regalos de navidad desde el Polo Norte.
Un ejemplo reciente fue el titular de la primera página del diario El Tiempo del 16 de Octubre de 2009: “Ártico, sin hielo en verano de 2029”. Y luego se dice que “el casquete de hielo del Océano Glacial Ártico podría desaparecer durante el verano a partir de 2009”. De hecho, durante todos los veranos siempre se ha presentado un derretimiento significativo del Océano Ártico. Pero así como se divulga el tema en el El Tiempo, como si se tratara de hechos ciertos y evidentes, de la misma manera se ha presentado en otros medios como el New York Times, CNN y National Geographic.
Ni los periodistas, ni los políticos, ni los actores de cine saben mucho acerca de lo que todavía es una ciencia sobre la cual hay apenas unos conocimientos muy parciales. A nivel de la comunidad científica, no hay consenso sobre conceptos de una alta complejidad como lo son los del “calentamiento” o “enfriamiento” global, sus posibles y múltiples causas y las eventuales trayectorias del cambio climático. El hecho de que haya un relativo consenso entre algunos políticos en busca de una causa que les traiga apoyo, o entre algunos personajes de la farándula en busca de un pretexto para elevar su auto estima, no significa que haya claridad científica sobre el tema.
James Hansen, un científico que trabajaba en la NASA, fue quien en la década de los años 80 prendió por primera vez las alarmas acerca del calentamiento global. Pronosticó en su momento que ya por esta época estaríamos todos sumergidos en agua. Hansen es científico, pero no es especialista en clima. Es físico y matemático. Así también Bill Nye, otro “científico” pregonero del fin del mundo. Su especialización es la de ingeniero mecánico.
Ni qué decir de otros personajes que se pasean por el planeta con el cartel de que “El fin del mundo está próximo” debido al calentamiento global. Al Gore, el Príncipe Carlos y Robert Kennedy Jr no se graduaron en ciencias (¿alguien sabe de qué se graduó el Príncipe Carlos?). Ni siquiera se destacaron en el colegio en ciencias.
Personajes de la farándula como Brad Pitt, Cameron Diaz, Leonardo DiCaprio, Ted Turner y Robert Redford, que se han convertido en “expertos” del cambio climático, ni siquiera se graduaron de secundaria.
Pero los peores de todos son los “científicos” que descubrieron que pueden aprovechar la ignorancia de periodistas, políticos, estrellas de la farándula y público en general para adquirir notoriedad y de paso, ganarse un buen dinero. La explotación comercial del tema del calentamiento global ha sido de grandes proporciones.
Hasta ahora la han tenido fácil estos explotadores de los temores que siempre han estado latentes en la cabeza de la gente y que se derivan de la precariedad de la existencia humana. Hasta ahora les ha bastado con la repetición de unas imágenes idiotas como el del desprendimiento de un bloque de hielo en el Polo Norte y la aparente angustia de un oso polar atrapado en un deshielo, para convencer a una infinidad de ignorantes que no tienen el más remoto conocimiento sobre cómo se genera el cambio climático, pero que son atraídos por el sensacionalismo de los pronósticos.
Pasan los años y Nueva York no está sumergido en aguas. Pasa el tiempo y la población de osos polares va en aumento en lugar de disminución. Transcurre una década y lo que se registra es un enfriamiento del planeta en lugar de un calentamiento. Por fortuna, todo apunta a que Santa Claus seguirá trayendo sus regalos de navidad desde el Polo Norte.