En forma inaudita Brasil está utilizando su embajada en Honduras como base de operaciones para tumbar al actual gobierno de ese país.
El actual gobierno de Honduras le dio un ultimátum a Brasil para que en 10 días decida sobre la permanencia en esa sede diplomática del depuesto Presidente Manuel Zalaya. Brasil decidió no aceptar el ultimátum. Al no hacerlo dio a entender que su embajada es un pedazo de territorio igual a cualquier otro pedazo de territorio de ese país. La única diferencia es que allí pernoctan unos brasileros.
En otras palabras, la embajada de Brasil dejó de ser embajada: es un territorio en disputa, tal como lo es todo Honduras. Si brasil no reconoce al gobierno actual de Honduras sencillamente debe abandonar la embajada. No puede pretender que su embajada siga siendo embajada y al mismo tiempo cuartel de operaciones de una de las partes del conflicto.
Lo que está haciendo Brasil es el equivalente a una declaración de guerra al gobierno actual de Honduras. Y cuando se declara la guerra desaparecen las embajadas. Sobran las embajadas. No se puede declarar la guerra y luego pretender que su embajada siga ahí con todos los privilegios, como si se tratara de un territorio desde el cual se puede atacar pero no ser atacado.
En otras palabras, la embajada de Brasil dejó de ser embajada: es un territorio en disputa, tal como lo es todo Honduras. Si brasil no reconoce al gobierno actual de Honduras sencillamente debe abandonar la embajada. No puede pretender que su embajada siga siendo embajada y al mismo tiempo cuartel de operaciones de una de las partes del conflicto.
Lo que está haciendo Brasil es el equivalente a una declaración de guerra al gobierno actual de Honduras. Y cuando se declara la guerra desaparecen las embajadas. Sobran las embajadas. No se puede declarar la guerra y luego pretender que su embajada siga ahí con todos los privilegios, como si se tratara de un territorio desde el cual se puede atacar pero no ser atacado.