Suspendió los planes para obtener un crédito del gobierno de China por US$1.000 millones.
Según el ministro de Política Económica Diego Borja “el gobierno de China impuso condicionamientos inaceptables, tales como garantías de importaciones”. Y en un alarde de machismo latino agregó: “Ecuador no acepta imposiciones de China, ni del Fondo Monetario Internacional, ni de nadie”.
El gobierno de Ecuador también le pidió al gobierno de Rusia un préstamo, pero todo indica que no se ha avanzado más allá de la solicitud. Es descubrir la pólvora percatarse de que los préstamos de gobierno están por lo general atados a importaciones del país que los concede. Por ejemplo, el gobierno de Rusia otorga préstamos, pero para las ventas de sus armas y otros bienes y servicios. Lo uno por lo otro. Lo mismo es con China.
El gobierno de Ecuador también le pidió al gobierno de Rusia un préstamo, pero todo indica que no se ha avanzado más allá de la solicitud. Es descubrir la pólvora percatarse de que los préstamos de gobierno están por lo general atados a importaciones del país que los concede. Por ejemplo, el gobierno de Rusia otorga préstamos, pero para las ventas de sus armas y otros bienes y servicios. Lo uno por lo otro. Lo mismo es con China.
Ecuador siempre ha asumido la peculiar postura de que quien le presta o quien invierte allá es un afortunado. Si fuera por Ecuador, es el deudor el que le impone condiciones al acreedor. Si fuera por Ecuador, el extranjero que invierte lo hace, no para obtener utilidades, sino para retribuir con pérdidas el gusto y el placer de enterrar allí el dinero.
Como sea, lo cierto es que el gobierno de Ecuador está agotando sus últimas municiones en materia de financiamiento externo. Ya prácticamente llenó su cupo en la Corporación Andina de Fomento (CAF), Fondo Andino de Reservas (FAR) y Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR). Igualmente logró un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero no para soporte de balanza de pagos, sino para proyectos de infraestructura. Por último, obtuvo anticipos del gobierno de China por US$1.000 millones sobre exportaciones futuras de petróleo.
¿Qué más le queda? También ya agotó la alternativa de traer parte de las reservas que el sistema financiero privado tenía en el exterior. Por otro lado, debido a sus incumplimientos no puede colocar bonos soberanos en los mercados internacionales. El mismo gobierno ecuatoriano se cerró las puertas para acceder al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI). Acaba de descubrir que los gobiernos de China y Rusia no están en el negocio de prestar por prestar. Y continuar hipotecando exportaciones futuras de petróleo no parecería solución viable.
A comienzos de noviembre de 2009 las reservas internacionales del Banco Central de Ecuador ascendían a US$4.600. Unos meses antes, a finales de mayo, estaban en el angustioso nivel de US$2.600 millones (menos de 3 meses de importaciones de bienes y servicios). El aumento de los últimos meses se originó principalmente en los préstamos de las entidades crediticias regionales y en el anticipo de China sobre exportaciones futuras de petróleo. Hacia delante, sin acceso a otras fuentes de financiamiento externo, las reservas internacionales volverán a caer irremediablemente y el gobierno ecuatoriano se verá forzado a no gastar mas de lo que recibe.
Lo anterior implica cortar el gasto público y sacrificar popularidad. Pero por ahora sigue con la ilusión de que del cielo caerá maná. Así lo refleja su fantasioso presupuesto de 2010, que está basado en una proyección muy optimista de crecimiento económico (6,8%) y que aún así contempla un déficit fiscal superior a 5% del PIB.
Como sea, lo cierto es que el gobierno de Ecuador está agotando sus últimas municiones en materia de financiamiento externo. Ya prácticamente llenó su cupo en la Corporación Andina de Fomento (CAF), Fondo Andino de Reservas (FAR) y Fondo Latinoamericano de Reservas (FLAR). Igualmente logró un crédito del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), pero no para soporte de balanza de pagos, sino para proyectos de infraestructura. Por último, obtuvo anticipos del gobierno de China por US$1.000 millones sobre exportaciones futuras de petróleo.
¿Qué más le queda? También ya agotó la alternativa de traer parte de las reservas que el sistema financiero privado tenía en el exterior. Por otro lado, debido a sus incumplimientos no puede colocar bonos soberanos en los mercados internacionales. El mismo gobierno ecuatoriano se cerró las puertas para acceder al Banco Mundial y al Fondo Monetario Internacional (FMI). Acaba de descubrir que los gobiernos de China y Rusia no están en el negocio de prestar por prestar. Y continuar hipotecando exportaciones futuras de petróleo no parecería solución viable.
A comienzos de noviembre de 2009 las reservas internacionales del Banco Central de Ecuador ascendían a US$4.600. Unos meses antes, a finales de mayo, estaban en el angustioso nivel de US$2.600 millones (menos de 3 meses de importaciones de bienes y servicios). El aumento de los últimos meses se originó principalmente en los préstamos de las entidades crediticias regionales y en el anticipo de China sobre exportaciones futuras de petróleo. Hacia delante, sin acceso a otras fuentes de financiamiento externo, las reservas internacionales volverán a caer irremediablemente y el gobierno ecuatoriano se verá forzado a no gastar mas de lo que recibe.
Lo anterior implica cortar el gasto público y sacrificar popularidad. Pero por ahora sigue con la ilusión de que del cielo caerá maná. Así lo refleja su fantasioso presupuesto de 2010, que está basado en una proyección muy optimista de crecimiento económico (6,8%) y que aún así contempla un déficit fiscal superior a 5% del PIB.