Gobierno de Ecuador resolvió romper las negociaciones sobre un crédito para financiar el proyecto hidroeléctrico de Coca Codo.
Tal como lo había anticipado LaNota.com hace tres meses, esas negociaciones terminaron en nada. Eximbank de China exigió un mínimo de garantías para financiar 85% del costo total de la presa, el cual se estima en US$2.000 millones. El gobierno de Ecuador no se las proporcionó.
Ni se las hubiera podido proporcionar aunque hubiera querido. Ese gobierno, que descaradamente incumple con sus compromisos de deuda externa, está quebrado y el Banco Central de Ecuador (BCE) se está quedando sin reservas internacionales. El gobierno de Ecuador es actualmente uno de los mayores riesgos crediticios del planeta. Y, sin embargo, pretendía que el gobierno de China le prestara, sin mayores garantías, una cuantía que supera el nivel actual de las reservas internacionales de libre disponibilidad del BCE.
Pero lo más patético fue la rabiata que le dio a Rafael Correa. "Hemos dado por terminado esas negociaciones con China frente al maltrato, la grosería, con que nos han tratado. No olvidaremos esto, no lo olvidaremos”, señaló en tono más que airado. "Creíamos que las relaciones con China tenían otro nivel. Si nos van a tratar como una trasnacional más, con más rigor que el Fondo Monetario en términos comerciales, no en términos políticos, bueno, buscaremos el financiamiento en otro lado”, comentó. “No vamos a olvidar esto, cada día de atraso de Coca Codo Sinclair son $2 millones que pierde el país", concluyó.
O sea que, según Correa, China tenía la obligación de prestarle a Ecuador el equivalente al 85% de un proyecto que sólo beneficiará a Ecuador, en los términos que decida Ecuador. No es su gobierno sino el de China el culpable de los costos implícitos en el atraso del proyecto. Por ello, replanteará “la política de una sola China y el respaldo a China.”
¡Qué ridículo Correa! De seguro los líderes del gigante asiático no volverán a dormir en paz con el susto que les infunde las amenazas de uno de los países más pequeños de Suramérica.
Ni se las hubiera podido proporcionar aunque hubiera querido. Ese gobierno, que descaradamente incumple con sus compromisos de deuda externa, está quebrado y el Banco Central de Ecuador (BCE) se está quedando sin reservas internacionales. El gobierno de Ecuador es actualmente uno de los mayores riesgos crediticios del planeta. Y, sin embargo, pretendía que el gobierno de China le prestara, sin mayores garantías, una cuantía que supera el nivel actual de las reservas internacionales de libre disponibilidad del BCE.
Pero lo más patético fue la rabiata que le dio a Rafael Correa. "Hemos dado por terminado esas negociaciones con China frente al maltrato, la grosería, con que nos han tratado. No olvidaremos esto, no lo olvidaremos”, señaló en tono más que airado. "Creíamos que las relaciones con China tenían otro nivel. Si nos van a tratar como una trasnacional más, con más rigor que el Fondo Monetario en términos comerciales, no en términos políticos, bueno, buscaremos el financiamiento en otro lado”, comentó. “No vamos a olvidar esto, cada día de atraso de Coca Codo Sinclair son $2 millones que pierde el país", concluyó.
O sea que, según Correa, China tenía la obligación de prestarle a Ecuador el equivalente al 85% de un proyecto que sólo beneficiará a Ecuador, en los términos que decida Ecuador. No es su gobierno sino el de China el culpable de los costos implícitos en el atraso del proyecto. Por ello, replanteará “la política de una sola China y el respaldo a China.”
¡Qué ridículo Correa! De seguro los líderes del gigante asiático no volverán a dormir en paz con el susto que les infunde las amenazas de uno de los países más pequeños de Suramérica.
En medio de su despecho, Correa dijo que está analizando ofertas de países amigos interesados en financiar Coca Codo. Obviamente no precisó nombres, sencillamente porque se trata de una mentira para que queden tranquilos los numerosos pelmazos que todavía le creen. Después de todo, la hidroeléctrica de Coca Codo es el más ambicioso proyecto de su gobierno y fundamental para atender la demanda de energía eléctrica de Ecuador en un futuro no lejano, y evitar depender excesivamente de las importaciones de Colombia y Perú.