Que se sepa, ninguno de los demás candidatos presidenciales es deshonesto. Habría entonces que conseguir un metro para medir la honestidad de todos ellos. Y de pronto Mockus obtendría un menor puntaje que algunos de los otros.
De hecho, ha sido muy deshonesto con su electorado al no contarle la gravedad de la enfermedad que padece. Tampoco ha sido muy transparente en sus planteamientos sobre los diferentes temas. Decir que cumplirá la Constitución es una perogrullada de marca mayor. Lo dice para sugerir que sus rivales no se apegarán a la Constitución, lo cual es otro gran embuste.
De hecho, ha sido muy deshonesto con su electorado al no contarle la gravedad de la enfermedad que padece. Tampoco ha sido muy transparente en sus planteamientos sobre los diferentes temas. Decir que cumplirá la Constitución es una perogrullada de marca mayor. Lo dice para sugerir que sus rivales no se apegarán a la Constitución, lo cual es otro gran embuste.
Mockus ha vivido de la política después de su paso por la vida académica. Se ha financiado con fundaciones que no pagan impuestos. Como alcalde de Bogotá fue un político como cualquier otro que transó por puestos. Durante sus alcaldías se siguieron pagando las mismas comisiones de siempre por los contratos. Hubo algunos estruendosos fracasos con contratos, al igual que aciertos. Muy parecido a los demás alcaldes.
Es el único candidato que posa de “honesto”. Sus partidarios enarbolan esta bandera como si se tratara de una exclusividad. Hasta cierto punto, es una posición ofensiva con los demás candidatos y con quienes no simpatizan con esta candidatura, porque sugiere que no hacen parte del club de los “honestos”. Al final de cuentas, lo de Mockus no es más que una pose, que resulta intranscendente a la hora de gobernar un país de la complejidad de Colombia.
Es el único candidato que posa de “honesto”. Sus partidarios enarbolan esta bandera como si se tratara de una exclusividad. Hasta cierto punto, es una posición ofensiva con los demás candidatos y con quienes no simpatizan con esta candidatura, porque sugiere que no hacen parte del club de los “honestos”. Al final de cuentas, lo de Mockus no es más que una pose, que resulta intranscendente a la hora de gobernar un país de la complejidad de Colombia.