El caso es patético. El estado más rico de Estados Unidos entró en cesación de pagos.
California es uno de los estados con más altos impuestos y regulaciones de todo tipo. Sus estándares ambientales están entre los más exigentes del planeta. Su burocracia estatal, incluidos los maestros, están entre los mejor remunerados del país.
Pero la gallina de los huevos de oro ya no dio más. Por primera vez en su historia más gente emigra de la que llega. De hecho, la mayoría de los que llegan hoy en día son migrantes del otro lado de la frontera buscando un empleo, que cada vez es más difícil de conseguir, y para beneficiarse de los servicios gratuitos de salud y educación (y eventualmente alcanzar status de residentes). Frente a los altos impuestos, las empresas también están saliéndose o no estableciéndose allí.
El déficit es US$42.000 millones en el primer semestre de 2009. El gobernador Arnold Schwarzenegger le ha implorado al agobiado gobierno federal una ayuda de US$30.000 millones. Como si el gobierno federal debiera subsidiar al estado más rico de la unión.
Según su Constitución, los primeros pagos que deben atenderse son los de educación que actualmente se están llevando el 62% de los ingresos por impuestos. La siguiente obligación son los pagos de deuda. Y luego la nómina con la cual empieza el déficit (son 238.000 burócratas). Los proveedores tendrán la última prelación. Por ahora se postergará por 30 días el pago de US$3.500 millones en gastos ya presupuestados, pero se sospecha que si no llega la ayuda federal no sólo éstos sino otros pagos se postergarán indefinidamente.
¿Cómo se llegó a esta lamentable situación financiera en el estado más rico de Estados Unidos? Es cierto que la actual recesión ha incidido, pero los altos déficit vienen de atrás. La culpa es compartida: unos políticos irresponsables que han explotado inmisericordemente a la gallina de los huevos de oro y un electorado también irresponsable que cree que quienes ahí habitan tienen derecho a toda clase de beneficios públicos y que a la vez considera que la financiación del estado se da milagrosamente, como si cayera del cielo.
Pero la gallina de los huevos de oro ya no dio más. Por primera vez en su historia más gente emigra de la que llega. De hecho, la mayoría de los que llegan hoy en día son migrantes del otro lado de la frontera buscando un empleo, que cada vez es más difícil de conseguir, y para beneficiarse de los servicios gratuitos de salud y educación (y eventualmente alcanzar status de residentes). Frente a los altos impuestos, las empresas también están saliéndose o no estableciéndose allí.
El déficit es US$42.000 millones en el primer semestre de 2009. El gobernador Arnold Schwarzenegger le ha implorado al agobiado gobierno federal una ayuda de US$30.000 millones. Como si el gobierno federal debiera subsidiar al estado más rico de la unión.
Según su Constitución, los primeros pagos que deben atenderse son los de educación que actualmente se están llevando el 62% de los ingresos por impuestos. La siguiente obligación son los pagos de deuda. Y luego la nómina con la cual empieza el déficit (son 238.000 burócratas). Los proveedores tendrán la última prelación. Por ahora se postergará por 30 días el pago de US$3.500 millones en gastos ya presupuestados, pero se sospecha que si no llega la ayuda federal no sólo éstos sino otros pagos se postergarán indefinidamente.
¿Cómo se llegó a esta lamentable situación financiera en el estado más rico de Estados Unidos? Es cierto que la actual recesión ha incidido, pero los altos déficit vienen de atrás. La culpa es compartida: unos políticos irresponsables que han explotado inmisericordemente a la gallina de los huevos de oro y un electorado también irresponsable que cree que quienes ahí habitan tienen derecho a toda clase de beneficios públicos y que a la vez considera que la financiación del estado se da milagrosamente, como si cayera del cielo.