En declaraciones para Bloomberg, el experto Colin Fenton, quien es CEO de Curim, señaló que el racionamiento de electricidad pondrá en peligro las exportaciones de gasóleo de calefacción a China. Ese país, a través de China National Petroleum, le compró a Venezuela entre agosto y septiembre de 2009 cerca de 68.000 barriles diarios de gasóleo, como parte de pago de un préstamo por US$8.000 millones. Pues bien, ante un inevitable mayor racionamiento de electricidad, lo más seguro es que el gobierno venezolano le asigne prioridad al consumo doméstico en detrimento de la producción de gasóleo y de otros productos de exportación de la industria petroquímica.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que cerca del 70% del gas natural que utiliza el complejo petroquímico de El Tablazo proviene de Colombia. El corte o una reducción de las importaciones de gas natural colombiano obligaría a Venezuela a reducir su producción petroquímica y a acudir a importaciones costosas de gas licuado del petróleo (GLP). Esta eventualidad puede darse como resultado de un mayor consumo de gas en Colombia a causa del fenómeno climatológico de El Niño, lo que llevaría a una utilización más intensa en ese país de sus plantas térmicas de generación de energía eléctrica.
Mientras Hugo Chávez se la pasa viajando por todo el mundo pontificando sobre los problemas de la humanidad, su gobierno no ha podido resolver los suyos más urgentes. Bajo ese gobierno Venezuela se ha convertido en un país totalmente parásito del petróleo que le vende al resto del mundo y muy especialmente a países “capitalistas”. Cada vez exporta menos e importa más de otros bienes y servicios. Ni siquiera ese gobierno ha sido capaz de modernizar y renovar su infraestructura de producción petrolera, no obstante que acaba de beneficiarse con una bonanza sin precedentes en los precios internacionales del crudo.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que cerca del 70% del gas natural que utiliza el complejo petroquímico de El Tablazo proviene de Colombia. El corte o una reducción de las importaciones de gas natural colombiano obligaría a Venezuela a reducir su producción petroquímica y a acudir a importaciones costosas de gas licuado del petróleo (GLP). Esta eventualidad puede darse como resultado de un mayor consumo de gas en Colombia a causa del fenómeno climatológico de El Niño, lo que llevaría a una utilización más intensa en ese país de sus plantas térmicas de generación de energía eléctrica.
Mientras Hugo Chávez se la pasa viajando por todo el mundo pontificando sobre los problemas de la humanidad, su gobierno no ha podido resolver los suyos más urgentes. Bajo ese gobierno Venezuela se ha convertido en un país totalmente parásito del petróleo que le vende al resto del mundo y muy especialmente a países “capitalistas”. Cada vez exporta menos e importa más de otros bienes y servicios. Ni siquiera ese gobierno ha sido capaz de modernizar y renovar su infraestructura de producción petrolera, no obstante que acaba de beneficiarse con una bonanza sin precedentes en los precios internacionales del crudo.
Durante el gobierno de Chávez se ha acentuado la creencia entre los venezolanos (y muy particularmente entre sus sindicatos) de que son merecedores a ganar o recibir sin trabajar o producir. Los venezolanos están sentados sobre las mayores reservas energéticas del planeta, pero no han sabido explotarlas. Apenas alguna empresa extranjera las empieza a explotar por ellos, es expropiada. Las empresas que caen en sus manos se politizan y se deterioran. Y un país que debería ser el más próspero de la región por sus abundantes recursos naturales, está actualmente agobiado por la escasez de toda clase de bienes y servicios básicos.