El Grupo Prisa es dueño del diario El País, el de mayor difusión en España, del diario económico Cinco Días y del deportivo As. También es dueño de la cadena SER, la emisora de radio líder en audiencia, así como de la compañía de televisión Sogecable, que opera en abierto a través de Cuatro y mediante pago a través de Digital Plus.
Además Prisa es propietaria de las editoriales Santillana, Aguilar, Alfaguara y Taurus, y controla el 87% del Grupo Latino de Radio (dueño de Caracol Radio y Grupo Latino de Publicidad Colombia) y el 15,5% de la editora de Le Monde.
Pues bien, esta organización ha enfrentado una muy difícil situación financiera desde hace por lo menos 3 años. Recientemente ha estado en frenéticas negociaciones con sus acreedores para prorrogar, hasta mayo de 2013, la devolución de un crédito puente de 1.850 millones de euros que vencía en marzo de 2010. La deuda total financiera de grupo asciende a 4.850 millones de euros y es considerada como una carga demasiado alta, y más aún en medio de la actual crisis económica que sufre España.
La principal exigencia de la banca acreedora para la refinanciación de la deuda de la compañía es la de un acuerdo de capitalización. Desde hace varios meses Prisa ha estado en negociaciones con fondos de inversión, especialmente de Estados Unidos, lo que parece que al fin ha logrado. Si cuajan las negociaciones lideradas por Juan Luis Cebrián, el fondo Liberty Acquisitions Holdings, cuya cabeza visible es Nicolas Berggruen, capitalizaría a Prisa en una suma todavía no plenamente determinada, pero que estaría entre los 450 y 600 millones de euros.
Entre los partícipes de Liberty figuran más de 70 firmas de inversión, entre las que se encuentran algunas de las gestoras alternativas más famosas de Wall Street, como GLG, Taurus, Glenhill, Millenium, T Rowe Price, First Eagle o Fortress, así como los brazos inversores de Citigroup, Credit Suisse, Deutsche Bank y Morgan Stanley, además del Soros Fund del magnate húngaro Georege Soros.
La capitalización prevista, y que ojalá no se frustre porque no hay otras puertas abiertas, se traducirá en una reducción de la participación de la familia Polanco a cerca de un 35%. Actualmente controla el 70% y el grupo es presidido por Ignacio Polanco. Aparentemente la familia no cedería el poder ejecutivo.
Sin embargo, si las finanzas de Prisa no se enderezan, los Polanco lo perderían todo: quedarían eventualmente sin ninguna participación y poder ejecutivo. Para efectos prácticos el grupo ya quebró, es decir ya está en poder de sus acreedores, quienes están haciendo sus mejores esfuerzos para capitalizarlo, evitar su desmembramiento, y mantener viva la presencia de la familia Polanco. Pero hay analistas que sugieren que el rescate del grupo, o de lo que quedaría de él, pasa por salida de la familia y la llegada de una administración completamente remozada.
Además Prisa es propietaria de las editoriales Santillana, Aguilar, Alfaguara y Taurus, y controla el 87% del Grupo Latino de Radio (dueño de Caracol Radio y Grupo Latino de Publicidad Colombia) y el 15,5% de la editora de Le Monde.
Pues bien, esta organización ha enfrentado una muy difícil situación financiera desde hace por lo menos 3 años. Recientemente ha estado en frenéticas negociaciones con sus acreedores para prorrogar, hasta mayo de 2013, la devolución de un crédito puente de 1.850 millones de euros que vencía en marzo de 2010. La deuda total financiera de grupo asciende a 4.850 millones de euros y es considerada como una carga demasiado alta, y más aún en medio de la actual crisis económica que sufre España.
La principal exigencia de la banca acreedora para la refinanciación de la deuda de la compañía es la de un acuerdo de capitalización. Desde hace varios meses Prisa ha estado en negociaciones con fondos de inversión, especialmente de Estados Unidos, lo que parece que al fin ha logrado. Si cuajan las negociaciones lideradas por Juan Luis Cebrián, el fondo Liberty Acquisitions Holdings, cuya cabeza visible es Nicolas Berggruen, capitalizaría a Prisa en una suma todavía no plenamente determinada, pero que estaría entre los 450 y 600 millones de euros.
Entre los partícipes de Liberty figuran más de 70 firmas de inversión, entre las que se encuentran algunas de las gestoras alternativas más famosas de Wall Street, como GLG, Taurus, Glenhill, Millenium, T Rowe Price, First Eagle o Fortress, así como los brazos inversores de Citigroup, Credit Suisse, Deutsche Bank y Morgan Stanley, además del Soros Fund del magnate húngaro Georege Soros.
La capitalización prevista, y que ojalá no se frustre porque no hay otras puertas abiertas, se traducirá en una reducción de la participación de la familia Polanco a cerca de un 35%. Actualmente controla el 70% y el grupo es presidido por Ignacio Polanco. Aparentemente la familia no cedería el poder ejecutivo.
Sin embargo, si las finanzas de Prisa no se enderezan, los Polanco lo perderían todo: quedarían eventualmente sin ninguna participación y poder ejecutivo. Para efectos prácticos el grupo ya quebró, es decir ya está en poder de sus acreedores, quienes están haciendo sus mejores esfuerzos para capitalizarlo, evitar su desmembramiento, y mantener viva la presencia de la familia Polanco. Pero hay analistas que sugieren que el rescate del grupo, o de lo que quedaría de él, pasa por salida de la familia y la llegada de una administración completamente remozada.