El nombramiento del congresista de California Xavier Becerra como Representante de Comercio de Estados Unidos sería el golpe final al TLC de Colombia.
Xavier Becerra ha sido incondicional en el apoyo a los grandes sindicatos de su país. Es un crítico de los acuerdos de libre comercio. Es partidario de mezclarle a las negociaciones de comercio toda clase de temas, como los relacionados con los derechos humanos. Desde un comienzo se ha opuesto al TLC de Colombia sobre la base de que este país viola los derechos de los sindicalistas y no investiga los asesinatos de líderes sindicales. En general, Becerra es partidario de lo que se llama “fair trade”, que consiste en imponerle toda clase de cortapisas y condicionamientos a los flujos de comercio. Pertenece al ala "progresista" o más izquierdista del Partido Demócrata.
Colombia perdió la oportunidad de sacar adelante el TLC cuando el presidente Álvaro Uribe se demoró inexplicablemente en firmarlo antes de las elecciones de Congreso en Estados Unidos, a finales de 2006. Antes de esas elecciones los republicanos tenían el control de senado y cámara.
Colombia se verá forzada a replantear su relación con Estados Unidos. La negativa por parte de Estados Unidos de aprobar un tratado ya firmado por los dos gobiernos es una bofetada al pueblo colombiano y constituye un tratamiento claramente discriminatorio que deja al país en desventaja comercial y de inversión frente a América Central y a Perú. Ante esa perspectiva, le corresponde al nuevo gobierno de Estados Unidos establecer qué tipo de relación quiere con Colombia. Y a Colombia definir si quiere continuar dándole a Estados Unidos el cielo y la tierra, tal como ha sido en estos últimos años.
Colombia se verá forzada a replantear su relación con Estados Unidos. La negativa por parte de Estados Unidos de aprobar un tratado ya firmado por los dos gobiernos es una bofetada al pueblo colombiano y constituye un tratamiento claramente discriminatorio que deja al país en desventaja comercial y de inversión frente a América Central y a Perú. Ante esa perspectiva, le corresponde al nuevo gobierno de Estados Unidos establecer qué tipo de relación quiere con Colombia. Y a Colombia definir si quiere continuar dándole a Estados Unidos el cielo y la tierra, tal como ha sido en estos últimos años.