El gobierno inglés inició la implementación de un programa de un año dirigido a archivar todo el tráfico de Internet de su país.
Esta medida es en cumplimiento de una directiva de la Comunidad Europea y se refiere a todo el tráfico de e-mails, a todas las llamadas por telefonía VOIP o voz sobre IP (la telefonía tradicional ya está completamente monitoreada), y a la información acerca de todos los sitios visitados por cada usuario de computador de ese país.
La excusa para tan grande violación de la privacidad es supuestamente la lucha contra el crimen y el terrorismo. Todos los países de la Comunidad Europea deben aplicar la directiva, pero algunos lo están haciendo de manera apenas parcial. Solamente Suecia resolvió ignorarla por completo. En el caso de Inglaterra, se necesitará de 40 millones de gigabytes para almacenar toda la información relacionada con el tráfico de Internet de un año.
La medida recuerda al control que en su momento ejercieron las policías secretas de la Unión Soviética y de los países bajo su órbita. Ni siquiera George Orwell, autor de la novela 1984, se hubiera imaginado que en su país unos burócratas públicos terminarían controlando todo lo que se transmite por Internet y lo que se habla por teléfono. A esto habría que agregar el control que pretenden ejercer los gobiernos expoliadores sobre todos y cada uno de los movimientos bancarios que tienen lugar a lo largo y ancho del planeta.
Al paso que van las cosas, se llegará al extremo de Alemania Oriental cuando la mitad de la población vigilaba y procesaba información sobre la vida diaria de la otra mitad de la población. La única solución para quienes aprecian su privacidad —y la libertad que va de la mano de esa privacidad— será internarse en la selva amazónica, aunque nada de raro tendría que los burócratas gubernamentales decidieran aprovechar los avances de la tecnología satelital para también someter a los habitantes de ese rincón del planeta a un estricto monitoreo de su vida diaria.
La excusa para tan grande violación de la privacidad es supuestamente la lucha contra el crimen y el terrorismo. Todos los países de la Comunidad Europea deben aplicar la directiva, pero algunos lo están haciendo de manera apenas parcial. Solamente Suecia resolvió ignorarla por completo. En el caso de Inglaterra, se necesitará de 40 millones de gigabytes para almacenar toda la información relacionada con el tráfico de Internet de un año.
La medida recuerda al control que en su momento ejercieron las policías secretas de la Unión Soviética y de los países bajo su órbita. Ni siquiera George Orwell, autor de la novela 1984, se hubiera imaginado que en su país unos burócratas públicos terminarían controlando todo lo que se transmite por Internet y lo que se habla por teléfono. A esto habría que agregar el control que pretenden ejercer los gobiernos expoliadores sobre todos y cada uno de los movimientos bancarios que tienen lugar a lo largo y ancho del planeta.
Al paso que van las cosas, se llegará al extremo de Alemania Oriental cuando la mitad de la población vigilaba y procesaba información sobre la vida diaria de la otra mitad de la población. La única solución para quienes aprecian su privacidad —y la libertad que va de la mano de esa privacidad— será internarse en la selva amazónica, aunque nada de raro tendría que los burócratas gubernamentales decidieran aprovechar los avances de la tecnología satelital para también someter a los habitantes de ese rincón del planeta a un estricto monitoreo de su vida diaria.