No se ve por donde pueda recibir un impulso que la saque de esta trayectoria. Los bancos centrales y los gobiernos se quedaron sin margen de maniobra.

 

La historia de las actuales dificultades que enfrenta la economía global es relativamente simple. A finales de 2008, cuando se hizo evidente que en las economías mas grandes del planeta había una crisis de excesivo endeudamiento público y privado, así como unos muy elevados déficit fiscales, la reacción de bancos centrales y gobiernos fue la típica en ese mundo de la demagogia que caracteriza a todas las esferas que se mueven alrededor del poder político.

¿Cuál fue esa receta mágica aplicada por los bancos centrales y gobiernos para salir de la Gran Recesión de 2009? En lugar de permitir un ajuste de los niveles de gasto consecuente con las nuevas circunstancias, algo impensable para unas dirigencias políticas que viven y se nutren exclusivamente de “prometer el cielo” con dinero ajeno, se siguió en el camino de “mas de lo mismo” que había ocasionado la crisis que en ese momento estalló.

En 2009, las deudas ya estaban en niveles desbordados, las tasas de interés eran relativamente bajas, y los gastos públicos y privados eran excesivos. ¿Apretada de cinturón y ajuste? Al diablo con todo eso. Mas endeudamiento, mas gasto público y privado, mas emisión monetaria, y una tasas reales de interés cero.

Fue así como en Estados Unidos la deuda pública pasó de 64% del PIB en 2008 a 104% del PIB en 2015. En el mismo período, en la eurozona pasó de 66% del PIB a 93% del PIB, y en Japón de 176% del PIB a 237% del PIB. Los actuales niveles de endeudamiento público de estas economías son los mas altos desde la Segunda Guerra Mundial.

A su vez, debido a las políticas de “expansión monetaria cuantitativa” los activos de los bancos centrales han pasado de representar 10% del PIB a cerca de 30% del PIB, porcentaje este sin precedentes y que muestra su irresponsable grado de injerencia y manipulación de las economías.

Fue como una especie de autoengaño colectivo. Con tal de no enfrentar con valentía los inevitables ajustes económicos estructurales que demandaba una situación de unos muy elevados desequilibrios y aguantar dos o tres años difíciles, lo que se hizo fue agravar todos los problemas con “mas de lo mismo”, lo que generó nuevas espectaculares burbujas. Después de todo, se creó una gran liquidez adicional que llegó hasta los mas alejados rincones del planeta.

Burbujas en los precios internacionales del petróleo y de otros minerales y productos básicos, burbujas de construcción e inversión en China, burbujas en las bolsas de valores de todo el planeta, y unas burbujas en varias economías emergentes (los BRICS, así como otros países agrupados en odiosas siglas, se pusieron de moda). Brasil, por ejemplo, se convirtió por enésima vez en estrella del firmamento, como un país de clase media-media que por fin daría el salto a país de clase media-alta.

Estados Unidos, Europa y Japón salieron de la recesión y empezaron a crecer sin mucha vitalidad es cierto, pero empezaron a crecer. Hacía 2011-2013 el optimismo sobre la economía global retornó y los jefes de estado y banqueros centrales que habían rehuido su responsabilidad de adoptar políticas serias y coherentes para corregir los inmensos desequilibrios que venían de atrás, se creyeron genios y “sacaron pecho” como nunca antes.

La dicha no duró mucho. Y, ¿cómo iba a durar? De cuándo acá un problema de un muy alto endeudamiento se resuelve con mas deuda. De cuándo acá un problema de un desbordado gasto se resuelve con mas gasto. De cuándo acá un problema de una insuficiencia de ahorro se resuelve con tasas de interés cero.

Cubrir déficit o huecos con liquidez altera la estructura de precios relativos y confunde con señales equívocas a los inversionistas. La inflación en los precios de activos y bienes lleva a los agentes económicos a sobre invertir en su producción, para luego despertar en la dura realidad de que la demanda no era la estimada inicialmente.

Como sea, lo cierto es que en los primeros dos meses de 2016 la producción de las economías mas grandes del planeta se ha estancado, y sus bolsas de valores todas arrojan caídas de dos dígitos. Sus exportaciones muestran descensos superiores a 10% interanual en la mayoría de los casos.

Como si lo anterior fuera poco, las principales economías emergentes, golpeadas por el desplome de los precios de los productos básicos, o ya entraron en recesión o están a las puertas de hacerlo. La economía de China continúa desacelerándose sin que se vea el fondo.

 

Se le agotó la pólvora a gobiernos y bancos centrales. Algunos proponen tasas de interés negativas y todavía mas emisión. Sin embargo, se ha llegado a un punto en el que las insostenibles burbujas se han empezado a reventar en todas partes, con impredecibles y complejas consecuencias sobre la economía global.