Sigue sin contarle a su país cuál es la verdadera situación del sector eléctrico. Sólo dice mentiras cada vez que habla.
Lo curioso del gobierno de Venezuela es que los altos funcionarios dan periódicas declaraciones diciendo que todo va a la maravilla. Da la impresión de que lo que pretenden no es necesariamente engañar a la opinión pública, que sabe que las cosas van mal, sino al jefe, a Hugo Chávez, un personaje que vive en la luna con respecto al día a día de la administración pública.
Un funcionario experto en este tipo de declaraciones mentirosas es el ministro de Electricidad Alí Rodríguez Araque. Cuando era ministro de Finanzas salió a decir que la economía venezolana estaba blindada de la crisis económica mundial y que crecería a altas tasas. Varias veces indicó que la inflación estaba bajo control. Posteriormente salió a decir que con la devaluación del bolívar en enero de 2010 se le daría el golpe definitivo al dólar paralelo. Sobra decir que todo terminó siendo al revés de lo que el payaso dijo.
Ahora último, como encargado de administrar la peor crisis eléctrica que ha sufrido Venezuela en su historia, ha declarado en repetidas ocasiones que el gobierno tiene la situación bajo control y que es inminente el final del racionamiento (todo ello obviamente gracias a la gestión del gobierno y muy especialmente a la suya). Pero resulta que desde que Rodríguez dio estas declaraciones se han multiplicado los apagones no programados y se ve cada vez más lejano el día en que se pueda levantar el racionamiento programado.
El más reciente pronunciamiento del ministro fue en el sentido de que ya se había cumplido el primer objetivo que se propuso cuando llegó a este puesto. Ese primer objetivo era el de detener la caída en el nivel del embalse de Guri.
Rodríguez no cabía de la dicha porque efectivamente había empezado a llover copiosamente en la región del río Caroní y había aumentado significativamente el caudal de agua que le ingresaba a Guri. En eso el ministro no mintió. Chao fenómeno de El Niño y alegría sin límites entre las huestes chavistas porque la pesadilla de la crisis eléctrica estaba llegando a su fin. El mismísimo Chávez salió por televisión a burlarse de aquellos opositores que habían presagiado que la crisis duraría un buen rato.
En lo que si mintió el ministro fue en que se había detenido el descenso en el nivel de Guri. Durante unos cuatro días ese nivel aumentó, pero después de las declaraciones de Rodríguez empezó a caer nuevamente, como 50 centímetros en los últimos cinco días para colocarse en 248,55 metros sobre el nivel del mar. Ello a pesar de las lluvias.
Sencillamente la generación termoeléctrica no ha respondido. Once años de desidia y falta de mantenimiento e inversión no se corrigen de la noche a la mañana. Cuando entran en operación unas unidades térmicas se funden otras, y cuando se arreglan estas otras, las que habían entrado en operación salen de servicio. Eso sin contar con los problemas en las líneas de transmisión y en las estaciones de subtransmisión, las que también están en precarias condiciones debido a once años de descuido. En el caso de estas últimas, las tan añoradas lluvias han reemplazado a las iguanas como las causantes de las frecuentes “fallas” en el servicio.
¿Quién le come cuento al ministro payaso después de toda el agua que ha pasado por debajo del puente? Aparentemente todavía lo hace su jefe Hugo Chávez, que no parece haber entendido todavía en qué consiste la crisis eléctrica de su país.
Un funcionario experto en este tipo de declaraciones mentirosas es el ministro de Electricidad Alí Rodríguez Araque. Cuando era ministro de Finanzas salió a decir que la economía venezolana estaba blindada de la crisis económica mundial y que crecería a altas tasas. Varias veces indicó que la inflación estaba bajo control. Posteriormente salió a decir que con la devaluación del bolívar en enero de 2010 se le daría el golpe definitivo al dólar paralelo. Sobra decir que todo terminó siendo al revés de lo que el payaso dijo.
Ahora último, como encargado de administrar la peor crisis eléctrica que ha sufrido Venezuela en su historia, ha declarado en repetidas ocasiones que el gobierno tiene la situación bajo control y que es inminente el final del racionamiento (todo ello obviamente gracias a la gestión del gobierno y muy especialmente a la suya). Pero resulta que desde que Rodríguez dio estas declaraciones se han multiplicado los apagones no programados y se ve cada vez más lejano el día en que se pueda levantar el racionamiento programado.
El más reciente pronunciamiento del ministro fue en el sentido de que ya se había cumplido el primer objetivo que se propuso cuando llegó a este puesto. Ese primer objetivo era el de detener la caída en el nivel del embalse de Guri.
Rodríguez no cabía de la dicha porque efectivamente había empezado a llover copiosamente en la región del río Caroní y había aumentado significativamente el caudal de agua que le ingresaba a Guri. En eso el ministro no mintió. Chao fenómeno de El Niño y alegría sin límites entre las huestes chavistas porque la pesadilla de la crisis eléctrica estaba llegando a su fin. El mismísimo Chávez salió por televisión a burlarse de aquellos opositores que habían presagiado que la crisis duraría un buen rato.
En lo que si mintió el ministro fue en que se había detenido el descenso en el nivel de Guri. Durante unos cuatro días ese nivel aumentó, pero después de las declaraciones de Rodríguez empezó a caer nuevamente, como 50 centímetros en los últimos cinco días para colocarse en 248,55 metros sobre el nivel del mar. Ello a pesar de las lluvias.
Sencillamente la generación termoeléctrica no ha respondido. Once años de desidia y falta de mantenimiento e inversión no se corrigen de la noche a la mañana. Cuando entran en operación unas unidades térmicas se funden otras, y cuando se arreglan estas otras, las que habían entrado en operación salen de servicio. Eso sin contar con los problemas en las líneas de transmisión y en las estaciones de subtransmisión, las que también están en precarias condiciones debido a once años de descuido. En el caso de estas últimas, las tan añoradas lluvias han reemplazado a las iguanas como las causantes de las frecuentes “fallas” en el servicio.
¿Quién le come cuento al ministro payaso después de toda el agua que ha pasado por debajo del puente? Aparentemente todavía lo hace su jefe Hugo Chávez, que no parece haber entendido todavía en qué consiste la crisis eléctrica de su país.