El futuro de la coalición actual de gobierno depende en buena medida de los resultados de la consulta conservadora.
A primera vista, después de los resultados de elecciones legislativas, no habría problemas con la coalición que apoya a Álvaro Uribe. Ganaron los dos principales partidos de su coalición de gobierno, el Partido de la U y el Partido Conservador. Entre ambos obtuvieron la mitad del Congreso. Una futura coalición uribista quedó en una cómoda posición para armar mayoría tanto en el senado como en la cámara.
En efecto, el Partido de la U, que es el partido de Uribe, se consolidó como el mayoritario de Colombia con una cuarta parte de la votación total de senado. De 20 senadores en 2006 pasó a 27-28 (el total de senadores es de 100 más 2 de circunscripciones indígenas). Su candidato Juan Manuel Santos recibió un impulso en estas elecciones y quedó muy bien posicionado para disputar las elecciones presidenciales de mayo de 2010.
El Partido Conservador quedó de segundo con un poco más de la quinta parte de la votación total de senado. De 18 senadores aumentó a 22-23. Sin embargo, al día siguiente de la votación todavía se desconocía cuál de sus dos principales precandidatos presidenciales, Noemí Sanín o Andrés Felipe Arias, había ganado la consulta. Este resultado podría acarrear unas implicaciones de fondo en la conformación política de la Colombia post Uribe.
Arias representa al uribismo más recalcitrante, mientras que Sanín a uno moderado que reúne corrientes desafectas con Uribe. Es difícil creer que Arias tenga posibilidades de disputarle a Santos la mayoría de los votos uribistas. Habría un cierto canibalismo en las toldas uribistas, pero las probabilidades serían de que Santos llegaría a la segunda vuelta y Arias no lo haría. En esa vuelta el candidato del uribismo Santos se enfrentaría con un candidato de la oposición. En este escenario estaría asegurada la unión de ambos partidos mayoritarios, bajo el liderazgo del Partido de La U y de Santos.
El panorama se torna incierto si el candidato presidencial del Partido Conservador fuese Noemí Sanín. En la primera vuelta Sanín buscaría captar votos indiferentes u opuestos a Uribe y en términos generales, trataría de cortarle al Partido Conservador el cordón umbilical que lo ata a Uribe. Si no tiene éxito y no pasa a la segunda vuelta, se mantendría vigente el escenario de la alianza entre ambos partidos mayoritarios alrededor de Santos.
Pero si Noemí llega a la segunda vuelta a competirle la presidencia a Juan Manuel Santos, tendría que buscar la conformación de una nueva alianza, contraria a la uribista. No le sería fácil obviamente, pues tendría que conseguir el apoyo del Partido Liberal y de Cambio Radical, entre otros. Y naturalmente Santos no se quedaría de brazos cruzados y buscaría sus propias alianzas.
En otras palabras, un eventual triunfo de Noemí Sanín en la consulta conservadora y su paso a la segunda vuelta traería consigo la conformación de inusitadas alianzas y coaliciones, que serían diferentes a las que han gobernado a Colombia en los últimos 8 años.
En efecto, el Partido de la U, que es el partido de Uribe, se consolidó como el mayoritario de Colombia con una cuarta parte de la votación total de senado. De 20 senadores en 2006 pasó a 27-28 (el total de senadores es de 100 más 2 de circunscripciones indígenas). Su candidato Juan Manuel Santos recibió un impulso en estas elecciones y quedó muy bien posicionado para disputar las elecciones presidenciales de mayo de 2010.
El Partido Conservador quedó de segundo con un poco más de la quinta parte de la votación total de senado. De 18 senadores aumentó a 22-23. Sin embargo, al día siguiente de la votación todavía se desconocía cuál de sus dos principales precandidatos presidenciales, Noemí Sanín o Andrés Felipe Arias, había ganado la consulta. Este resultado podría acarrear unas implicaciones de fondo en la conformación política de la Colombia post Uribe.
Arias representa al uribismo más recalcitrante, mientras que Sanín a uno moderado que reúne corrientes desafectas con Uribe. Es difícil creer que Arias tenga posibilidades de disputarle a Santos la mayoría de los votos uribistas. Habría un cierto canibalismo en las toldas uribistas, pero las probabilidades serían de que Santos llegaría a la segunda vuelta y Arias no lo haría. En esa vuelta el candidato del uribismo Santos se enfrentaría con un candidato de la oposición. En este escenario estaría asegurada la unión de ambos partidos mayoritarios, bajo el liderazgo del Partido de La U y de Santos.
El panorama se torna incierto si el candidato presidencial del Partido Conservador fuese Noemí Sanín. En la primera vuelta Sanín buscaría captar votos indiferentes u opuestos a Uribe y en términos generales, trataría de cortarle al Partido Conservador el cordón umbilical que lo ata a Uribe. Si no tiene éxito y no pasa a la segunda vuelta, se mantendría vigente el escenario de la alianza entre ambos partidos mayoritarios alrededor de Santos.
Pero si Noemí llega a la segunda vuelta a competirle la presidencia a Juan Manuel Santos, tendría que buscar la conformación de una nueva alianza, contraria a la uribista. No le sería fácil obviamente, pues tendría que conseguir el apoyo del Partido Liberal y de Cambio Radical, entre otros. Y naturalmente Santos no se quedaría de brazos cruzados y buscaría sus propias alianzas.
En otras palabras, un eventual triunfo de Noemí Sanín en la consulta conservadora y su paso a la segunda vuelta traería consigo la conformación de inusitadas alianzas y coaliciones, que serían diferentes a las que han gobernado a Colombia en los últimos 8 años.