La tasa de cambio cerró en 2.984 pesos por dólar y las reservas internacionales netas del Banco de la República lo hicieron en US$47.621 millones.
La revaluación nominal del peso fue de 0,6% frente a una tasa de cambio de 3.001 pesos por dólar en diciembre 31 de 2016. A su vez, la tasa promedio de cambio en 2017 fue de 2.951 pesos por dólar, lo que significó una revaluación de 3,4% frente a la tasa promedio contabilizada en el año inmediatamente anterior.
En términos reales, la revaluación durante 2017 fue de 4,7% (utilizando el ITCR que utiliza las ponderaciones del comercio total y el IPC como deflactor). Este fortalecimiento anual de la paridad real del peso fue el primero desde el desplome de los precios internacionales del petróleo (y del carbón) a finales de 2014.
La mayor fortaleza del peso coincidió con el buen desempeño de las reservas internacionales netas del Banco de la República, las cuales aumentaron US$946 millones en 2017.
Parte de la fortaleza del peso se ha originado en un aumento del endeudamiento externo tanto del gobierno como del sector privado, que ha alcanzado niveles relativos no vistos desde comienzos de los años 2000 cuando la economía colombiana atravesó por una severa crisis. El auge de los cultivos y el tráfico de coca puede también haber contribuido a la revaluación del peso.
En términos reales, la revaluación durante 2017 fue de 4,7% (utilizando el ITCR que utiliza las ponderaciones del comercio total y el IPC como deflactor). Este fortalecimiento anual de la paridad real del peso fue el primero desde el desplome de los precios internacionales del petróleo (y del carbón) a finales de 2014.
La mayor fortaleza del peso coincidió con el buen desempeño de las reservas internacionales netas del Banco de la República, las cuales aumentaron US$946 millones en 2017.
Parte de la fortaleza del peso se ha originado en un aumento del endeudamiento externo tanto del gobierno como del sector privado, que ha alcanzado niveles relativos no vistos desde comienzos de los años 2000 cuando la economía colombiana atravesó por una severa crisis. El auge de los cultivos y el tráfico de coca puede también haber contribuido a la revaluación del peso.
Aunque el incremento reciente en los precios internacionales del petróleo reanimará a la economía, es preciso mantener la cautela a futuro porque hay poco margen para aumentos adicionales en el endeudamiento externo y porque además el déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos se mantiene por encima del 3% del PIB.
Por otro lado, la producción petrolera de Colombia tiene una trayectoria descendente y no se ha consolidado la diversificación de la oferta exportable después de las devaluaciones que se dieron con ocasión de la crisis de finales de 2014. Además no es clara la sostenibilidad a mediano plazo de precios internacionales cercanos a US$70 el barril.
Por otro lado, la producción petrolera de Colombia tiene una trayectoria descendente y no se ha consolidado la diversificación de la oferta exportable después de las devaluaciones que se dieron con ocasión de la crisis de finales de 2014. Además no es clara la sostenibilidad a mediano plazo de precios internacionales cercanos a US$70 el barril.
De manera que la estabilidad de la economía colombiana dependerá en medida no despreciable del ingreso de capitales por concepto de inversión extranjera, sobre lo cual no existe la suficiente conciencia ni el debido consenso entre los colombianos.