Se trata de un sector que se ha acostumbrado a recibir toda clase de subsidios públicos cada vez que el peso se revalúa frente al dólar.
Buena parte de las ayudas del gobierno nacional han sido en préstamos subsidiados. El impacto de estas ayudas ha sido completamente contraproducente. En primer lugar, se trata de un sector con empresas en varios países, lo que hace muy difícil, sino imposible, el control del destino final de estos préstamos.
En segundo lugar, la concesión de créditos a unas tasas de interés ridículamente bajas ha llevado a muchos floricultores a sobre endeudarse, y a posponer decisiones empresariales difíciles. Después de años de ayudas oficiales, varios cultivos están en una situación de insolvencia por el alto nivel de su endeudamiento. No hace sentido mantenerlos con dineros públicos.
Lo anterior lleva a varias reflexiones, pero sobretodo a una muy importante. La sociedad colombiana no puede financiarle a la floricultura el riesgo cambiario de su negocio. Si los floricultores actuales son incapaces de manejar este riesgo, simplemente deberían de vender sus cultivos y cambiar de actividad. De pronto surgen otros empresarios que si son capaces de hacerlo.
Hay que decir que el apocalipsis que de acuerdo con varios floricultores enfrenta el sector por la actual revaluación del peso frente al dólar, no cuadra del todo con el comportamiento durante 2010 de las exportaciones de flores. En efecto, durante enero-agosto estas exportaciones ascendieron a un récord de US$ 828 millones, lo que representó un aumento de 18% frente a igual período del año anterior.
Para alivio de los floricultores, este aumento en valor de 18% fue superior al incremento en volumen de 6,9%. Es decir, que parte de la revaluación del peso frente al dólar se ha compensado con un aumento en los precios internacionales (o en los precios que han recibido con la venta de sus canastas de productos).
Otro dato interesante: las exportaciones de flores a la Comunidad Europea, que constituye el segundo destino en importancia después de Estados Unidos, crecieron 34% en los primeros ochos meses de 2010. Esto coincide con el hecho de que en este año el euro también se ha revaluado frente al dólar.
Los floricultores, así como otros exportadores que venden en Estados Unidos, no pueden perder de vista que lo que ha ocurrido en 2010 es un debilitamiento generalizado del dólar frente a las principales monedas del planeta. Este debilitamiento es resultado de las políticas fiscales de la administración de Barack Obama y de las políticas monetarias de la Reserva Federal. Sobre esto es poco lo que puede hacer el gobierno colombiano y muchos otros gobiernos que también están enfrentando lamentos y chirimías por parte de sus exportadores.
En segundo lugar, la concesión de créditos a unas tasas de interés ridículamente bajas ha llevado a muchos floricultores a sobre endeudarse, y a posponer decisiones empresariales difíciles. Después de años de ayudas oficiales, varios cultivos están en una situación de insolvencia por el alto nivel de su endeudamiento. No hace sentido mantenerlos con dineros públicos.
Lo anterior lleva a varias reflexiones, pero sobretodo a una muy importante. La sociedad colombiana no puede financiarle a la floricultura el riesgo cambiario de su negocio. Si los floricultores actuales son incapaces de manejar este riesgo, simplemente deberían de vender sus cultivos y cambiar de actividad. De pronto surgen otros empresarios que si son capaces de hacerlo.
Hay que decir que el apocalipsis que de acuerdo con varios floricultores enfrenta el sector por la actual revaluación del peso frente al dólar, no cuadra del todo con el comportamiento durante 2010 de las exportaciones de flores. En efecto, durante enero-agosto estas exportaciones ascendieron a un récord de US$ 828 millones, lo que representó un aumento de 18% frente a igual período del año anterior.
Para alivio de los floricultores, este aumento en valor de 18% fue superior al incremento en volumen de 6,9%. Es decir, que parte de la revaluación del peso frente al dólar se ha compensado con un aumento en los precios internacionales (o en los precios que han recibido con la venta de sus canastas de productos).
Otro dato interesante: las exportaciones de flores a la Comunidad Europea, que constituye el segundo destino en importancia después de Estados Unidos, crecieron 34% en los primeros ochos meses de 2010. Esto coincide con el hecho de que en este año el euro también se ha revaluado frente al dólar.
Los floricultores, así como otros exportadores que venden en Estados Unidos, no pueden perder de vista que lo que ha ocurrido en 2010 es un debilitamiento generalizado del dólar frente a las principales monedas del planeta. Este debilitamiento es resultado de las políticas fiscales de la administración de Barack Obama y de las políticas monetarias de la Reserva Federal. Sobre esto es poco lo que puede hacer el gobierno colombiano y muchos otros gobiernos que también están enfrentando lamentos y chirimías por parte de sus exportadores.