Fue evasivo sobre el problema mas grave que enfrenta Estados Unidos: el problema del déficit del gobierno federal y de la explosiva deuda pública.
Se trató de un discurso nostálgico, en el que Barack Obama defendió la ideología liberal estatista y los programas gubernamentales que con esa ideología se montaron en el Siglo pasado, por allá en las décadas de los años sesenta y setenta. Pero ninguna referencia a las necesarias reformas que requieren varios de esos programas para hacerlos financieramente viables y mas eficaces. En el fondo, fue una defensa del gobierno de Washington y de esa trasnochada idea de que es allí donde se incuban las soluciones para los males que aquejan a Estados Unidos.
Sin embargo, ya ha pasado demasiada agua por debajo del puente como para tener fe ciega en los gobiernos y sus funcionarios. Es mas, para nadie es secreto que muchas veces los problemas son creados por ellos, especialmente cuando se extralimitan en sus funciones, cuando se expanden mas allá de los medios disponibles, y cuando sus ineficiencias y corrupciones se salen de todo control (lo que sucede con inusitada frecuencia).
No deja de sorprender que los medios de comunicación hayan calificado como “progresista” un discurso en el que se hace semejante apología a un modelo de intervención estatal que no es sostenible. Y no es sostenible no solo por el burocratismo ineficiente y el centralismo entrabador que trae consigo, sino también porque termina convirtiéndose en una pesada carga y muy especialmente, para el sector productivo empresarial que lo financia y que es la única fuente de progreso económico con el que cuentan las sociedades (no hay otra).
Esos zombis gigantones en los que se han convertido los gobiernos modernos y que tanto seducen a Obama y a otros “progresistas” de la misma estirpe ideológica, han sido los causantes del estancamiento económico y de los altos desempleos que actualmente se observan en Estados Unidos, Europa y Japón. Se han apropiado de una porción creciente de las economías chupándoles sus energía productivas.
Esos zombis burocráticos que ha creado la sociedad moderna son incapaces de vivir con los inmensos recursos que reciben de unos crecientes y asfixiantes impuestos. Su voracidad es de tal naturaleza que consumen mas que lo que reciben. Todos estos zombis viven en permanentes déficit.
Para cubrir estos déficit se endeudan hasta unos limites que serían inconcebibles para otros componentes de la sociedad. Pero no les basta tan cuantiosos endeudamientos, los que entre otras reducen la disponibilidad de recursos para la inversión productiva. Consumen no solamente los impuestos y los préstamos que le extraen a las economías, sino que además acuden a emisión monetaria sin respaldo en ahorro alguno para acabar de saciar sus inagotables apetitos de gasto.
Pues bien, uno de los mas grandes y descontrolados zombis del planeta es el gobierno federal de Estados Unidos. Su CEO es el mismísimo Obama. Bajo su presidencia sus déficit han sido unos inauditos 10% del PIB cada año de los últimos cuatro años, sin que se vislumbren disminuciones. La deuda de este zombi ya alcanza 100% del PIB (US$16 trillones).
El futuro de este zombi era el tema principal del segundo discurso de posesión de Obama. ¿Y qué se oyó al respecto? Que el zombi es la maravilla, que hay que darle gusto en todo, y que hay que engordarlo mas. Que lo que Estados Unidos necesita es un zombi mucho mas grande y voraz. ¿Y quiénes jubilosos aplaudiendo el discurso? Medios de comunicación, farándula, y obviamente políticos, burócratas y quienes reciben las migajas que caen alrededor.
Sin embargo, ya ha pasado demasiada agua por debajo del puente como para tener fe ciega en los gobiernos y sus funcionarios. Es mas, para nadie es secreto que muchas veces los problemas son creados por ellos, especialmente cuando se extralimitan en sus funciones, cuando se expanden mas allá de los medios disponibles, y cuando sus ineficiencias y corrupciones se salen de todo control (lo que sucede con inusitada frecuencia).
No deja de sorprender que los medios de comunicación hayan calificado como “progresista” un discurso en el que se hace semejante apología a un modelo de intervención estatal que no es sostenible. Y no es sostenible no solo por el burocratismo ineficiente y el centralismo entrabador que trae consigo, sino también porque termina convirtiéndose en una pesada carga y muy especialmente, para el sector productivo empresarial que lo financia y que es la única fuente de progreso económico con el que cuentan las sociedades (no hay otra).
Esos zombis gigantones en los que se han convertido los gobiernos modernos y que tanto seducen a Obama y a otros “progresistas” de la misma estirpe ideológica, han sido los causantes del estancamiento económico y de los altos desempleos que actualmente se observan en Estados Unidos, Europa y Japón. Se han apropiado de una porción creciente de las economías chupándoles sus energía productivas.
Esos zombis burocráticos que ha creado la sociedad moderna son incapaces de vivir con los inmensos recursos que reciben de unos crecientes y asfixiantes impuestos. Su voracidad es de tal naturaleza que consumen mas que lo que reciben. Todos estos zombis viven en permanentes déficit.
Para cubrir estos déficit se endeudan hasta unos limites que serían inconcebibles para otros componentes de la sociedad. Pero no les basta tan cuantiosos endeudamientos, los que entre otras reducen la disponibilidad de recursos para la inversión productiva. Consumen no solamente los impuestos y los préstamos que le extraen a las economías, sino que además acuden a emisión monetaria sin respaldo en ahorro alguno para acabar de saciar sus inagotables apetitos de gasto.
Pues bien, uno de los mas grandes y descontrolados zombis del planeta es el gobierno federal de Estados Unidos. Su CEO es el mismísimo Obama. Bajo su presidencia sus déficit han sido unos inauditos 10% del PIB cada año de los últimos cuatro años, sin que se vislumbren disminuciones. La deuda de este zombi ya alcanza 100% del PIB (US$16 trillones).
El futuro de este zombi era el tema principal del segundo discurso de posesión de Obama. ¿Y qué se oyó al respecto? Que el zombi es la maravilla, que hay que darle gusto en todo, y que hay que engordarlo mas. Que lo que Estados Unidos necesita es un zombi mucho mas grande y voraz. ¿Y quiénes jubilosos aplaudiendo el discurso? Medios de comunicación, farándula, y obviamente políticos, burócratas y quienes reciben las migajas que caen alrededor.