La mitad del préstamo se destinará a proyectos de acueducto y alcantarillado y la otra mitad a la Corporación Financiera Nacional para préstamos de apoyo al sector productivo. Entre todos los países de la región, Ecuador es por lejos el de mayor exposición en la CAF (cerca de US$2.700 millones), no obstante que su economía es de las más pequeñas y que la calificación de su deuda soberana es la más baja de América Latina.
Hacia finales de 2009, el gobierno de Ecuador logró revertir una tendencia de caída en sus reservas internacionales mediante la contratación de préstamos en la propia CAF, en el Fondo Andino de Reservas (FAR), y en Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR). También el BID le prestó para proyectos de infraestructura.
Gracias a todos estos préstamos de entidades multilaterales regionales, las reservas internacionales en manos del Banco Central de Ecuador sobrepasaron los US$5.000 millones en noviembre de 2009, luego de que habían estado cerca de los US$3.000 millones a mediadios del año pasado.
Pero desde entonces han caído de manera procupante. A febrero 5 de 2010 las reservas internacionales sumaban US$3.747 millones, de las cuales US$2.795 eran líquidas (sin incluir oro y suscripciones de derechos en entidades internacionales). Estas últimas representan menos de 2.5 meses de importación de bienes.
Luego de raspar la olla de las entidades financieras regionales, que ya le han extendido la mano a Ecuador más allá de lo que deberían dado el riesgo implícito, ¿de dónde más obtendrá recursos el gobierno de Ecuador? Ha pignorado petróleo futuro, especialmente a China. El Presidente Rafael Correa marginó al país de entidades como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). La decisión de no pagar sus bonos soberanos hace impensable acudir a fuentes privadas de financiación. Y como si lo anterior no fuera suficiente, su maltrato a multinacionales se ha traducido en un estancamiento de la inversión extranjera.
La producción de petróleo, su principal renglón de exportación, va en descenso, y no se prevé un programa agresivo de exploración y explotación de nuevos yacimientos que permita pronosticar una reversión de esta tendencia. Por otro lado, si bien la crisis eléctrica reciente ha sido superada debido a la llegada del invierno, Ecuador deberá financiar un costoso programa de expansión de la capacidad de generación y transmisión de energía eléctrica para evitar la repitición de la crisis y su profundización en un cercano futuro.
Por otro lado, el gobierno de Rafael Correa ha adoptado una posición “olímpica” frente a este oscuro panorama. Ha sobredimensionado su presupuesto de gastos del 2010 sin tener asegurada la financiación. Sus ministros del área económica Diego Borja y Maria Elsa Viteri han dicho que los gobiernos de “países amigos” como Irán, Rusia, China y Venezuela, prestarán para cubrir esos faltantes presupuestales, que son como de US$2.500 millones. ¡Qué posición tan ingenua la de estos funcionarios!
Al inicio de 2009 Ecuador no había raspado la olla de las entidades financieras regionales. Ya lo hizo. ¿Qué queda? Por el lado de ingresos poco o nada para un país que se ha quedado sin reservas internacionales y que se las ha arreglado para que lo califiquen como paria en los mercados financieros internacionales.
Así las cosas, el inevitable ajuste será por el lado de los gastos, tanto del sector público como del privado, lo que se traduciría en una importante contracción económica.
Hacia finales de 2009, el gobierno de Ecuador logró revertir una tendencia de caída en sus reservas internacionales mediante la contratación de préstamos en la propia CAF, en el Fondo Andino de Reservas (FAR), y en Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR). También el BID le prestó para proyectos de infraestructura.
Gracias a todos estos préstamos de entidades multilaterales regionales, las reservas internacionales en manos del Banco Central de Ecuador sobrepasaron los US$5.000 millones en noviembre de 2009, luego de que habían estado cerca de los US$3.000 millones a mediadios del año pasado.
Pero desde entonces han caído de manera procupante. A febrero 5 de 2010 las reservas internacionales sumaban US$3.747 millones, de las cuales US$2.795 eran líquidas (sin incluir oro y suscripciones de derechos en entidades internacionales). Estas últimas representan menos de 2.5 meses de importación de bienes.
Luego de raspar la olla de las entidades financieras regionales, que ya le han extendido la mano a Ecuador más allá de lo que deberían dado el riesgo implícito, ¿de dónde más obtendrá recursos el gobierno de Ecuador? Ha pignorado petróleo futuro, especialmente a China. El Presidente Rafael Correa marginó al país de entidades como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional (FMI). La decisión de no pagar sus bonos soberanos hace impensable acudir a fuentes privadas de financiación. Y como si lo anterior no fuera suficiente, su maltrato a multinacionales se ha traducido en un estancamiento de la inversión extranjera.
La producción de petróleo, su principal renglón de exportación, va en descenso, y no se prevé un programa agresivo de exploración y explotación de nuevos yacimientos que permita pronosticar una reversión de esta tendencia. Por otro lado, si bien la crisis eléctrica reciente ha sido superada debido a la llegada del invierno, Ecuador deberá financiar un costoso programa de expansión de la capacidad de generación y transmisión de energía eléctrica para evitar la repitición de la crisis y su profundización en un cercano futuro.
Por otro lado, el gobierno de Rafael Correa ha adoptado una posición “olímpica” frente a este oscuro panorama. Ha sobredimensionado su presupuesto de gastos del 2010 sin tener asegurada la financiación. Sus ministros del área económica Diego Borja y Maria Elsa Viteri han dicho que los gobiernos de “países amigos” como Irán, Rusia, China y Venezuela, prestarán para cubrir esos faltantes presupuestales, que son como de US$2.500 millones. ¡Qué posición tan ingenua la de estos funcionarios!
Al inicio de 2009 Ecuador no había raspado la olla de las entidades financieras regionales. Ya lo hizo. ¿Qué queda? Por el lado de ingresos poco o nada para un país que se ha quedado sin reservas internacionales y que se las ha arreglado para que lo califiquen como paria en los mercados financieros internacionales.
Así las cosas, el inevitable ajuste será por el lado de los gastos, tanto del sector público como del privado, lo que se traduciría en una importante contracción económica.