En diciembre de 2012 la producción manufacturera cayó 3,1% frente a igual mes del año anterior. Año completo el descenso fue de 0,1%.
Al agregar las cifras por trimestres se puede observar que la tendencia de las variaciones anuales fue decreciente a lo largo de 2012. En efecto, en el primer trimestre se registró una variación de la producción de +2,2%, en el segundo de +0,3%, en el tercero de –0,3% y en el cuarto de –1,9%.
Ahora bien, los sectores industriales mas dinámicos durante 2012 fueron: aparatos de uso doméstico (+13,4%), metales no ferrosos (+10,5%), hierro y acero (+10,1%), confecciones (+9%), productos lácteos (+7,8%), equipos de comunicaciones (+6,6%), y procesamiento de carne y pescado (5%).
Al otro lado de la moneda, los sectores mas rezagados fueron: autopartes (–16,6%), productos de tabaco (–13,4%), productos de caucho (–11,6%), maquinaria y equipo (–9,9%), aparatos e instrumentos médicos y de precisión (–9,6%), hilatura y acabado de productos textiles (–9,5%), curtido y preparado de cueros (–8,1%), productos de plástico (–6,4%), y refinación del petróleo (–4,9%).
Es indudable que la desaceleración de la economía global ha incidido en el desempeño reciente de la industria manufacturera colombiana, no solamente por el lado de una menor demanda de exportaciones sino también por la mayor agresividad comercial y de precios por parte de competidores internacionales.
El impacto de la fortaleza del peso sobre la industria manufacturera es bastante relativo ante todo por su alta intensidad en importaciones y porque buena parte de las principales empresas son de origen externo. Una moneda fuerte abarata los costos de producción y la estabilidad en la tasa de cambio genera confianza entre inversionistas y empresarios tanto nacionales como extranjeros.
Lo que sucede en puntos bajos del ciclo económico como el actual –y que coincide con la trayectoria de la economía global– es que los empresarios industriales poco eficientes, que en Colombia los hay muchos, pegan el grito al cielo y creen que su tabla de salvación es la devaluación de la moneda, las trabas a las importaciones y el crédito barato, sin darse cuenta que todas estas alternativas son armas de doble filo.
Ahora bien, los sectores industriales mas dinámicos durante 2012 fueron: aparatos de uso doméstico (+13,4%), metales no ferrosos (+10,5%), hierro y acero (+10,1%), confecciones (+9%), productos lácteos (+7,8%), equipos de comunicaciones (+6,6%), y procesamiento de carne y pescado (5%).
Al otro lado de la moneda, los sectores mas rezagados fueron: autopartes (–16,6%), productos de tabaco (–13,4%), productos de caucho (–11,6%), maquinaria y equipo (–9,9%), aparatos e instrumentos médicos y de precisión (–9,6%), hilatura y acabado de productos textiles (–9,5%), curtido y preparado de cueros (–8,1%), productos de plástico (–6,4%), y refinación del petróleo (–4,9%).
Es indudable que la desaceleración de la economía global ha incidido en el desempeño reciente de la industria manufacturera colombiana, no solamente por el lado de una menor demanda de exportaciones sino también por la mayor agresividad comercial y de precios por parte de competidores internacionales.
El impacto de la fortaleza del peso sobre la industria manufacturera es bastante relativo ante todo por su alta intensidad en importaciones y porque buena parte de las principales empresas son de origen externo. Una moneda fuerte abarata los costos de producción y la estabilidad en la tasa de cambio genera confianza entre inversionistas y empresarios tanto nacionales como extranjeros.
Lo que sucede en puntos bajos del ciclo económico como el actual –y que coincide con la trayectoria de la economía global– es que los empresarios industriales poco eficientes, que en Colombia los hay muchos, pegan el grito al cielo y creen que su tabla de salvación es la devaluación de la moneda, las trabas a las importaciones y el crédito barato, sin darse cuenta que todas estas alternativas son armas de doble filo.