Lo hizo en el primer trimestre de 2013. Hay indicios que apuntan a una recuperación en los próximos trimestres. La duda es sobre la fortaleza de esa recuperación.
El dato de producción manufacturera en marzo fue un baldado de agua fría. Un descenso de 11,2% en relación con igual mes del año anterior. En el trimestre la caída interanual fue de 6,1%, lo que no se veía desde la gran recesión global de 2008-2009.
Sin duda, la parálisis de las exportaciones manufactureras a Venezuela, la desaceleración de otras economías regionales, la recesión en la Unión Europea y el hecho de que en 2013 la semana santa fuera en marzo y no en abril como el año pasado, incidió en este comportamiento negativo de la industria.
Por otro lado, las cifras de ventas del comercio al por menor tampoco fueron las mejores. En marzo de 2013 el aumento fue de apenas 0,9% frente al mismo mes del año anterior. En el trimestre el incremento fue un similar 0,9%.
En este relativo estancamiento de las ventas minoristas fue determinante el desplome del renglón de vehículos automotores y motocicletas (–19,4% en marzo y –12,1% en el trimestre). También aquí incidió lo de la semana santa, pero es indudable que este sector está pasando por una etapa descendente luego de un ciclo muy positivo particularmente entre 2010 y hasta el primer semestre de 2012.
Ahora bien, hay que destacar que las ventas al por menor sin vehículos y motocicletas crecieron interanualmente en marzo 6,4%, lo que denota una demanda interna que está vivita y coleando, para decirlo de alguna manera. Esto concuerda con la implementación de una política monetaria expansiva que ha llevado en mayo a una variación anual de la liquidez monetaria ampliada (M3) superior a 16%, muy por encima a una inflación que bordea 2% anual.
La amplia liquidez actual ha conducido a un descenso en las tasas de interés. Por ejemplo, la del crédito ordinario ha disminuido a menos de 11% anual y la del crédito de consumo a menos de 18% anual. En especial, será amplia en los próximos meses la disponibilidad de financiación para la compra de bienes de consumo durable, incluida la de vehículos automotores.
Adicionalmente, las cifras de licencias de construcción urbana del primer trimestre apuntan a una reactivación de esta actividad a partir de mediados del año, a lo que se suma el mayor gasto que ya se insinúa en todos los niveles de la administración pública (gobierno nacional, departamentos y municipios) y muy concretamente en lo relativo a las obras civiles.
Se espera entonces un mayor dinamismo del mercado interno en lo que resta de 2013, aunque no así en lo relacionado con la demanda externa donde la incertidumbre se mantiene incólume. Pero de todas maneras, gracias al impulso que proporcionará la demanda interna, lo mas probable es que el crecimiento del PIB reaccione en los próximos meses.
Sin duda, la parálisis de las exportaciones manufactureras a Venezuela, la desaceleración de otras economías regionales, la recesión en la Unión Europea y el hecho de que en 2013 la semana santa fuera en marzo y no en abril como el año pasado, incidió en este comportamiento negativo de la industria.
Por otro lado, las cifras de ventas del comercio al por menor tampoco fueron las mejores. En marzo de 2013 el aumento fue de apenas 0,9% frente al mismo mes del año anterior. En el trimestre el incremento fue un similar 0,9%.
En este relativo estancamiento de las ventas minoristas fue determinante el desplome del renglón de vehículos automotores y motocicletas (–19,4% en marzo y –12,1% en el trimestre). También aquí incidió lo de la semana santa, pero es indudable que este sector está pasando por una etapa descendente luego de un ciclo muy positivo particularmente entre 2010 y hasta el primer semestre de 2012.
Ahora bien, hay que destacar que las ventas al por menor sin vehículos y motocicletas crecieron interanualmente en marzo 6,4%, lo que denota una demanda interna que está vivita y coleando, para decirlo de alguna manera. Esto concuerda con la implementación de una política monetaria expansiva que ha llevado en mayo a una variación anual de la liquidez monetaria ampliada (M3) superior a 16%, muy por encima a una inflación que bordea 2% anual.
La amplia liquidez actual ha conducido a un descenso en las tasas de interés. Por ejemplo, la del crédito ordinario ha disminuido a menos de 11% anual y la del crédito de consumo a menos de 18% anual. En especial, será amplia en los próximos meses la disponibilidad de financiación para la compra de bienes de consumo durable, incluida la de vehículos automotores.
Adicionalmente, las cifras de licencias de construcción urbana del primer trimestre apuntan a una reactivación de esta actividad a partir de mediados del año, a lo que se suma el mayor gasto que ya se insinúa en todos los niveles de la administración pública (gobierno nacional, departamentos y municipios) y muy concretamente en lo relativo a las obras civiles.
Se espera entonces un mayor dinamismo del mercado interno en lo que resta de 2013, aunque no así en lo relacionado con la demanda externa donde la incertidumbre se mantiene incólume. Pero de todas maneras, gracias al impulso que proporcionará la demanda interna, lo mas probable es que el crecimiento del PIB reaccione en los próximos meses.