Recientemente varios analistas han expresado su optimismo en relación con la futura evolución del precio internacional del petróleo. A partir de finales de septiembre de 2020 su tendencia ha sido creciente.
Con esa tendencia positiva el precio ha pasado de niveles en el horizonte de US$ 40 barril a finales de septiembre del año pasado a uno entre US$65 barril y US$70 barril a mediados de marzo de 2021. Varios analistas consideran que aumentos adicionales son factibles y pronostican que podría subir a niveles por los lados de US$80 barril en el segundo semestre.
La fortaleza reciente del precio se consolidó cuando OPEC y Rusia (y otros países que hacen parte de lo que se denomina OPEC+) decidieron a comienzos de marzo mantener por dos meses mas los recortes de producción acordados en 2020. Arabia Saudita además expresó que mantendría su recorte voluntario de un millón de barriles (recorte que ha sido menor aproximándose a 600.000 barriles).
Mientras tanto la producción de petróleo de Estados Unidos, que a raíz de la pandemia había descendido de casi 13 millones de barriles diarios a comienzos de 2020 a 10 millones de barriles diarios en mayo de ese año, desde entonces muestra un tendencia ligeramente creciente y actualmente supera los 11 millones de barriles diarios. Pero estos mismo analistas (entre los que se encuentra Tom Kool, editor de Oilprice.com) consideran que todavía no es del todo claro que el aumento reciente de los precios estimulen un fuerte resurgir de esa producción.
De todas manera, hay un consenso que si el precio continúa aumentando habrá una respuesta rápida en la producción no convencional (de esquisto bituminoso) de Estados Unidos. Y tampoco hay certeza que los recortes de producción del grupo OPEC+ se mantengan mas allá de unos pocos meses.
Por otro lado, si bien la reactivación de las economías a lo largo y ancho del planeta, y especialmente la de Estados Unidos, están contribuyendo a fortalecer la tendencia alcista, todavía persiste una no del todo resuelta incertidumbre sobre el control definitivo de la pandemia y sobre la rapidez y eficacia con la cual se están implementando los procesos de vacunación en distintos países.
En el caso de Colombia, de materializarse este escenario de precios altos del petróleo en el segundo semestre de 2021 habría unos ingresos adicionales cercanos a US$2.500 millones en relación con los previstos a inicios del año, así como un alivio de alguna significación en la situación de las finanzas públicas, tan golpeadas con la pandemia del COVID-19.