La recesión en Estados Unidos, Europa y Japón ingresa a su etapa más crítica. ¿Cuánto durará?
El PIB de Estados Unidos cayó 3,8% en el ultimo trimestre de 2008. Aunque algunos analistas habían proyectado una caída superior, cercana a 5%, el componente inesperado del mejor desempeño provino de un aumento en los inventarios de las empresas, lo que indica que la producción todavía no se ha ajustado del todo a la disminución de la demanda. El consumo de hogares descendió a una tasa de 3,5% anual, similar a la del tercer trimestre, no obstante la pronunciada caída en los precios de la gasolina y del gas natural. A su vez, la inversión cayó 19%. Las exportaciones e importaciones también disminuyeron dramáticamente.
Inglaterra, por su parte, tuvo un descenso del PIB en el cuarto trimestre de 5,9% y en la zona del euro fue de 5%. De hecho, Europa con un sistema económico muy regulado y caracterizado por un estado benefactor altamente extendido, no solamente tuvo un crecimiento inferior al de Estados Unidos durante el reciente auge económico, sino que ahora en plena crisis su caída es más acentuada.
Pero la historia no para ahí. La disminución del PIB en Japón fue de 9%, no obstante que se trata de un país sin burbuja en la finca raíz y sin desplome en el sector financiero. China, que es una economía grande pero pobre y muy dependiente de las exportaciones a las economías más avanzadas, se está desacelerando más allá de lo previsto y nadie se atreve a pronosticar las consecuencias políticas de ese proceso. Y así también la recesión ya está llegando a todas las demás economías emergentes importantes.
Inglaterra, por su parte, tuvo un descenso del PIB en el cuarto trimestre de 5,9% y en la zona del euro fue de 5%. De hecho, Europa con un sistema económico muy regulado y caracterizado por un estado benefactor altamente extendido, no solamente tuvo un crecimiento inferior al de Estados Unidos durante el reciente auge económico, sino que ahora en plena crisis su caída es más acentuada.
Pero la historia no para ahí. La disminución del PIB en Japón fue de 9%, no obstante que se trata de un país sin burbuja en la finca raíz y sin desplome en el sector financiero. China, que es una economía grande pero pobre y muy dependiente de las exportaciones a las economías más avanzadas, se está desacelerando más allá de lo previsto y nadie se atreve a pronosticar las consecuencias políticas de ese proceso. Y así también la recesión ya está llegando a todas las demás economías emergentes importantes.
Ahora bien, un aspecto interesante de todo lo que está ocurriendo es que el tema de la quiebra y financiación de los gobiernos está empezando a ocupar una creciente atención de los analistas. Islandia fue el primer país cuyo gobierno se quebró. Se teme que lo mismo le suceda a Grecia y a otros países europeos. Incluso se habla de la quiebra de los gobiernos de Inglaterra e Italia. Y hasta del gobierno federal de Estados Unidos. Ni qué decir de varios gobiernos de países emergentes.
La mayoría de los gobiernos, incluido el de Estados Unidos y el de los países más ricos de Europa están adquiriendo el compromiso de rescatar sus sectores financieros y de estimular sus economías, sin tener los recursos para hacerlo. Esos gobiernos ya estaban en déficit en pleno auge económico: tal la irresponsabilidad de gobernantes y electores. El hecho es que con los rescates y los paquetes de estímulo, los déficit fiscales en 2009 de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, España e Italia, superarían 7% del PIB y hasta podrían aproximarse a 10% del PIB.
Con una irresponsabilidad que debería ser duramente enjuiciada, estos gobiernos se han propuesto gastar en rescates y estímulos fiscales, sin deparar en las funestas consecuencias sobre sus economías de incurrir en déficit desbordados. Políticos y electores creen que la solución no es apretarse a fondo el cinturón, sino aumentar aún más el gasto y la deuda. Hogares, empresas y gobiernos están hasta la coronilla con una deuda ocasionada por el exceso de gasto anterior y sin embargo creen que pueden salir del problema con más deuda e inflación. Todos al unísono piden echarle más leña a la hoguera. El resultado final será una recesión que se acentuará y que se prolongará por más tiempo de los dos años que actualmente proyectan la mayoría de los expertos.
La mayoría de los gobiernos, incluido el de Estados Unidos y el de los países más ricos de Europa están adquiriendo el compromiso de rescatar sus sectores financieros y de estimular sus economías, sin tener los recursos para hacerlo. Esos gobiernos ya estaban en déficit en pleno auge económico: tal la irresponsabilidad de gobernantes y electores. El hecho es que con los rescates y los paquetes de estímulo, los déficit fiscales en 2009 de Estados Unidos, Inglaterra, Francia, Alemania, España e Italia, superarían 7% del PIB y hasta podrían aproximarse a 10% del PIB.
Con una irresponsabilidad que debería ser duramente enjuiciada, estos gobiernos se han propuesto gastar en rescates y estímulos fiscales, sin deparar en las funestas consecuencias sobre sus economías de incurrir en déficit desbordados. Políticos y electores creen que la solución no es apretarse a fondo el cinturón, sino aumentar aún más el gasto y la deuda. Hogares, empresas y gobiernos están hasta la coronilla con una deuda ocasionada por el exceso de gasto anterior y sin embargo creen que pueden salir del problema con más deuda e inflación. Todos al unísono piden echarle más leña a la hoguera. El resultado final será una recesión que se acentuará y que se prolongará por más tiempo de los dos años que actualmente proyectan la mayoría de los expertos.