En 2017 su producción de petróleo fue de 2.1 millones de barriles diarios, una disminución de 17% en relación con la del año inmediatamente anterior.
Según la agencia de noticias Reuter, es el sexto año consecutivo de descenso en la producción de petróleo de Venezuela. Pero lo que mas preocupa es que en diciembre de 2017 la caída fue de 216.000 barriles diarios frente al mes inmediatamente anterior, situándose su nivel en 1.6 millones de barriles diarios.
Según la publicación Oil & Energy Insider el desplome de diciembre sugiere un deterioro de las condiciones de producción mayor al previsto por los analistas. Un exceso de deuda, una falta de mantenimiento e inversión, el estado decrépito de los activos de PDVSA, y una caótica administración son factores que han incidido en esta situación.
Nadie habla de una reversión de la actual tendencia. La discusión se centra en cuánto continuará cayendo la producción. El dato de lo sucedido en diciembre le da la razón a los mas pesimistas.
El gobierno ha destruido a la industria petrolera de su país, la que alcanzó a producir 3.2 millones de barriles diarios antes de la era chavista. En esa época PDVSA era considerada como una de las petroleras estatales mejor manejadas del planeta.
Luego de que el gobierno comunista de Venezuela acabara con la industria y la agricultura de su país, ahora el turno le ha correspondido al sector que le genera el 96% de sus ingresos por concepto de exportaciones.
El país que se precia tener las mayores reservas petroleras del planeta y que fuera uno de los mas prósperos de Latinoamérica, se encuentra sumido en una descomunal crisis económica, con escaseces crónicas de alimentos, medicinas, materias primas e insumos de toda clase.
El gobierno de Venezuela estuvo a punto de incumplir el pago de sus obligaciones externas en noviembre de 2017, pero fue rescatado en el último minuto por Rusia. Los próximos pagos importantes del principal de su deuda externa serán a finales de este año, por lo que dispondrá de un “respiro” en el sentido de que hasta ese momento solo le corresponderá primordialmente pagar intereses.
Según la publicación Oil & Energy Insider el desplome de diciembre sugiere un deterioro de las condiciones de producción mayor al previsto por los analistas. Un exceso de deuda, una falta de mantenimiento e inversión, el estado decrépito de los activos de PDVSA, y una caótica administración son factores que han incidido en esta situación.
Nadie habla de una reversión de la actual tendencia. La discusión se centra en cuánto continuará cayendo la producción. El dato de lo sucedido en diciembre le da la razón a los mas pesimistas.
El gobierno ha destruido a la industria petrolera de su país, la que alcanzó a producir 3.2 millones de barriles diarios antes de la era chavista. En esa época PDVSA era considerada como una de las petroleras estatales mejor manejadas del planeta.
Luego de que el gobierno comunista de Venezuela acabara con la industria y la agricultura de su país, ahora el turno le ha correspondido al sector que le genera el 96% de sus ingresos por concepto de exportaciones.
El país que se precia tener las mayores reservas petroleras del planeta y que fuera uno de los mas prósperos de Latinoamérica, se encuentra sumido en una descomunal crisis económica, con escaseces crónicas de alimentos, medicinas, materias primas e insumos de toda clase.
El gobierno de Venezuela estuvo a punto de incumplir el pago de sus obligaciones externas en noviembre de 2017, pero fue rescatado en el último minuto por Rusia. Los próximos pagos importantes del principal de su deuda externa serán a finales de este año, por lo que dispondrá de un “respiro” en el sentido de que hasta ese momento solo le corresponderá primordialmente pagar intereses.